
Pues es lo que tienen las redes sociales.
Si ya os lo digo yo que «el patio» está lleno de feedbacks de esos…
Que si a una se le ocurre una cosa, que si la comparte, que si la otra se suma, que si la de allá añade algo más, que si trending topic, que si quedamos para comer, que si hagstag….
Una cosa lleva a la otra y así es un no parar.
Pero un «no parar» en el mejor sentido, en el más creativo, cooperativo y colaborador, en el más divertido, descabalado y cómplice.
La verdad es que yo de momento no tengo ninguna queja de mis vecinas de «patio», al revés… son un encanto.
Y así surge sin ir más lejos: este post.
¿Sobre qué?
Sobre lactancia materna.
Sobre la de mi hijo pequeño concretamente que fue interrumpida sin piedad y de golpe a los pocos días de que él naciera…. y la retomamos juntos con muchas ganas y mucho interés.
¿Os lo cuento?
El nacimiento del peque-peque ya os lo conté, porque otra mamá «del patio» me animó a hacerlo, en este caso fue lamadrenovata y os lo conté en este post tan íntimo y personal…
Y ahora es mamirami la que solicita historias de relactaciones o lo que es lo mismo, lactancias que se ven interrumpidas durante un tiempo pero que luego se retoman, como la nuestra.
Os cuento.
Estábamos ya en casa desde hacía menos de una semana.
Todo estupendamente.

Yo no había tenido episotomía esta vez (un pequeñísimo desgarrito exterior sin apenas puntos…) así que la recuperación física mía estaba siendo rápida, dentro de lo normal. El peque fue siempre «un cachorrito» perfecto y desde que salió de mi tripa, olisqueó y encontró a la primera donde engancharse para tomar su comidita, sin problemas, sin preguntas, sin pausas, a su libre albedrío.
Y en esas estábamos.
Hasta que un domingo por la tarde de pronto me dió un dolor intenso en la espalda, a la altura de las dorsales, por dentro, muy por dentro…
Yo que suelo aplicar el sentido común y la lógica… o al menos lo intento, pensé que era por culpa de dormir con el peque para las tomas nocturnas así que la cosa quedó ahí.
Del dolor no pude dormir en toda la noche, pero es que iba en aumento… muy deprisa.
Del dolor me estaba ahogando.
El cuarto de baño está junto a mi habitación y yo me asfixiaba con ese trayecto.
Estaba tumbada en la cama y entre el dolor y el no poder respirar, llegué a pensar que no, no me podía morir ahora con dos peques en casa.
Sí, suena trágico pero os juro por ellos dos que fue así…
Nos fuimos al médico.
Cuando me vió entrar se extrañó de oirme respirar así porque él sabe que yo no soy asmática y me mandó de urgencia al hospital para que me miraran.
Lo de mirarme se convirtió en un ingreso en urgencias y una semana en planta.
Mi ahogo era debido a una neumonía hospitalaria que según todos los indicios me contagiaron en el paritorio y me dejó completamente anegado de «moco» medio pulmón… sí, esas cosas pasan.
Una semana con antibióticos en vena implica que el peque estuvo una semana en casa con su papá y sus abuelas alimentado a biberón.
Una semana en la que yo me extraía la leche con un extractor mecánico que me proporcionaron desde pediatría, tres veces al día para que mi producción no se cortara.
Leche que por supuesto había que tirar al lavabo…
Todo eso pasó.
Volví a casa y aunque suene idílico mi «cachorro» se volvió a comportar como tal.
A mí no me relacionaba con los biberones, yo nunca le dí ninguno… así que con menos de un mes lo único que hizo fue lo que le dictaba su instinto: me olió cuando tenía hambre y recordó que esa era la leche que a él le gustaba…. y así estuvimos hasta que cumplió el año…
Poco a poco le fue pudiendo la curiosidad de ver comer a su hermano y a sus padres y decidió que era el momento de ir probando otras cosas….
