
esto se llama “Uno al mes” pero es el “como mínimo uno al mes” y para una vez
que se me acumulan pues tampoco voy a ser yo la que me ponga “peros” ¿no?
quedaron sin lectura, que de esos también ha habido. Además dos libros
completamente distintos y de dos autores que tampoco parece que tengan la misma
actitud ante la vida, ante la página en blanco y ante lo que vuelcan en ella.
autores, dos formas de escribir y dos actitudes ante la vida muy distintas por
lo que se traduce de sus obras, dejemos a parte las polémicas declaraciones que
de vez en cuando nos regala uno de ellos.
Arturo Pérez Reverte y “Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café” de
Isaac Pachón. Ya os digo: mundos distintos el uno del otro.
Y el ajedrez se hizo libro
«Un año bastaba para cauterizar las heridas, pero no los recuerdos.»
Y es que La tabla de Flandes articula la acción en torno al ajedrez, una partida pintada, una partida
vivida, una partida jugada, una partida perdida (me puse poética, disculpad..).
partir de ahí la intriga, el suspense y algún que otro asesinato. El libro es
de esos que te piden que pongas de tu parte, no es una lectura que fluya fácil
en todo momento, a veces se hace un poco farragoso la verdad y puede que
inevitablemente me haya manchado con algunos prejuicios hacia el autor, pero su
planteamiento de los personajes me parece un poco típico y sobre todo bastante
tópico.
«…como si los recuerdos no perteneciesen a ambos, sino a otras personas de las que una vez habían oído hablar y cuya suerte les trajera sin cuidado.»
Ya digo que puede que sea un problema
mío, no lo descarto. Hay dos chicas, una es etérea la otra es zafia, una es
inteligente la otra es lista, una es digna la otra es una superviviente, una es
admirable la otra es defenestrada… la gama de grises la dejamos para otro
momento.
ladino el otro es masculino y misterioso, uno es vanidoso el otro discreto, uno
es presuntuoso el otro es recio, uno es voluble el otro es sensato, uno es
hipócrita el otro es hermético pero sincero. Más de lo mismo.
«…la extrema cortesía, en las personas de clase superior, es la más alta expresión de desdén hacia los demás.»
¿Recomendable? Sólo en parte, la forma
de escribir de Reverte cuando se pone a contar las acciones, los hechos, los
momentos incluso las descripciones es muy interesante e invita a seguir
leyendo.
personajes interactúan entre sí, sobre todo cuando lo hacen más de dos personajes al
mismo tiempo. Se vuelve previsible y hace que el ritmo decaiga un poco cuando
debería ser justo al contrario.
«Ser el mejor no significaba nada. Se podía ser el mejor, igual que se podía ser rubio o tener los pies planos, sin que eso llevara implícita la obligación de ir por ahí demostrándoselo a la gente.»
Grandes dosis de cafés
cortados
«Y entre cofres del tesoro y palmeras de atrezo, olvidó que un día quiso escapar de su pecera…»
El segundo libro que os traigo está
lleno de distintas historias con distintos ambientes y distintos protagonistas.
por Isaac Pachón que tiene el poético título de Cosas que escribí mientras se
me enfriaba el café no hace falta ser Lorelai Gilmore para aficionarse a un
libro como este ya os advierto.
«Qué contradictoria es esta vida; cuando menos la valoras, te da agilidad y rapidez para disfrutar del momento,…»
Lo bueno que tiene el libro es lo bueno que
tiene el relato corto, su brevedad y la sensación de quedarte en la mayoría de
los relatos con ganas de más, con una sonrisa en los labios y un buen sabor en
la boca.
vendiendo como churros (ya, ya sé que tradicionalmente van más con el chocolate
pero eso son convencionalismos… churros y café, me estoy yendo del tema,
disculpad) así que el punto valiente del autor ya juega a su favor y para
alguien que también se lanzó a publicarse su primer libro pues ¿qué queréis que
os diga?
perfecto si andáis cortos de tiempo porque terminar un relato no os llevará más
que unos minutos y de ese pasar a otro y luego a otro más, lo complicado será
que dejéis de leer uno tras otro.
«Remuevo mi café tranquilo, otra tarde más. Observo el tiroteo a través de los cristales de la cafetería. Otra tarde más.»
¿Recomendable? La verdad es que sí,
las historias son interesantes y a veces deliciosamente sorprendentes, otras te
agarran más por la garganta hasta que te hacen un nudo y alguna te llevan al
pasado, a una infancia que en algunos momentos nos recuerda mucho a la nuestra,
a la propia y muy poco a la de nuestros hijos.
«…no logrará vivirlo como si fuera real y tendrá que conformarse con hacerlo como un sueño, para más adelante comprobar que no lo ha sido.»
que hay meses que esto de leer cunde más que otros por alguna razón que
sinceramente yo desconozco por completo.