
Hay temas que hieren, esto es así y como dice mi amiga Su: «y los pimientos son asados.» Hay temas que se envuelven de ternura e ingenuidad y brillan pero por detrás tienen una cara que duele y eso es lo que hace con nosotros la publicidad emocional, precisamente eso.
Sí, estamos en Navidad y ¿qué os venir a contar yo a estas alturas que vosotros no sepáis sobre la publicidad y la Navidad?
Ese binomio acaramelado en el que mediante anuncios disfrazados las empresas pretenden que sigamos comprando sus productos pero sin decirlo a las claras que estamos en Navidad y al consumismo hay que llamarlo de otra forma.
Dos de esos anuncios me sacan las lágrimas como a miles de personas más en este país, uno es el de la lotería nacional y el otro es el de la tienda de muebles sueca, IKEA.
Y sí, ya que estamos aquí pues os cuento por qué, que para eso una un día se abrió un blog, para contar sus cosas.
El de la lotería es una historia redonda, con sus precuelas y sus spinoffs.
Su lotera, su cliente aparentemente desempleado desde hace tiempo y con una edad (también aparente) en la que ya no encuentra trabajo nadie en ese país y sobre todo con el camarero-pequeño-empresario, solidario y trabajador que le guarda el décimo premiado a un cliente habitual del bar. Ideal.
Más que un anuncio es un corto. Te toca la fibra pensar que hay gente así, que piensa en los demás, en lo que es justo y que piensa en compartir más que en acumular. Y te toca la fibra porque sabes que esa gente existe.
También te toca y mucho la fibra pensar que en España, para muchos no hay opción más allá de la lotería para salir de la pesadilla de la crisis, que el azar es lo único que les queda cuando ni trabajo, ni ayuda pública, ni solidaridad, ni amigos, ni familia pueden ya hacer mucho más que lo que hacen.
Y eso es tremendamente injusto. ¿Cuánta gente este año se dejará dinero que no tiene en participar en juegos de azar? ¿Cuánta gente regalará décimos a ese amigo o familiar que las está pasando chungas de verdad, en vez de darle los 20€ que cuesta el décimo?
Porque como dice el anuncio «lo importante es compartir» y eso cualquier empresa, como es lógico y legítimo, lo traduce en vender más.
Ya veis que no, no me gusta lo que hay detrás y sí, evidentemente, algún décimo o sobre todo participación de lotería también entrará en mi casa.
Y lo mismo me pasa con el spot de IKEA.
El viral, no el que han hecho para la televisión que me parece que es impecable y redondo, no le saco dobleces y me parece que «vende» el mismo concepto con mucha más mano izquierda, sin herir ni molestar ni crear polémicas.
Os hablo del que se supone que es un «experimento» en el que se reúne a madres y padres que seguro saben que no pueden pasar todo el tiempo que desean con sus hijos. Los niños lo necesitan y lo demandan ¿y acaso los padres y las madres no lo necesitamos y lo demandamos?
Veo a Natalia llorar y lloro con ella, la entiendo porque estoy segura de que para ella el tiempo que pasa con sus princesas es escaso, se le escapa entre los dedos, aunque pase todo el tiempo de que disponga y aunque lo disfruten juntas al máximo.
Como a muchas madres que tienen que trabajar dentro y fuera de casa, que tienen que organizar ropas, comidas, economía doméstica, agendas médicas de los hijos, cumpleaños de unos o de otros, trajes para la función de Navidad o la de fin de curso o la que sea.. todo ello junto con su propia vida.
Y veo a Bárbara y entiendo lo que dice, pues claro que sabemos que nuestros hijos quieren jugar con nosotros, no me sorprende a mí tampoco que lo pidan a los Reyes Magos o a Papa Noël o al sumsum corda (quizás me sorprenda un poco que se lo pida a los propios padres porque entiendo que los peques, a esas edades, saben que no está en la mano de papá o de mamá salir antes del trabajo) pero ¿a quién demonios se lo puedo pedir yo? ¡porque yo también quiero! y el SantoPadre ni os cuento lo mucho que le gustaría formar parte de la lectura del cuento de antes de dormir… ya con eso os hacéis una idea.
Pero ¿clavarme ese sentimiento de culpa en el alma es la solución a este problema?
Yo creo que no, al revés.
En concreto las madres creo que somos la generación de mujeres que más está asumiendo un sentimiento de culpa, de no estar nunca o casi nunca donde debemos, de no llegar nunca o muchas veces a tiempo, de no estar en ocasiones a la altura.. por encima de nuestras posibilidades y sobre todo por encima de lo que es justo y es real.
No señores publicistas, tocarnos la fibra así no es sincero, no es amable, no es justo y sobre todo no es necesario.
Estamos, siempre que podemos estamos e incluso cuando no podemos también estamos, que no es suficiente ni para nosotras ni para nuestros hijos, es verdad no lo es, pero ayúdennos a buscar la solución y no nos apunten con el dedo como si la culpa fuera nuestra porque no es así.