Esa es nuestra historia.
Supongo que el mérito es del peque que sabía lo que quería y tenía fuerza y ganas de conseguirlo.

Tremendo el susto que tuviste y entiendo completamente tu pensamiento en ese momento, pero me alegro mucho de la suerte que tuviste y de que pudieras amamantar a tu Cachorro durante todo un año.
Yo no tuve tanta suerte, a Peque parace que no le gustaba tanto la teta como a tu Cachorro (en mi blog cuento los disgustos que pasé). Sólo espero que, para la próxima (porque seguro quehabrá otra vez :-P) si llego a tener problemas pueda encontrar mejores soluciones, ha sido una lástima conoceros tan tarde, seguro que me habríais ayudado.
Un beso.
Lo primero que vaya niño de precioso 🙂 Uff, que susto, el momento de verte así y no saber que era, y tener que estar una semana ingresada sin tus peques, a mi me da algo vaya v-v ¡pero me alegro un montón que todo saliera genial! 🙂 Yo no puedo ser mas feliz dando el pecho a mi niña vaya…
El momento duro y la estancia en el hospital también pero luego compensar verle tan guapo y tan sanoto… je,je,je
Bss
Jo, debió ser duro, pero al final fue bien, ante estas historias, mejor no comento, que me da palo. Me quedo con lo positivo, siempre 🙂
Haces bien, yo también intento quedarme siempre y sólo con lo positivo…
Bss
Uff que sustazo la verdad estos virus hospitalarios menos mal que todo salio bien y que pudiste seguir dandole al peque,
El susto ha sido de los mayores de mi vida… y espero que ya no haya más así…
Bss
Qué bien que todo saliera asi!!
Jo y que susto y que mal lo debiste pasar, no?? Con el peque tan pequeñito…..
Un relato precioso <3
Susto enorme y terrorífico, cierto.
Bss
Me alegro de que al final todo saliera bien, qué susto.
Otro día te contaré mi historia, pero yo no tuve la suerte de conseguir relactar 😉
Besos
Lo siento, pero tampoco pasa nada, a veces se puede y a veces no, lo importante es que has hecho lo que te pedía el cuerpo… pero venga cuenta, cuenta…
Bss
¡ Qué maravilla ! 🙂 La maravilla del instinto, mucha sgracias por escribirlo, será perfecto para que muchas mamás sepan que se puede conseguir lactancia exclusiva después de los biberones 🙂 Una gozada leerte, te enlazo 🙂 ¡ Besotes !
Me encantará leer tu post con los enlaces y las historias y los recuerdos de otras mamis.
Bss
Me imagino lo mal que lo pasaste, por ti, por el peque… buf, qué duro ese dolor y ese ingreso. Me alegro muchísimo de que la historia pudiera tener un final tan feliz y pudierais re-lactar. Seguro que tu historia ayuda a otras mamis que puedan pasar por algo parecido, que por ahí se ofrece mucha información de lo bonito de la maternidad pero no tanto de estas cosas. Así que me parece una maravilla que lo compartas. Un beso
No, no fue fácil, sobre todo hasta el ingreso.
Luego, en el hospital, a pesar de la incomodez de sacar la leche tres veces al día, como la mejora era rápida, la cosa fue más fácil…
Compartir es vivir!! 😉
Bss
Guau nena, qué emotivo :)) ¡ Precioso ! Gracias por dejar tu historia, seguro que animará a muchas mamás que quieran relactar, para que sepan que aunquese introduzcan biberones, se puede volver a la lactancia exclusiva 🙂 ¡ Un besazo 🙂 !
La idea fue toda tuya, yo lo tenía aparacado entre los recuerdos pero si a alguien le puede servir me emociona haber ayudado simplemente contandoos mi vida y la de mi familia, en momentos… complicados, porque los bonitos siempre son agradables de compartir…
Bss