
Llegados a este punto había que mirarse el ombligo y nos lo miramos. Mamás trabajadoras, mamás pluriempleadas y hoy precisamente «mamá del gremio». Toca hablar de una de las profesiones en las que la vocación tiene un punto muy importante aunque no lo parezca quizás sea porque me toca de lleno. Hoy tenemos una mamá pluriempleada y periodista vocacional que seguro que muchos conocéis si vivís en Madrid y desde hace poco puede que la conozcáis aunque viváis en cualquier otro punto de la geografía española.
Se llama Celia y sin duda es una #MamáPluriempleada y ha sido un placer hacerle la entrevista aunque hacerle una entrevista a una profesional del medio es un poco violento, da miedito pero sobre todo, lo que ha sido todo un placer es poder leer sus respuestas.
Celia abre su vida en esta entrevista, lo cual no puedo más que agradecérselo de corazón, como madre y como «compañera». Pasad y leedla porque os va a encantar.
Pues, es que llamándome Celia Blanco sólo quedaba una posibilidad: dedicarme al faranduleo. Es evidente que es nombre de artista y ya que la actriz se dio a conocer antes que yo, a pesar de que yo empezara a trabajar antes, me vino al pelo la campaña de publicidad. Estoy a punto de cumplir 41 años y fui madre con 36 años recién cumplidos.
¿Cómo y cuándo decides dedicarte al periodismo?
Soy periodista porque siempre quise escribir y que me leyeran. La televisión irrumpió en mi vida cuando empezaba a conseguirlo y es el medio en trabajo desde 1993. Hasta el año 2005 viajé por todo el mundo y cuando decidí darle un cambio a mi vida me convertí en reportera. Un divino y adorable caos en el que me gusta vivir. Sin horarios, con devoción. Y encima ser madre.



Y siendo periodista ¿cómo y cuándo decides hacerte también mamá?
Fui madre porque quise. Y me costó llegar a esa conclusión. No me lo había planteado nunca y había escapado de la maternidad utilizando todos los medios a mi alcance. Menos la castidad, me hice experta en todos. Pero un buen día mi chico se plantó y entendí que merecía la pena claudicar precisamente porque era él y no ningún otro, con el que me embarcaba en el nuevo proyecto.
Era eso o dejar la relación. Para él ser padre era realmente importante y nuestra edad nos impedía seguir dilatándolo. Yo no tenía derecho alguno a obligarle a que prescindiera de la paternidad. Pensé que
nosotros podíamos dejar de ser pareja en cualquier momento, pero siempre seríamos los padres del bebé que llegara. Y siempre supe que, por nuestra forma de ser, jamás dejaríamos en la estacada a nuestro hijo, al margen de que nosotros ya no estuviéramos juntos. Sí, soy así de práctica.
Tuve suerte, me quedé embarazada la misma semana en la que le dije que «sí». Una afirmación que nunca antes había tenido tanto poderío y que desde el 15 de julio de 2008 se llama H.
Cuéntanos el secreto, porque el periodismo es una de las profesiones más complicadas para conciliar vida laboral y familiar habiendo peques de por medio.
Formamos un gran equipo. Yo soy la que tiene los horarios salvajes, la que no sabe hasta el último momento a qué hora empezará a trabajar al día siguiente y es incapaz de avisar del cierre de jornada a su
familia. Lo aguantan con una estoicidad admirable, forma parte de mi vida y lo saben. A cambio intentamos pasar el máximo de tiempo junto y de lo que nosotros llamamos «beso de 3» (J., H. y yo abrazados juntando nuestros labios) se repite cuantas más veces mejor.
Tengo que aprovechar Celia para que nos cuentes un poco como ves tú desde dentro el papel de los medios a la hora de ayudar precisamente al tema de la conciliación ¿dónde se pone el enfoque?¿se masculinizan los comportamientos?¿se apoya realmente a la madre desde el punto de vista mediático?¿se muestran referentes o se silencian de un modo que desde la calle no se consigue entender?
Mi secreto está en J. Es un padre como deben ser los padres. Es el que va a buscar al niño al colegio todos los días porque yo sólo puedo ir cuando estoy sin trabajo, el que juega salvajemente con él en el pasillo de casa las tardes de invierno que no se puede ir al parque, el que se empeña en celebrar con su hijo el final de curso llevándolo al parque de atracciones como su padre hacía con él cuando era niño
y el que transforma un partido de fútbol televisado en toda una clase de teoría de lo que es jugar en equipo. Porque son madridistas sí, pero aplauden a Iniesta cuando hace una buena jugada gracias a un pase magistral de Xavi.
