
Hoy nos vamos de ruta ¡qué ya es hora! Nos vamos de bodegas a La Rioja, una excursión en familia divertida, cultural, gastronómica, marcada por la historia y las tradiciones pero sobre todo muy enológica.
Nos vamos a una ruta que son muchas rutas, para empezar no nos la hemos hecho en un día, nos vamos de vinos por algunas de las bodegas más interesantes del país y sí, le aplicamos todo el sentido común del mundo como padres responsables que somos.
Nos vamos de bodegas a La Rioja en familia, con niños incluidos. Una experiencia muy divertida para todos.
Empezamos por La Rioja porque si hay una zona magnífica para descubrir el vino, sin duda es esta. Además, creo que desde hace tiempo, la oficina de turismo de La Rioja, se ha currado mucho lo del turismo enológico y potenciar las rutas de las bodegas de su comunidad.
Relacionar turismo con cultura, con vino y con calidad, es un trío de ases que puedes encontrar en La Rioja sin ninguna duda y sin mayor esfuerzo.
Nosotros hoy os llevamos a tres bodegas emblemáticas de la zona, obviamente hay más pero con estas tres os hacéis una idea de lo mucho y bueno que vais a encontrar aquí.
Hemos visitado las bodegas de Muga, dos veces, en dos ocasiones distintas y en ambas ha sido una experiencia muy recomendable que siempre nos ha dejado con ganas de volver.
Nos han gustado mucho y hemos aprendido recorriendo sus instalaciones, viendo los enormes tinos de madera, viendo como miman los caldos de sus cepas más viejas (y por tanto los más deliciosos..) y entendiendo como es la «clarificación» del vino, precisamente con clara de huevo.
Una técnica que se remonta en el tiempo y que nos gustó muchísimo conocer.
Por cierto que la primera vez que fuimos nos contaron que las yemas que sobraban, las tenían que tirar por legislación sanitaria al respecto aunque antes las llevaban a un obrador donde las empleaban para elaborar precisamente eso, yemas.
La segunda vez parece que volvían a permitirles que lo hagan, lo cual me parece estupendo, que no están los tiempos para tirar la comida precisamente.
Dejamos Haro, donde se encuentran las bodejas de Muga, para desplazarnos a las instalaciones de Marques de Riscal, que ya de entrada tiene una presencia imponente gracias a la mano de Frank Gheri.
El brillo del metal entre el verde de los campos cuajados de cepas, conjugando un presente que mira hacia el futuro pero con unas raíces muy bien puestas.
Marqués de Riscal dispone de unas instalaciones enormes, cuidadas, modernas y tremendamente adaptadas a las nuevas tecnologías, a los nuevos tiempos.
El metal de las tremendas tinas, refrigeradas por serpentines que regulan y controlan minuciosamente la temperatura de los caldos que contienen. No queda nada al azar.
La tecnología está implementada en la bodega viviendo el presente de una industria en alza en nuestro país y que tiene por delante unas expectativas más que interesantes y apetecibles.
Y visitamos también una bodega pequeñita pero encantadora, la de Heredad Ugarte.
Recorrimos las cuevas excavadas en la roca y después, en la cata posterior ElMayor (que por esa época era «el único«) se tomó un mosto mientras sus padres cataban unos vinos estupendos.
La visita en este caso fue bien distinta, más que ver el proceso de elaboración vimos como son las nuevas formas de comercialización del vino, algo así como el «apadrinamiento» de las cepas o de las tinas. Tiene su encanto
Espero que os haya gustado el recorrido, nosotros estamos ya con ganas de volver.
Tengo unas ganas de hacer algo así…..
Ya verás como no te defrauda, nosotros intentamos recorrer distintas bodegas al menos una vez al año y es una gozada..