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A ver, tampoco os descubro nada si os
digo que mi valentía es muy relativa.
digo que mi valentía es muy relativa.
Que no soy yo de lanzarme a la conquista
de nuevos mundos, que mi valentía va más por ejemplo en poner la lavadora como
si no hubiera un mañana,como he hecho esta semana, con lo que eso lleva
implícito… ya me entendéis ¡¡eso sí que es valor!!
de nuevos mundos, que mi valentía va más por ejemplo en poner la lavadora como
si no hubiera un mañana,
implícito… ya me entendéis ¡¡eso sí que es valor!!
Así que lo de colocarme unos arneses y
subirme a los árboles pues… así a priori, no es que esté hecho para mí por
distintos motivos que ahora no vienen al caso.
subirme a los árboles pues… así a priori, no es que esté hecho para mí por
distintos motivos que ahora no vienen al caso.
Pero sí debo reconocer que ha sido
todo un descubrimiento y una vez allí, in situ, a pie de árbol… pues que lo
mismo puede más la curiosidad al instinto de supervivencia, quién sabe si la
próxima vez… en primavera, por ejemplo, que tampoco hay que dejar que la
osadía se aburra y se le pase la fuerza.
todo un descubrimiento y una vez allí, in situ, a pie de árbol… pues que lo
mismo puede más la curiosidad al instinto de supervivencia, quién sabe si la
próxima vez… en primavera, por ejemplo, que tampoco hay que dejar que la
osadía se aburra y se le pase la fuerza.
Por si os animáis ¡ataros los machos! que
traigo un post cargado de aventura y adrenalina con el que vuestros peques van
a disfrutar mucho más de lo que imaginan en un primer momento.
traigo un post cargado de aventura y adrenalina con el que vuestros peques van
a disfrutar mucho más de lo que imaginan en un primer momento.
Sí, al menos eso les pasó a los míos.
Llegamos a “Aventura Amazonia”.
No sé si se me habría ocurrido a mí o
al SantoPadre pero teniendo amigos como los que tenemos es evidente que a ellos
sí se les ocurrió que una mañana estupenda podríamos pasarla en Cercedilla
colgados de los árboles, sí…literal.
al SantoPadre pero teniendo amigos como los que tenemos es evidente que a ellos
sí se les ocurrió que una mañana estupenda podríamos pasarla en Cercedilla
colgados de los árboles, sí…literal.
Y allá que vamos que no se nos ocurrirán las ideas peregrinas pero somos muy de seguir a nuestros amigos allá donde propongan.
Los peques van a ser los que se
coloquen los arneses, las madres sufrientes nos quedamos con el más pequeño de
todos que aún no puede participar en la actividad y los padres abnegados se
disponen a recorrer el parque detrás de sus hijos mirando a las alturas y
velando por su seguridad. Ante lo inútil de velar por su seguridad que está más
que asegurada por las propias instalaciones del parque, los padres abnegados se
dedican a disfrutar, hacer innumerables fotos e indescriptibles videos de sus
retoños que cuelgan de los árboles como jamones secándose al sol.
coloquen los arneses, las madres sufrientes nos quedamos con el más pequeño de
todos que aún no puede participar en la actividad y los padres abnegados se
disponen a recorrer el parque detrás de sus hijos mirando a las alturas y
velando por su seguridad. Ante lo inútil de velar por su seguridad que está más
que asegurada por las propias instalaciones del parque, los padres abnegados se
dedican a disfrutar, hacer innumerables fotos e indescriptibles videos de sus
retoños que cuelgan de los árboles como jamones secándose al sol.
“Aventura Amazonia” está en
Cercedilla, en la Sierra de Madrid, bueno, a este es al que fuimos nosotros
pero hay más parques de esta misma empresa repartidos por el país, así que si pasáis por su web lo mismo tenéis uno cerca en el que soltaros la melena.
Cercedilla, en la Sierra de Madrid, bueno, a este es al que fuimos nosotros
pero hay más parques de esta misma empresa repartidos por el país, así que si pasáis por su web lo mismo tenéis uno cerca en el que soltaros la melena.
