
Hace ya algún tiempo que os conté nuestra deliciosa excursión a León, una tierra que esconde muchos y bonitos secretos y que poco a poco iremos descubriendo, un rincón de España, por el que merece la pena pasear y pasar más de una vez y que ya que nos ponemos, del que también merece la pena descubrir parte de su tradición gastronómica que es tan contundente como sabrosa…
Hoy no os traigo una receta, os traigo mucho más. Hoy os cuento algunas cosas ricas que comimos cuando estuvimos en León con los amigos en el otoño del año pasado que ya queda muy, muy lejos …
Por si quereis verla de nuevo o por si se os paso nuestra «excursión entre amigos», ahí teneis un enlace directo que os llevará a ver lo bien que lo pasamos con los peques por León y podréis ver que… con tanta actividad era imprescibdible alimentarse bien…. y para eso, por estas tierras, preparan el inimitable «cocido maragato», como este de aquí:
Como podéis ver estos «maragatos» no se andan con chiquitas, eramos 10 personas entre niños y adultos y esta primera bandeja de carne y embutido leonés creo recordar que quedó … «tiritando», dimos buena cuenta de ella entre todos. Si os fijáis, en la foto de la izquierda, entre tanta «proteína animal» hay una especie de «bizcocho», es una masa que se hace con pan, se aliña y se cuece en la sopa con todo este condumio, vamos que consigue tener un sabor estupendo y al más peque (que por esa fecha no llegaba a 20 meses) le encantó. Lo de la foto de al lado, la de la derecha, es la oreja y esa tuvo un poco menos de éxito entre los peques, vamos que ni verla (yo tampoco la miré mucho, la verdad…).
Después vino la sopa de la que dieron buena cuenta y de postre unas natillas caseras que literalmente ¡volaron!
Ya veis, la fuente de natillas y a uno de los mayores culpables de dejarla vacía… con «chorrillo» de natillas incluido, en la comisura del labio.
Pero aquí no acaba nuestra incursión gastronómica, fijaos en el chocolate que encontramos en una confitería de Astorga, lo siento pero no recuerdo el nombre del establecimiento… Espero que me perdone… Chocolate de color naranja relleno de almendras, para los amantes del chocolate no es de los mejores pero es muy agradecido para una merienda «callejera» y los crios encantados con el chocolate naranja.
Además de comerlos fuera de casa también tuvimos el gustazo de cenar y desayunar, en la casa donde nos alojábamos, embutidos leoneses, sin duda un manjar.
Estos peques no se decantaron mucho por la cecina de León, pero les encantaron las magníficas tortillas de chorizo para poner el broche de oro a unas jornadas en las que no pararon de descubrir cosas nuevas, nuevos rincones, nuevas historias y nuevos sabores con los que disfrutar entre amigos.
Y como es lógico, entre tantas buenas viandas … de vez en cuando …. también hay que encontrar un buen momento para hidratarse y tomar algo fresquito, sobre todo despues de un bonito paseo por ejemplo por Las Médulas …