
En esta familia nos metemos en el complicado mundo de los dentistas con las bocas de mis hijos y es como un campo minado, por lo menos así que lo mejor es ponernos en manos de especialistas que nos expliquen los nuevos conceptos que están llegando a nuestras vidas ¿sabías lo que es la mordida cruzada? Pues de ella vamos a hablar en este post, coge papel y lápiz que lo mismo te ayuda.
ElMayor tiene un magnífico trío de empastes en algunas de las piezas dentales de su boca y ahora le toca el turno a ElCanijo. Y en esto como en otras cosas, ElCanijo es especial.
Él no podía tener una caries y punto pelota. Él no podía tener una «mordida» como la de sus padres, estupenda y sana. No, él tiene una «mordida cruzada» y lo mismo a vosotros os suena y todo o lo mismo no habéis oído hablar de esto como me pasaba a mí.
El caso es que tengo una experta en el asunto que amablemente se ha ofrecido a explicarnos, fuera y dentro del blog qué es esto de la «mordida cruzada» y a comentarnos si es conveniente o no y por qué, poner una ortodoncia a los peques.
Ella es odontopediatra, dentista especialista en niños, se llama Esther Zapata y tiene en sus manos la boca de uno de mis hijos ¡y eso es mucha responsabilidad!
Y además, vamos a tener la suerte, de tenerla por el blog para contarnos y explicarnos muchas cosas sobre dientes y niños ¡un lujo, os lo digo yo! … y por supuesto si tenéis alguna duda, tenemos un mail que funciona estupendamente.
Empezamos con lo más básico, cuando hay que abrir la boca para poner un aparato de ortodoncia ¿cuándo, cómo, por qué?
¿Cuándo es conveniente poner aparatos de ortodoncia a los niños?
Existe cierta controversia sobre cuándo es el mejor momento de comenzar un tratamiento de ortodoncia.
Muchos de los padres creen que hasta que no salgan todos los dientes definitivos no es el momento de empezar.
Por tanto, te explico en qué casos son necesarios y el por qué de los tratamientos tempranos.
Diferenciamos 3 grupos los tratamientos precoces:
1º grupo: falta de espacio severo para la colocación de todos los dientes debido un deficiente desarrollo esquelético de los huesos maxilares.
Apreciamos que los dientes definitivos que están erupcionando, se encuentran rotados, mal posicionados e incluso retenidos por la falta de espacio.
En estos casos se debe realizar un tratamiento a nivel esquelético ya que debemos conseguir desarrollar las arcadas para normalizar la situación.
Por tanto, los pacientes que no son tratados de forma precoz, tendrán muchas posibilidades de necesitar extracciones dentarias durante el tratamiento posterior con ortodoncia fija con brackets.
2º grupo: mordidas cruzadas funcionales. Esta maloclusión ocurre cuando la anchura del maxilar superior es la misma que la de la mandíbula (maxilar inferior), de manera que al cerrar la boca no se consigue engranar los dientes.
La mandíbula al ser una articulación móvil se desvía hacia un lado para conseguir un buen contacto y poder triturar así los alimentos, creándose la mordida cruzada.
Esta alteración mantenida durante los años de crecimiento del niño, provocará una asimetría esquelética en la mandíbula con una desviación de la barbilla hacia el lado de la mordida cruzada.
La duración del tratamiento precoz de la mordida cruzada no suele ser más de seis meses. Se inicia en niños de entre 6 a 8 años, o incluso antes.
3º grupo: descompensaciones en el crecimiento de los maxilares en distintos planos de espacio. Existen casos donde el problema no está en la posición de los dientes sino en la relación del maxilar superior con el maxilar inferior, de manera que ya sea por exceso o por defecto, la relación de dichos huesos no es la correcta.
En estos casos es fundamental trabajar durante la etapa del crecimiento, ya que usamos aparatología para potenciar o frenar el crecimiento de los maxilares.
Por estos motivos, es importante acudir a la consulta cuando el niño tenga entre 6 y 7 años de edad, para poder valorar si el crecimiento de los huesos maxilares está siendo correcto, si existen mordidas cruzadas y/o compromiso en el recambio dentario por falta de espacio.
Mi madre, muy pragmática ella, como me salió un colmillo algo alto ya calculó ella que no me iba a caber en la boca y en lugar de invertir en una ortodoncia me llevó al dentista para que me lo quitara. ¡Cosas de otros tiempos! La verdad es que no me he quedado mal, y se puede sobrevivir sin colmillo, pero seguro que a la bichilla yo no le haría estas cosas.
Tu madre demostró ser tan inteligente como práctica, jejejejeje.