Es evidente que los monitores están
acostumbrados a tratar con niños, pero las madres como nosotras no estamos tan
acostumbradas a tratar con monitores que tratan a nuestros bebés casi como
adultos. Al principio nos costó un poco entenderlo pero después, al ver como se
organizaban ellos mismos, nuestros “chiquitines”, resulta que interiormente
reconocimos que es la mejor forma.
acostumbrados a tratar con niños, pero las madres como nosotras no estamos tan
acostumbradas a tratar con monitores que tratan a nuestros bebés casi como
adultos. Al principio nos costó un poco entenderlo pero después, al ver como se
organizaban ellos mismos, nuestros “chiquitines”, resulta que interiormente
reconocimos que es la mejor forma.
Teníamos miedo por los dos más
pequeños y resulta que no tuvieron ningún problema, más allá de los típicos al
principio con el mosquetón y con lo de “engañar” a la bola de la cuerda… ya, no
lo entendéis si no habéis estado allí… jejejeje
pequeños y resulta que no tuvieron ningún problema, más allá de los típicos al
principio con el mosquetón y con lo de “engañar” a la bola de la cuerda… ya, no
lo entendéis si no habéis estado allí… jejejeje
Se lo pasaron como los indios y para
que os hagáis una idea, estamos hablando de que se hicieron sólo uno de los
circuitos y estuvieron en torno a las tres horas casi cruzando puentes
tibetanos creo que se llaman, dejándose caer por las tirolinas, cruzando por
cuerdas y escalando por rampas… ¡una paliza con la que disfrutaron como niños!
que os hagáis una idea, estamos hablando de que se hicieron sólo uno de los
circuitos y estuvieron en torno a las tres horas casi cruzando puentes
tibetanos creo que se llaman, dejándose caer por las tirolinas, cruzando por
cuerdas y escalando por rampas… ¡una paliza con la que disfrutaron como niños!
Para que os hagáis una idea, casi eran
las cuatro cuando llegábamos al Restaurante Helio, en Cercedilla, junto a la
estación de la RENFE y poniendo nuestra cara más tierna pedíamos que nos dieran
de comer a los ocho si no era mucho pedir…
las cuatro cuando llegábamos al Restaurante Helio, en Cercedilla, junto a la
estación de la RENFE y poniendo nuestra cara más tierna pedíamos que nos dieran
de comer a los ocho si no era mucho pedir…
La verdad es que fueron tremendamente
amables, se desvivieron porque estuviéramos a gusto, cómodos y nos pusieron
unas judías y unas sopas que los intrépidos aventureros devoraron con ansia
viva y más hambre de la que han tenido en toda su vida.
amables, se desvivieron porque estuviéramos a gusto, cómodos y nos pusieron
unas judías y unas sopas que los intrépidos aventureros devoraron con ansia
viva y más hambre de la que han tenido en toda su vida.
Dos sitios a los que volveremos, sin
duda, de visita a Cercedilla, el primero para hacer deporte y soltar estrés y
el segundo para recuperar fuerzas y disfrutar gastronómicamente hablando.
¡¡Planazo!!
duda, de visita a Cercedilla, el primero para hacer deporte y soltar estrés y
el segundo para recuperar fuerzas y disfrutar gastronómicamente hablando.
¡¡Planazo!!
* Notas de la Autora:
– Si me preguntáis por edades, sólo puedo deciros que llevábamos dos niños de 7 años y uno de 11 y se lo pasaron genial los tres por igual, no sé si aún más pequeños disfrutarán tanto, supongo que dependerá de la osadía y la naturaleza del niño.
– Además, nosotros fuimos en este ver-oño que nos ha regalado el clima en la Comunidad de Madrid, pero la zona es fresca así que a finales de la primavera estamos dispuestos a volver.
– ¡¡Ah, se me olvidaba!! No, no es un post patrocinado (ya habéis visto que no lleva la etiqueta «1,2,3..probando») pero ya os digo que ¡¡no me importaría que el próximo lo fuera!! jejejejeje
[…] estando cerca de Rascafría (8) o Cercedilla (9) podemos colgarnos de las lianas y los puentes entre algunos de los pinares de la zona. Una aventura para divertirnos como niños y lo mejor, […]