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Son majestuosos, impresionantes, son antiguos, fuertes y tranquilos.
Son los Lagos de Covadonga, ubicados en el municipio asturiano de Cangas de Onis.
Hoy los traigo hasta aquí para recordar la excursión que hicimos a Asturias, el año pasado por estas fechas. Lo pasamos tan bien que recordarlo ahora viendo las fotos de este post me provoca una continua y deliciosa sonrisa.
Lo primero que hicimos fue acudir impacientes a visitar los lagos, sin pasar ni siquiera por el hotel, directamente a los Lagos de Covadonga, no se podía desaprovechar esta luz y este sol que veis en las fotos.
Los peques saltaron felices de los coches al campo, a pisar la hierba y… lo que no era la hierba, la orilla del lago se difuminaba para ellos peligrosamente, menos mal que siempre andaba cerca una mamá comprometida con las deportivas y los calcetines, con que siguieran secos, se entiende…
Lanzar piedras al agua y ver las ondas fue otro de los deportes que más éxito tuvo entre la gente menuda y esto… ya lo hablaremos desde otro punto de vista en otro posts… qué casualmente ando preparando estos días. Pero volviendo a los lagos…
Sin duda no estáis ante las fotos más espectaculares que se pueden realizar a estos parajes pero sí puede que estas sean de las más familiares y las que más diversión despiden, al menos para los que estuvimos allí… Ya véis que…. no estuvimos solos.
Las vacas que pastaban tranquilas y tomaban plácidamente el sol asturiano también fueron un aliciente «exótico» para nuestros niños «urbanitas» y las «islas» que se repartían por el prado eran un motivo más para jugar, para reir y para crear una aventura entre todos.
Aunque el hecho de que los papás participen en los juegos de los peques siempre es lo que más éxito tiene, siempre están dispuestos a dejar lo que sea que estuvieran haciendo por hacer algo con mamá o con papá.
En esta ocasión fueron los papás los que pusieron a prueba su sentido del equilibrio y fueron girando sobre sí mismos con la única finalidad de escuchar las contagiosas risas de los peques aunque… ese giro repercutiera directamente sobre sus riñones… un precio que pagaron con gusto «los tres sufridos papás»… ante la incansable concurrencia que pedía de nuevo girar y girar y girar…
Al final, un merecido descanso para los mayores y unas largas carreras para los pequeños, en contacto directo con una naturaleza amable que se empeñó en regalarnos una tarde preciosa y cálida en pleno Parque Nacional de los Picos de Europa, a más de 1.000 metros de altitud, en los Lagos de Covadonga. Sin duda un rincón de la geografía española al que merece la pena volver siempre y si no se conoce… al que obligatoriamente antes o después (siempre mejor antes..) hay que descubrir.
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Sólo se me ocurre darte las gracias por abrir aquí tu corazón con nosotros y la cita de un poeta "donde habite el olvido allí estará mi tumba", mientras recordamos a nuestros seres queridos los tenemos un poco cerca… aunque se hayan ido ¿no? Un fuerte agrazo para tí y tus hijos y seguiremos paseando juntos por Asturias muy pero que muy pronto… os esperamos.
Recordar,siempre con añoranza las veces que hemos ido juntos mi esposo y mis hijo,yo puede que vuelva alguna vez,pero mi esposo siendo asturiano desgraciadamente no volverá,aunque sus cenizas estan en su amada tierra