
Esta primavera que llegó, se fue, volvió, se va de nuevo nos hace improvisar porque lo de organizar planes se pone difícil y complicado con tanto cambio. Esta primavera indecisa que estamos teniendo, que debería traernos todo el agua que vamos a necesitar este verano, toda la que el invierno nos negó, parece que no quiere portarse bien del todo, debe de estar muy cansada de nosotros, los humanos que estamos volviendo loco al planeta, por decirlo delicadamente. Esta primavera nos está dejando momentos para que los aprovechemos montando en bicicleta, por ejemplo. Y allá que vamos, salimos en bici a hacer una excursión por el monte, a respirar aire limpio, a que nos de el sol en la piel.
Y eso hicimos. Cogimos las bicis, unos bocatas, unos zumos, algún fruto seco que teníamos a mano y ¡a pedalear por el campo!
Además, el peque mayor estrenaba regalo de cumple y estaba muy emocionado. La pena es que no hay primera vez en bici sin su primera caída correspondiente y eso, como es lógico, no le gustó tanto al pobre, ni a nosotros tampoco.
Os dejo alguna foto para que veais lo bien que se puede pasar con un presupuesto sencillo y austero. Unos amigos, una manta para tirarnos al suelo e improvisar un picnic sencillo pero apetitoso y por supuesto, unas bicicletas para dar pedales, para poner un poco de aventura a la excursión, para recorrer caminos y sorprendernos de los descubrimientos que hagamos.
Eso sí, que quede claro que al día siguiente aquí, la que suscribe, tenía agujetas en partes del cuerpo en las que no pensaba ni que tuviera músculos, con eso ya os hacéis una ligera idea y llegaréis como yo a la conclusión de que me tengo que subir más en la bicicleta porque ando un poco oxidada, creo yo.
PD.- Tristemente, tengo que deciros que el campo no estaba así de verde, no tenía el color de las fotos… el campo estaba agostado ya a finales de marzo. Una primavera un poco triste con agua… crcemos los dedos para que empiece a llover y ya no pare por lo menos hasta el mes de Junio… ¿no os parece?