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Volvemos a palpar la vida real de la
maternidad y la crianza, volvemos a charlar con otras dos madres sobre ideas que en
mayor o menor medidas todas nos planteamos durante la crianza de nuestros hijos
o hijas.
maternidad y la crianza, volvemos a charlar con otras dos madres sobre ideas que en
mayor o menor medidas todas nos planteamos durante la crianza de nuestros hijos
o hijas.
Hoy son dos madres, de un niño cada
una de ellas, las que nos cuentan lo que piensan sobre educar en igualdad
porque hoy en ReaLife hablamos de si las niñas ya no quieren ser princesas o es
que no sabemos ser otra cosa, cuando crecemos.
una de ellas, las que nos cuentan lo que piensan sobre educar en igualdad
porque hoy en ReaLife hablamos de si las niñas ya no quieren ser princesas o es
que no sabemos ser otra cosa, cuando crecemos.
¿Y vosotras?¿Cómo lo veis en vuestra
casa?
casa?
Celia es periodista, la puedesescuchar en las noches más íntimas de la cadena SER pero lo que nos importa
ahora es que Celia es mamá de un niño, un chico, un varón, “mi moco” (como le
llama ella cariñosamente muchas veces) y una mamá de un chico ¿cómo se plantea
esto de la educación en igualdad?
ahora es que Celia es mamá de un niño, un chico, un varón, “mi moco” (como le
llama ella cariñosamente muchas veces) y una mamá de un chico ¿cómo se plantea
esto de la educación en igualdad?
¿Crees que las niñas aún quieren ser
princesas?Y cuándo crezcan ¿crees que querrán
y/o sabrán ser otra cosa?
Celia nos comentó esto al respecto:
“Quiero creer que dejamos de creer en
ser princesas primero las madres que las tenemos que educar sin que lo sean y
por ende, ellas ya no creen que deban serlo. Una cosa es que les encante los
rosas, los tules, las purpurinas y sueñen con ser felices entre nubes y otra
muy distinta que sean unas ñoñas y unas bobas como quería Walt Disney (autor de
los dibujos animados más heteropatriarcales y machistas posibles) y otra que
vayan a serlo.
ser princesas primero las madres que las tenemos que educar sin que lo sean y
por ende, ellas ya no creen que deban serlo. Una cosa es que les encante los
rosas, los tules, las purpurinas y sueñen con ser felices entre nubes y otra
muy distinta que sean unas ñoñas y unas bobas como quería Walt Disney (autor de
los dibujos animados más heteropatriarcales y machistas posibles) y otra que
vayan a serlo.
Afortunadamente, hordas de madres a
las que nos encantan los tacones, los vestidos ajustados y las medias de
rejilla casi tanto como leer a Hanif Kureishi, Bukowski y Nabokov, nos juntamos
con parejas (hombres y mujeres) que nos ayudarán a que crezcan con vestidos
rosas si les da la santa gana pero con la seguridad de que podrán con todo,
serán independientes y no necesitarán ningún príncipe que las rescate: se
calzarán ellas sus botas militares para ser más Lara Croft que Cenicienta.”
las que nos encantan los tacones, los vestidos ajustados y las medias de
rejilla casi tanto como leer a Hanif Kureishi, Bukowski y Nabokov, nos juntamos
con parejas (hombres y mujeres) que nos ayudarán a que crezcan con vestidos
rosas si les da la santa gana pero con la seguridad de que podrán con todo,
serán independientes y no necesitarán ningún príncipe que las rescate: se
calzarán ellas sus botas militares para ser más Lara Croft que Cenicienta.”
Fotograma de la última versión de «La Cenicienta» de Disney |
Leticia es inquieta, curiosa, lapodéis leer en Mujeres y Madres Magazine (y os recomiendo que lo hagáis a ellay al resto de redactoras que se curran los contenidos de esta revista) y vamos
a lo que nos atañe: madre de un bombón, un niño, un chicazo al que
cariñosamente llama “ojazos” en sus redes sociales y ante el planteamiento de
la pregunta Leticia tiene clara también su opinión al respecto:
“Las niñas quieren ser princesas,
vestir de rosa, cantar, bailar y tener un príncipe azul que les saque las
castañas del fuego. Al menos eso es lo que me encuentro en mi entorno: las
amiguitas de Ojazos, ya sea las de la escuela o las de la urbanización en la
que vivimos, o incluso mi sobrina, todas adoran el ideal de Disney.
vestir de rosa, cantar, bailar y tener un príncipe azul que les saque las
castañas del fuego. Al menos eso es lo que me encuentro en mi entorno: las
amiguitas de Ojazos, ya sea las de la escuela o las de la urbanización en la
que vivimos, o incluso mi sobrina, todas adoran el ideal de Disney.
La experiencia propia me dice que se
puede salir del tópico, siempre que estemos dotadas de sentido crítico a la
hora de afrontar las cosas.
puede salir del tópico, siempre que estemos dotadas de sentido crítico a la
hora de afrontar las cosas.
Me asustan los números de la
adolescencia actual, esos que muestran que el control les parece normal, que
así se demuestra el amor. Así que prediquemos con el ejemplo, eduquemos en
igualdad –las madres de varones tenemos mucho que hacer en este sentido- y
ayudémosles a cuestionarse la realidad establecida.
adolescencia actual, esos que muestran que el control les parece normal, que
así se demuestra el amor. Así que prediquemos con el ejemplo, eduquemos en
igualdad –las madres de varones tenemos mucho que hacer en este sentido- y
ayudémosles a cuestionarse la realidad establecida.
Creo que el resto vendrá por sí solo.”
Fotograma de la película «Mujercitas» de 1949 basada en el libro del mismo título de Louise May Alcott |
Con dos madres como ellas el tema de conseguir la igualdad para las próximas generaciones estaría “chupado” pero es evidente que
hay mucho que andar, que no todas y todos pensamos igual ni educamos con estos
valores y que la sociedad en la que nos movemos tampoco es que ayude demasiado
y para eso no hay más que echar un vistazo cada día a los informativos, los
anuncios o incluso algunos de los dibujos o películas (como curiosamente han
mencionado las dos) para darse cuenta de ello.
hay mucho que andar, que no todas y todos pensamos igual ni educamos con estos
valores y que la sociedad en la que nos movemos tampoco es que ayude demasiado
y para eso no hay más que echar un vistazo cada día a los informativos, los
anuncios o incluso algunos de los dibujos o películas (como curiosamente han
mencionado las dos) para darse cuenta de ello.
¡Nos encontramos en las trincheras,
madres que tenéis hijos!
madres que tenéis hijos!
Uff pues no queda, solo hay que ver las noticias cada día como dices, leer o simplemente estar presente en ciertas conversaciones. Pero que haya mucho por hacer no significa que no pueda lograrse, y en ello estamos. Yo espero ayudar a que mis hijos, niña y niño, no solo valoren la igualdad, sino que hagan de ella una forma de vida.
"Que haya mucho por hacer no significa que no pueda lograrse" me ha encantado la idea y la actitud, estoy absolutamente de acuerdo y añadiría algo más: es que no nos queda más remedio, cualquier otra opción sería tremendamente injusta.