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Hoy no os propongo que os mováis si vivís en Madrid o quizás os animéis a venir si no vivís aquí porque hoy os hablo de lo bonita, apetecible, acogedora, divertida y sorprendente que se pone la ciudad cuando llegan estas fechas.
Madrid brilla en Navidad y está cargada de ideas y propuestas para disfrutarla en familia ¿os venís?
De lo clásico a lo nuevo
En Navidad la Plaza Mayor de Madrid es una de esas citas obligadas para dar un paseo. Recorrer los puestos del mercadillo que se monta en la plaza y comerse un bocata de calamares en alguno de los bares más tradicionales de sus soportales.
Aunque en Madrid hay muchos más mercadillos navideños que este del que te hablo, aquí mismo tienes otras cuatro propuestas más de mercadillos en Madrid que empiezan a funcionar cuando llega la Navidad.
Da igual el frío que haga, desde la Plaza Mayor se puede ir caminando a la chocolatería San Ginés para entrar en calor con un delicioso chocolate con unos churros.
En Madrid tenéis un montón de museos para sorprender a grandes y pequeños. Museos más tradicionales como el Museo del Prado, en el que lo mejor es que seleccionéis algo y no pretendáis recorrerlo entero y museos más innovadores, quizás pequeños pero también atractivos como pasa con la Fundación Telefónica, justo detrás de Gran Vía.
Y exposiciones, no hay que olvidar que en la ciudad hay unas salas de exposiciones con joyas como las muestras de las hojas de contacto de los fotógrafos de la agencia Magnum que están en la Fundación Canal hasta el 5 de enero y que son un viaje a la historia de la fotografía y del mundo al mismo tiempo, un viaje casi mágico para hacer con los adolescentes que haya en casa.O la espectacular exposición sobre el universo de Harry Potter que dado el interés que ha despertado entre el público (a pesar del precio que tiene si va la familia completa) han ampliado fechas hasta principios de abril, así que estas navidades puede ser el momento perfecto para recorrerla y sorprenderse con cada detalle.
Navidad sorprendente
Más allá de los mercadillos, los museos y el chocolate con churros que está estupendo, tenemos Navimad que mezcla cine y gastronomía y tiene una pinta muy, muy atractiva para acercarnos una tarde en familia y redescubrir grandes clásicos del cine en pantalla grande para terminar probando alguna de sus propuestas gastronómicas.
Sin olvidarnos de que Madrid tiene tablas, escenarios y espacios en los que los más pequeños pueden descubrir magia, grandes historias y soñar despiertos.
Con un poco de previsión podréis pasar una tarde llena de música viendo a Billy Elliot o cualquier otra posibilidad que precise la edad de los más pequeños de la familia, por opciones de teatro infantil no será en esta ciudad.
Todas estas ideas hacen que Madrid se renueve que cada día se ponga más guapa y nos guste más recorrerla.
Si tenéis que parar para reponer fuerzas ya hemos mencionado la San Ginés para desayunar o merendar como mandan los cánones navideño-madrileños
Si la parada es más de hacer una comida o una cena a los niños les van a encantar las pizzas que sirven en Kilómetros de Pizza, nosotros fuimos hace unos meses y mis chicos están deseando volver, además es que están buenísimas.
O tenéis un entorno para casi todos los gustos muy cerquita de la Biblioteca Nacional, del Museo Arqueológico y del Museo de Cera, se llama Platea y en la planta de abajo tenéis un montón de opciones para encontrar eso que nos apetece a cada uno y después podéis sentaros todos en la misma mesa para comer juntos. Es muy sorprendente y muy apetecible.
Madrid ya veis que está cargada de grandes propuestas y no, no cierra por Navidad es más, Madrid huele a Navidad ¿te vienes a vernos?
[…] nos vamos virtualmente a algunas de esas ciudades, si el otro día os comentaba que Madrid huele a Navidad en otro post, no podía dejar de visitar juntos algunas de esas ciudades europeas que en Navidad […]
Nosotros hemos institucionalizado el día de PreNavidad. Y el fin de semana anterior al puente hacemos: parada en Cortylandia, un par de vueltas en el carrusel de la Plaza Santa Cruz con algodón de azúcar incluido!, paseo por la Plaza Mayor y comida en el chino (este año ha sido japonés). Un día que a los peques les encanta!
¡¡Bueno, bueno, bueno!!
Las tradiciones son así, se empiezan y ya… ¡¡hasta el infinito y más allá!! jajajaja
Por cierto, me gusta el cambio de restaurante chino a restaurante japonés.. ¡¡pero mucho, mucho!!