Y mientras, yo puedo estar dónde me ha mandado mi jefe o incluso a punto de entrar en directo en el campo en el que se disputa el partido que mis chicos ven en casa. A veces, J. es capaz de llevarse al niño un sábado por la tarde a un taller de música para que yo pueda avanzar en la escritura del libro que escribo. Porque además de periodista, me vuelve loca la literatura y saldo cuentas pendientes escribiendo cuentos para adultos.



También tenemos una máxima que considero fundamental: desde que H. llegó, J. y yo nos damos una noche libre a la semana que gustosamente consumimos. Él los jueves, yo los viernes. Que no tenemos dinero para canguros y no queda otra. Una noche en la que salimos con nuestros amigos y volvemos a ser simplemente J. y simplemente Celia.
Porque somos un equipo gracias a que individualmente nos gustamos. La mañana posterior sobra decir que también está incluida. Hay sábados que amanezco pasadas las 12 y tengo churros para desayunar porque mis chicos bajaron a las 10 a la calle y se acordaron de mí. A cambio, los fines de semana que tenemos libres nos escapamos los tres juntos. Y podemos llegar a dormir en la misma cama sólo porque nos gusta olernos mientras dormimos. Sí, somos una manada.
Y ya puestas tú como madre y como periodista ¿crees que la información que les llega a los peques es la más adecuada para ellos? (los programas que se emiten en horario infantil, los ejemplos que ven no en los dibujos animados sino en los informativos, en los programas que no están dirigidos a ellos pero que al final conviven con ellos en muchos casos)
A mi hijo le encanta que trabaje en la televisión. Cuando era más pequeño creía que todas las madres trabajaban en ese medio y resultaba divertido verlo preguntar a sus compañeros de guardería desde
qué altura saltaba su madre sólo porque me había visto a mí lanzarme al vacío con un arnés desde una grúa a 60 metros en un directo. Poco a poco se da cuenta de que no es así.
Pero teniendo en cuenta que la primera vez que él salió en el medio apenas tenía 3 meses y lo hizo porque salí dándole el pecho para reclamar zonas para lactantes en los centros comerciales (en realidad yo sacaba la teta en cualquier lado y le daba el pecho, pero hubo una campaña para pedirlos y gustosa me ofrecí a hacer la noticia), H. es ya un niño acostumbrado a las cámaras. En sus casi 5 años ha salido media docena de veces. Y lo ve algo normal; forma parte del guion de su vida. Intentamos además contribuir a que la televisión sea familiar.
Mi hijo ha aparecido en reportajes de actividades para niños con animales, en la representación de Navidad de su colegio (todos sus compañeros de clase fueron igualmente protagonistas, fue maravilloso
normalizarlo). De eso se trata. Y desgraciadamente no es así desde el momento en el que en horario infantil, en vez de dibujos animados o programas educativos, tenemos a una jauría pegándose gritos en un plató.
Pero que a nadie se le escape que tenemos la televisión que queremos. Porque si hay una familia que ve poca televisión es la mía. Y las tardes son para jugar, hacer manualidades o escuchar a Raphael y
aprendernos todas sus canciones, algo que H. hace a la perfección.



Señores, apaguen sus televisores cada vez que no estén de acuerdo con lo que se emite. La audiencia se mide minuto a minuto y ningún directivo mantendrá en antena aquello que no reciba respuesta del público. H. sólo ve canales acordes a su edad, documentales de animales y las noticias. En este último punto también tenemos cuidado; demasiado a menudo los informativos son una muestra salvaje del sensacionalismo. Si las imágenes son duras, cambiamos. Es fácil y nosotros podemos mantenernos informados por internet. Pero también provocan tertulias familiares en las que le explicamos qué ha
pasado: si sale la noticia de unas inundaciones se lo explicamos, si sale la información de un atentado le contamos que alguien ha decidido acabar con la vida de inocentes.