De hecho creo que los propios niños no le pedirían eso a sus padres por carta, esas cosas «mágicas» sólo las pueden conseguir los magos.. o nuestro gobierno.. y no, no pensemos que eso no está en nuestra mano porque eso también forma parte de nuestra responsabilidad o que me he puesto excesiva porque se nos viene un año cargado de «elecciones» en las que nosotros podemos enviar alguna que otra carta..
Muy buena reflexión, a mi también me hizo llorar con esas madres… Pero justo escuché en al radio a la responsable del spot y decía que a ver, que los niños en al carta a los padres querían seguir poniendo juguetes y que les dijeron que no podían, que tenía que ser no material, así que encima de todo, los niños si estaban manipulados para hacer esas cartas…
Y es lógico, de verdad que entiendo que los niños nos pidan juguetes, es que son niños.. como entiendo que también pidan jugar con nosotros y con esos juguetes.. Lo que me duele es que me intenten "sugerir" que la culpa es mía porque no estoy suficiente tiempo con ellos.. por ahí no paso..
A mi me chirrió mucho el anuncio de IKEA, es un post pendiente también en mi blog. Es que acaso los padres y madres no sabemos que nuestros hijos quieren pasar todo el tiempo con nosotros. Lo sabemos claro que lo sabemos pero a veces otras cuestiones no nos lo permiten, de ahí el tiempo de calidad que pasemos con ellos. Me encanta Pilar que siempre escribas desde la sinceridad y que siempre saques temas que nos hagan reflexionar.
¡¡Muchas gracias por tus palabras Pilar!!¡¡Tremendo halago!!
Muy de acuerdo y espero leer ese post pendiente sobre el tema en tu blog.. 😉
Ya he vuelto! Yo no soy de mirar en profundidad los anuncios, me gusta quedarme con el mensaje primario de los mismos, la solidaridad y recuerdo en el primer caso, la emoción y amor en el segundo… En un mundo ideal, no tendríamos que mirar más allá, pero si es cierto que se desprenden trozos de cosas, de causas y de personas que no son así, pero no porque algunas no lo quieran, sino porque se les impone (trabajar de x a y, por ejemplo)
En cualquier caso, el tiempo que tenemos, y el que queremos tener, es el que debemos tener para nuestra familia, ahora, en navidad, y siempre.
En un mundo ideal los anuncios no tendrían por qué existir.. ¿no? Podría haber cortometrajes, micrometrajes que cuenten historias y no anuncios "disfrazados".. jejejeje
Yo no estoy tan segura de que el tiempo que tenemos sea el que debemos tener.. no sé si deberíamos tener más y no sé si todos tenemos el que queremos tener.. ¿no te parece?
Pues yo estoy de acuerdo contigo en ambas cosas: en la empatía que me genera el anuncio de Ikea y al mismo tiempo en que no me gusta que meta el dedo en la herida que como madres más nos duele. Sí, lloro porque me emociona pensar que es a mí lo que más necesitan mis hijas… pero también -y, sobre todo- lo hago porque no puedo dárselo en la medida que me gustaría. Y ojo! que mis hijas, al experimentar en casa, son de las que han pedido que "no se muera nadie en navidad", vamos! que les llega la ración de madre que tienen 😉 Pero sí es cierto que cada vez que te vas a trabajar oyendo eso de "hoy trabajas? joooo" te sientes fatal. Yo soy una privilegiada en ese sentido, ni trabajo muchas horas ni mis horarios son estrictos -para lo bueno y para lo malo- así que no me quejo.. Besitos guapa
Jajajaja.. "les llega la ración de madre que tienen" ¡qué buena eres!
Pues eso.. que realmente: no está en nuestra mano.. y ahí es donde a mí me hiere el tema..
Bss mil!!
Muy de acuerdo, Pilar. Yo tengo la suerte de pasar todas las tardes con mi peque, pero si tengo una reunión o lo que sea y tengo que verlo menos esa tarde me siento fatal. Y él me lo paga llorando como un loco todas las mañanas al dejarlo en la guarde… Qué duro es ésto. Ni aunque nos toque la lotería lo arreglamos.
¡Beso!
Es que es un tema que va contra el reloj.. ellos crecen y el tiempo que estamos juntos disfrutando es todo un tesoro para ellos y para nosotros. Por eso las políticas de conciliación son tan necesarias..
Bss
Toda la santa razón! que cansinos ya con decirnos lo que tenemos que ser o cómo tenemos que ser para que nos entre sentimiento de culpa y luego vendernos su producto como la panacea para solucionar eso de lo que somos culpables. Lo hacen con todo. Con quince años me decían qué talla de pantalón tenía que llevar, que es una talla imposible, y luego me vendían la dieta para alcanzar lo inalcanzable. Con casi cuarenta, como ya no cuelo con eso, me venden que tipo de madre tengo que ser. Vale ya hombre!
Un beso!
¡¡Olé!!
Sí, la cuestión es tener siempre la sensación de que estamos fallando en algo.. y ya vale, como muy bien dices Blanca!!
Bss!!
Gran post, Pilar! Voy fatal de tiempo para comentar más allá de unas simples palabras, pero regresaré.
¡¡Muchas gracias maja!! No te preocupes que te espero.. jejejejeje