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Os he llevado ya dos veces a esta ciudad pero París bien merece una tercera visita como esta, con esas pequeñas cosas que hacen de esta ciudad tan especial y que se nos habían ido quedando pendientes, así que de nuevo nos vamos a París en familia y tenemos planes para todos los gustos, incluidos los más glotones porque en París entre otras cosas ¡se come muy bien!

No os descubro nada si os digo que es una ciudad llena de opciones y propuestas tan apetecibles, tan atractivas, tan interesantes ¡qué teníamos que volver, sin duda!

En nuestro primer viaje os llevé a Notre Dame, a la Torre Eifel, a la calle de París y su encanto, a recorrer el Sena como se merece.

En el segundo viaje nos fuimos a «la playa» de París, al Museo del Louvre, el Arco del Triunfo y a las panaderías parisinas donde perderse entre brioches, bagettes y croissants que esto puede sonar muy tópico pero ahí os quería yo ver venciendo todas esas tentaciones sin caer en ellas.

¿Dónde vamos hoy? Pues a todo lo que aún nos queda por descubrir que no es poco, ya os aviso y seguro que a pesar de mis buenas intenciones me dejaré sitios, rincones, lugares escondidos por los que merezca la pena pasear e incluso perderse en París.

Sin duda uno de mis museos favoritos, es una delicia pasear por la antigua estación de Orsay, ahora convertida en museo.

El Museo d’Orsay tiene auténticas joyas en sus salas, en sus paredes pero es que además, el museo, el continente, es una joya en sí mismo.

Es uno de los museos más importantes del mundo, tiene una pinacoteca espectacular y las esculturas son igualmente impresionantes. Es uno de esos museos en los que sin darte cuenta te pierdes y estás encantada, el tiempo pasa y tu no te das ni cuenta pasando de sala en sala.

No dejéis de subir a la planta alta y de pasear con los niños por detrás del reloj porque les va a encantar y a vosotros también. Vais a ver la ciudad con las enormes agujas del tiempo delante. Es casi mágico.

Y si sois cinéfilos es muy recomendable que antes de la visita, cuando aún estéis en casa, montéis una tarde de cine viendo juntos «La invención de Hugo» de Martin Scorsesse, porque después les va a gustar aún más descubrir este rincón del museo.

Y sí, la foto que veis a la izquierda es de uno de los restaurantes del Museo D’Orsey donde podéis parar a reponer fuerzas y a sentiros por unos momentos como si estuviérais en una película de época.

Es suntuoso, elegante y recargado como sólo saben ser los parisinos, os va a enamorar, eso dadlo por hecho.

¿Y os he dicho que además se puede comer allí sin que tengáis que dejar un órgano vital en prenda? ¡Pues dicho queda! No es barato pero merece la pena.

Está escondido en una de las zonas verdes de París y merece la pena dar un paseo por sus salas y sentarse en algunas de ellas y perderse en la inmensidad azul de algunos de sus enormes cuadros.

Se trata del Museo de L’Orangerie otra de las joyas que se encuentran en París, aunque esta he de reconocer que no vi que fuera de las que más anunciaban ni promocionaban. Es como si fuera algo muy suyo que sólo comparten con los viajeros más interesados y no tanto con los turistas, ya me entendéis.

Jugar con los más pequeños de la familia a encontrar personajes o a inventarlos en los cuadros que se acumulan en la planta baja puede ser también divertido y es una manera de entretenerles y acercarles al arte, despertar su curiosidad y abrirles nuevas vías de expresión ¿quién sabe?

Inevitable y apetecible comer en algunos de los bistrots de París, de esos con mesas de listones de madera y sillas en las calles, de esos que tienen flores en las ventanas y que suenan a acordeón.

Ahí hay que tomar una gallete que es como una especie de crêpe pero en salada y de dimensiones algo más grandes.

Las puedes encontrar casi con cualquier relleno desde queso, pasando por jamón (del que nosotros llamamos york, claro..) hasta huevo revuelto, con trocitos de tomate picado o ¡lo que se le ocurra al cocinero! Lo que los franceses definirían como «comida rápida» para seguir paseando París como se merece.

Y con este termino porque es uno de los sitios que aún me queda por conocer así que os lo recomiendo a vosotros a partir de lo mucho que me apetece a estas alturas recorrer las salas del Centro Pompidou.

Sí, ahora ya no llama la atención la estructura del edificio pero en su momento generó todo tipo de polémicas.. no sé, lo dicho, tengo que verme allí para juzgar si es un despropósito como la pirámide del Louvre o no.

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3 thoughts on “De nuevo nos vamos a París en familia, del Museo D’Orsey a tomar una gallette

  1. Todos los lugares son especiales, y se pueden hacer muchas cosas con niños, es una ciudad fantástica 😉 Pero claro, que voy a decir yo.

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