
Pues sí, los niños crecen y las circunstancias van cambiando y llegan las primeras burlas y nos toca aprender a enseñarles cómo gestionarlas.
La verdad es que esto de la crianza es una carrera de obstáculos y de fondo, ambas a la vez. Las herramientas para que ellos puedan autogestionar su día a día se las vamos dando nosotros, sus padres y no me refiero sólo a nuestras indicaciones, sino también a nuestros actos, nuestra forma de gestionar nosotros nuestro día a día con ellos delante.
No siempre nos escuchan pero es evidente que siempre nos ven.
Y aún así nunca estamos seguros del todo de estar haciéndolo bien cuando empieza a activarse la presión del grupo. Cuando vivimos que #HayVidaDespuésDeLos6 y que a veces es bastante complicada.
ElMayor se ha ido de campamento y ha venido aún más mayor (aaaiinss) no sé a quien le ha pedido permiso para crecer así, de golpe, en los últimos quince días.
La cuestión es que el campamento parece que le ha venido muy bien pero no sé si ha sido igual de bueno para todos sus amigos.
Uno de ellos no lo ha pasado tan bien, uno ha tenido un poco más de broma y de burla de la que le hubiera gustado, uno de ellos ha sufrido la presión del típico gamberrete que se crece ante los puntos débiles de los demás.
Nos gustó lo que nos dijo el monitor cuando se lo comentamos: «¿Habrá que trabajar con ambos lados, quizás uno sea demasiado sensible pero también el otro no debe aprovecharse de ello?»
Bromas que viniendo de un amigo no molestan pero llegando del típico «matoncillo» dejan al que las recibe en una posición más vulnerable.
¿Cómo delimitar quien puede y quien no puede bromear con uno cuando se tienen diez años? ¡Menuda empresa!
Complicado, sin duda. Ya nos cuesta a los mayores a veces poner límites como para que un crío pueda gestionar una situación así en la que se enfrenta a las primeras burlas, algo más que simples bromas.
No queda otra que hablar con los monitores, con los coordinadores, con los responsables para comentarles la situación. Con los adultos, con una autoridad superior.
¿Por qué se produce esa vulnerabilidad?¿Por qué ese niño en cuestión y no otro?
Las causas pueden ser tantas, tan diversas y tan complejas que a mí, viéndolo un poco desde fuera, se me escapan.
¿La solución? Sólo se nos ocurrió trabajar en dos frentes, por un lado hablar con los adultos responsables, los que tenían autoridad sobre el crío que generaba las situaciones incómodas y por otro lado, afianzar su pequeño grupo de amigos más íntimos, entre ellos ElMayor.
Que sus tres amigos le hayan defendido, le hayan arropado y le hayan aplicado la misma medicina al que se lo hacía pasar mal, junto con la mediación de los monitores, parece que le ha hecho la vida algo más fácil.
No sé si le ayudará a madurar, no sé si aprenderá a enfrentarse a los más que posibles incordios que se encuentre en su camino pero por lo menos sabe que tiene gente a su alrededor que le quiere y que le cuida y eso, yo creo que siempre es una ayuda y no sólo ahora que han llegado las primeras burlas, sino durante toda su vida pero sí, no se nos puede olvidar que ¡qué complicado es esto de crecer!
El sentimiento de pertenencia al grupo es fundamental, aunque a veces sea esa necesidad de inclusión la que nos motive a burlarnos de otro. En esta ocasión, ha sido al revés, para bien.
Muy de acuerdo, además en estas edades las relaciones entre iguales son claves para su desarrollo, para su madurez. A ver si es verdad..
qué díficil!!!
¡¡Uff!!
Pero ahí estamos.. tampoco hay muchas opciones más que seguir educando y ayudando.. jejejeje
Crecer, madurar, aceptarse a si mismo, desvincularse poco a poco de nosotros, ser responsable,………. Hay tanto de difícil en el camino del crecer!!!!!!!!
Cierto, muy, muy cierto..
El grupo, que otras veces ejerce de masa insolente, en esta ocasión ha sido la tabla de salvación. Por eso, sin intervenir en demasía, a veces es necesaria -por no decir siempre- la intervención adulta, para canalizar esfuerzos. El amigo de El Mayor ha tenido suerte de dar con amigos cuyas familias son tan "empáticas". Es lo que toca! Me ha encantado leerte. Gracias por participar!!!
¡Me alegro de que te haya gustado!
La verdad es que la situación era durilla para el amigo de ElMayor pero la solución, más o menos, parece que vino sola.. no sé..
delicado tema, si señor porque es difícil de afrontar y asumir. No mencionas hablar con los padres del niño matón… por llamarlo de alguna manera. A mi creo que me gustaría saber si mi hijo es de estos niños para poder atajar una situación de éstas… pero claro, hay padres y padres… y cuando hay un niño así… un matón de éstos es que detrás de este niño ya hay un problema….
No, lo de hablar con los otros padres es muy complicado, no les conocemos, no viven cerca, no tenemos trato con ellos.. nos parecía bastante violento, vamos que.. ¡no lo barajamos como opción, la verdad!
Me ha gustado mucho vuestro enfoque. El niño debe estar muy contento con tener tan buenos amigos.
Un saludo!
Creo que han tenido que aprender a defenderse en el entorno escolar en grupo, hay un compañero que no sabe relacionarse con los demás si no es con la agresividad. Lo que hemos hecho ha sido trasladar ese apoyo al entorno más lúdico del campamento y espero que le haya funcionado, la verdad.
¡Qué complicado es crecer! Pero también madurar. Porque eso se va aprendiendo poco a poco, con la confianza que se da desde los adultos, y la confianza que van gestionando los niños, trabajar la autoconfianza es vital para no sentirse objeto de burlas. Y porque las diferencias al fin y al cabo son las que nos hacen únicos.
Esa es la cuestión ayudarles a vivir con sus diferencias, que no les hagan ni mejor ni peor persona el hecho de ser diferente, lo complicado además es cuando alguien decide que esa diferencia es objeto de burla. La gestión se complica pero… a veces se consiguen grandes cosas entre todos.