
Me levanto y despierto a mis hijos, les ayudo a vestirse y preparamos su desayuno, mientras ellos desayunan y charlan con su padre, yo me ducho y me visto. Les llevamos juntos al colegio, es de los pocos momentos al día que estamos los cuatro juntos. En la cafetería que está al lado de mi oficina, desayunamos mi marido y yo algo más tranquilos. No puedo imaginarme que un día alguien decidiera que yo o él o los dos, no formamos parte de esta escena por lo menos durante tres años. ¿Por qué? Pues porque peleáramos por la defensa del planeta, nada menos.
Eso es lo que les puede pasar a Helena, Sonia, Amanda Luna, Nacho, Virginia, Hernán, Natxo, Marcelí, Sonia, Vicenç, Maite, Araceli, Nelia, Rakel, Auba y Fausto y a Pedro. Unos por participar en una protesta pacífica y Pedro, Pedro Armestre por hacer su trabajo, por hacerles fotos que pudiéramos ver cualquiera. Son los 17 de Cofrentes y su delito ha sido implicarse en la defensa del planeta, del de todos incluidos los que les acusan.
Es así de cruel, así de injusto y así de estúpido. Son los 17 deCofrentes. Diecisiete personas que hace casi 4 años denunciaron públicamente la situación de la central nuclear de Cofrentes de la mano de Greenpeace.
Son 17 peligrosos terroristas, 17 corruptos políticos, 17 asesinos, 17 narcotraficantes, 17 vendedores de armas a grupos terroristas en países desgobernados, 17 directores de bancos que han estafado a preferentistas. No, no lo son.
Son gente que ha puesto la seguridad, la salud y la protección de los demás, por delante de sus propias vidas y ahora se enfrentan a una posible sentencia de tres años de cárcel por defender lo que es de todos.
Se enfrentan a 360.000 euros de multa por reivindicar la protección a la naturaleza, al medio ambiente, al bien común.
¿Vosotros podéis entenderlo? Yo no. Y no puedo pensar cómo lo estarán viviendo ellos y sus hijos, su entorno. Estarán con el corazón destrozado, el estómago encogido y las lágrimas al borde cada minuto de cada día pero también con una tremenda sensación de orgullo, de dignidad, de saber que lo que han hecho es bueno y que no hay ley injusta que nos logre convencer ni a ellos ni a muchos de nosotros de lo contrario.
Saben que el injusto castigo lleva su nombre pero no están solos, somos muchos los que estamos con ellos, desde páginas como esta, desde organizaciones como Greenpece, desde bosques limpios, desde ríos vivos.
Y sobre todo desde las miradas de nuestros hijos (de las de sus propios hijos) a los que les explicamos lo que ellos han hecho y les contamos que las leyes cuando son así de injustas, no debemos evitar incumplirlas.
No es ya un derecho, sino una obligación. Estamos con vosotros y os damos las gracias, yo lo hago aquí y ahora con este pequeño texto como madre y como ciudadana del mundo. ¡Fuerza y ánimo, mucho ñanimo para todos!
NOTA.- Me parece tan tremendo que me uní en cuanto leí la propuesta de Greenpeace. Estás a tiempo, hagamos ruido, protestemos, apoyémosles con nuestros blogs ¡únete escribiendo!
Decía (parece que mi comentario no subió finalmente) que esta es una entrada valiente y muy solidaria con los 17 de Cofrentes. Aunque para valientes ellos, que se han arriesgado para denunciar las irregularidades en la seguridad de la Central Nuclear.
Señalar como delictivos (¡ay que sufrida es la interpretación del C. Penal!) actos pacíficos en Defensa del Medio Ambiente, no es que diga mucho de nosotros como supuesta sociedad avanzada. Sin embargo, alguien lo tiene que hacer (me refiero a alzar la voz para denunciar), aunque sea para recordarnos que nuestros hijos pensarán muy mal de nosotros cuando sepan que ni hicimos nada para proteger la que es nuestra gran casa (se entiende ¿no?), ni apoyamos a los que se esforzaban por defender.
Concretamente en Cofrentes no es la primera vez que se actúa contra los manifestantes (identificarlos, enviar multas a casa), lo sé porque yo he estado ahí hace años. Pero que se pretenda castigarles con penas de prisión es algo que difícilmente entra en la cabeza (en la mía al menos no); y más en este país en el que los grandes artífices de la corrupción, apenas ponen el pie en la cárcel, y si lo hacen, ya mismito les preparan el indulto, o la rebaja de penas.
Enfin, ver para creer, gracias por estar de parte de los #17Cofrentes. Un abrazo.
Gracias a tí por currarte ¡¡dos veces!! un comentario tan bueno.
No creo que se pueda estar más que de su parte.. es que ellos hicieron lo que hicieron por estar de nuestra parte, así que es de ley apoyarles ahora que se les pretende castigar por protegernos a todos.
Como bien dices "ver para creer", es tan inaúdito, tan cruel, tan estúpido.
Y ya si encima se hace en un país como el nuestro en el que el sol y el viento nos regalan energía todos los días que nuestros gobernantes se empeñan en despreciar.. pues aún con más motivo hay que estar con los #Cofrentes17
Un abrazo y mil gracias por este y el comentario que se perdió.. jejejejeje