
Que hay que cuidarse es una frase hecha pero no por ello deja de ser real. Que tenemos poco tiempo, también es una realidad, eso es indiscutible y aún menos tiempo si además somos mamás. Y que a veces tenemos soluciones al alcance de la mano pero no se nos había ocurrido ponerlas en prácticas, es otra de las verdades irrefutables de nuestra vida. ¡Hoy estoy que no me tose nadie! jejejejeje.. debe ser porque es viernes y hay ganas de fin de semana, pero ya veréis como os gusta y mucho lo que os voy a contar. ¿Cómo andáis en casa de frascos de vidrio?
Soy fan declarada del vidrio en la cocina, lo sabéis, os lo he contado en otros posts. Cada día compro menos plásticos para conservar y almacenar alimentos porque me he dado cuenta de la versatilidad que tiene el vidrio para eso en mi cocina. Si cocinamos alguna ración de más: se guarda en la nevera en un frasco de vidrio. Si toca preparar purés para varios días: se congela en frascos de vidrio. Si se tiene pinta de que se nos van a estropear esas peras (por citar sólo un caso verídico..): se hace compota que se envasa al vacío en un frasco de vidrio y al armario de la cocina.
Había visto hasta ensaladas para llevar de picnic o para comer en la oficina (algo que hice hace tiempo, en otro trabajo, pero que ahora, no me toca por trabajar tan cerquita de casa) pero no me había atrevido a prepararlas, sí… quizás falta de fe, puede ser. Así que el otro día cuando FriendsOfGlass nos invitó a unas cuantas blogueras a conocer un poco más las posibilidades del envase de vidrio y nos contó el secreto de «las ensaladas de bote» me quedé encantada.
Fue una tarde estupenda en la que Belén Rodríguez Doñate, dietista y nutricionista, nos habló de la alimentación equilibrada y completa. Una tarde en la que los peques prepararon galletas y zumos mientras sus madres aprendíamos a preparar y guardar en un frasco una estupenda, fresca y obviamente sana ensalada. Por supuesto, la masa de las galletas y el zumo, lo guardaron en vidrio para poder cocinar y consumir en casa.
¿Cuántos frascos de vidrio podréis reciclar de los muchos que compramos a diario con distintos productos? ¿Cuántas veces podemos reciclarlos? ¿Cuánto dinero ahorramos dejando de comprar otros contenedores si utilizamos los frascos de vidrio reciclados? ¿Cuánta huella ecológica podemos «suavizar» cambiando este pequeño hábito de consumo?
Pensadlo solo un poco… y ya me decís.