
Teníamos planes para los días de Semana Santa como cientos de familias en este país pero claro, no contábamos con que la lluvia iba a ser una constante en los días de vacaciones y casi hasta la nieve hace acto de presencia. Así que hicimos algunos cambios que resultaron ser todo un éxito. La propuesta de «nos vamos a jugar a los bolos» les encantó, les ilusionó, les tuvo toda la tarde entretenidísimos, les agotó lo suficiente como para que durmieran como angelitos y les puso la sonrisa en los labios no solo ese día, al día siguiente también. Lo que viene siendo ¡un planazo en familia!
Ha sido la primera vez que los más pequeños de la casa han ido a jugar a una bolera y la verdad es que lo han pasado de maravilla, lo de jugar con los amigos también ayuda a que todo sea más divertido eso es innegable.
Además del grupo de los más pequeños (porque los adultos también jugábamos pero en otro grupo) la ganadora ha sido ¡¡la única chica!!¡¡una jugadora impresionante que se ha llevado la victoria a casa sin mucho esfuerzo!!
Con un estilo muy personal para lanzar la bola, tan indefinible como efectivo, se impuso en las puntuaciones a todos los amigos y como aquí el marcador es electrónico no hay lugar a ninguna duda. Ganadora incontestable.
Se han reído, han hecho ejercicio, han cogido unas bolas más grandes que su cabeza y que pesaban también más que su cabeza ¡qué una barbaridad! y sobre todo se lo han pasado genial jugando con amigos y con sus propios padres que esos siempre les encanta, lo de compartir tiempo juntos, lo de crear recuerdos, lo de que sus primeras veces en la vida sean con la seguridad que les damos sus padres y madres. Eso es lo mejor de todo.
No os voy a decir las puntuaciones de los adultos, que por supuesto también jugábamos, en la pista de al lado, en nuestro caso eso no era lo más importante y sobre todo, seamos sinceras, porque creo que quedé la última de todos así que no, entre los adultos las puntuaciones no importaban nada.
En mi defensa diré que mi bola (la que me tocaba en cada tirada que no siempre era la misma, claro) tenía una tendencia incontrolable hacia los carriles laterales que no supe darle explicación. Supongo que el universo estaba en contra de que yo arrasara pero ¿qué más da?
La conclusión es que ellos disfrutaron juntos, aprendieron un montón, compartieron consejos, se ayudaron y pusieron todas sus ganas en jugar. Se lo pasaron de lujo y nosotros con ellos también.
Un plan que repetiremos seguro cuando la lluvia no nos dejé salir a la calle o haya amenaza de nieve incluso o demasiado calor que también puede ser. El caso es que nos ha quedado claro que es un plan que repetiremos pronto ¡seguro!
Anda!! pues jamás me había planteado llevarlos a la bolera, aquí hay dos!! me apunto el plan para ir con los enanos, seguro que se lo pasan pipa, gracias!!!
El peque más peque tiene 4 años y el peque mayor del grupo tiene 9 y se lo han pasado todos igual de bien… de lo más recomendable, de verdad.
Gracias a tí 😉
Que bien! Parece que lo han pasado genial. Mi peque aún es muy pequeño pero ya llegarán los días de boleras jajaja. Con tu permiso, me quedo por tu blog y te invito a conocer el mío 😉
http://yanethpoints.blogspot.com.es/
Un saludo!
Bienvenida y mil gracias de quedarte por aquí.
Sí, lo pasaron… perdón, lo pasamos genial, los peques y nosotros, sus papis. Echamos muchas risas todos. Nuestro peque-peque acaba de cumplir los 4 años, a lo mejor el tuyo es aún más pequeñín pero… ¡crecen tan rápido!
Nosotros no habíamos ido nunca con ellos a jugar a los bolos (sólo lo habíamos hecho en casa con la Wii que está bien… pero no es lo mismos) y seguro que volvemos más veces.
Lo dicho, bienvenida y mil gracias por tu comentario, estás en tu casa.