Para nosotros resulta igual de complicado explicarle que no existe ni dios ni el cielo porque en el colegio lo escucha aun cuando no va a clases de religión. Y lo hacemos en ambos casos. Ya sabe que hay personas que creen en dios. Pero que no hay uno único. De hecho le caen mejor Shiva y Ganesh, a los que conoce porque estuve en la India durante 4 meses y me fascina esa parafernalia. Un niño no puede evitar que le llame la atención un tipo con un tridente o un dios con cabeza de elefante… Pero no recibe educación religiosa alguna. Solo le aclaramos quiénes son. Nosotros creemos en las personas. Y H. también.
Y tú ¿cómo ves actualmente la situación y el papel del periodismo en nuestro país? (Sí, es una pregunta con muchos matices, lo sé…)
El periodismo es una profesión maravillosa a la que me costaría mucho renunciar. Una droga que me permite mantener a los míos (ahora mismo solo yo trabajo en casa y solapando un contrato con otro con periodos de paro que a veces nos hace sudar de miedo).
Una profesión denostada a la que cada vez se le tiene menos respeto por obra y gracia de los que deciden qué es noticia y qué no y pagan miserablemente a los que nos dejamos la piel en la calle. Pero que me hace feliz y por extensión hace feliz a los míos. Solo puedo decir que jamás he mentido en una información ni lo haré.
Ese es el mensaje que también le transmitimos a H.: que sea honesto. Siempre. Y cuando no pueda trabajar en periodismo trabajaré en lo que haga falta, sea lo que sea. Porque ese enano al que nunca me planteé tener, es el que me ha enseñado a poder prescindir de cualquier cosa menos su bendita presencia. Y si su padre un buen día no está a mi lado, seguiremos siendo un equipo. Sólo los equipos que trabajan con respeto salen adelante.
Enhorabuena por llevar tan bien esos horarios con la maternidad… Sin duda, tu compañero es una pieza clave! Yo también soy periodista, llevo más de quince años de profesión en prensa y televisión. Y, sin embargo, a mí sí se me hacía incompatible el tema de los horarios con mi pequeña. En mi caso, ahora me he "plantado" para explorar la maternidad y la crianza a fondo: me he especializado -y continúo en ello, porque esto es un non-stop- en crianza natural. Ahí estoy: ex periodista criando, blogueando, asesorando y poniendo mi propia tienda on line. Una opción que nunca pensé cuando trabajaba como periodista e, incluso, presentaba un programa televisivo.
Lo dicho, enhorabuena y ánimo, valiente!!! 🙂
Sí, la vida es cuestión de adaptarse. No eres la única que de momento ha colgado el micro… y de un estudio ha pasado a un gabinete… je,je,je
Pero nunca se sabe por donde te van a llevar tus pies y el camino… ¿no?
Un abrazo!!
Tienes toda la razón!! 🙂 Es curioso, me estoy encontrando entre las bloggers tantas madres periodistas -y tiene todo el sentido del mundo, bien pensado- que creo que nos daría para poner nuestro propio medio de comunicación, jejejeje. ¡Y no es ninguna tontería!! 😉 Felicidades por el blog, lo he estado curioseando, y está genial
Un abrazote! 🙂
Muy interesante!! La verdad es que apenas conocía bien la profesión, y salvando tópicos, me parece una de las más divertidas y reconfortantes para quién adore la profesión.
Yo creo que te tiene que gustar, no vale simplemente con la carrera, necesitas aptitud y actitud… no sé, será cosa mía.
Bss!!
Que interesante, no conozco nada este mundo asi que me ha encantado saber un poco mas de el y tambien de como se vive la maternidad y los temas relacionados con la crianza siendo periodista. Gracias a las dos! Un beso
El mérito es todo de Celia.
La verdad es que en general no hay profesión fácil cuando eres madre, pero el periodismo y más el de reportajes y directos, el de TV, es muy complicado para compaginar horarios y calendarios… pero es muy vocacional, o al menos yo lo entiendo así y al final sacas tiempo de donde no había…
Bss!!
Muy interesante la entrevista como siempre en esta sección. Melare e muy complicado ser mama con esa profesión y sin saber cual es tu horario del día siguiente, desde luego tienes que tener un backup listo siempre para lo que pueda surgir. Y lo de ser mama por tu pareja creo que hay que tenerlo muy claro para que funcione.
Besos
Muchas gracias por el cumplido.
Es muy complicado ser mamá con una profesión como es el periodismo, tener siempre de apoyo no es que sea necesario, es que es imprescindible.
Lo de ser mamá por tu pareja, en el fondo… también supongo que es por tí, sino, como bien dices… es todo demasiado complicado.
Bss y gracias de nuevo!!