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Hoy os llevo a un museo muy peculiar que hemos descubierto hace poco a pesar de que hemos pasado decenas de veces por su puerta, se trata del Museo de la Sal de Santa Pola en Alicante y nos ha encantado.

Por eso hoy vamos a estar cerca de la playa pero sin pisarla mientras recorremos las salinas y las instalaciones de este peculiar museo ¿os venís con nosotros?

No es un museo grande y por fuera no es espectacular precisamente sin embargo por dentro está lleno de tesoros que poco a poco vamos a ir descubriendo.

El Museo de la Sal organiza unas magníficas visitas guiadas en las que un guía de la zona va desgranando la historia de las salinas, va contando de donde viene la sal, qué propiedades tiene, cuál es la mejor sal que podemos consumir, cómo se extrae del mar y cuánto dura el proceso hasta que sale del agua y llega a nuestra mesa.

Las visitas guiadas son gratuitas y el guía que os irá comentando todo esto y respondiendo a vuestras preguntas os contagiará de su entusiasmo y hará que la curiosidad se os despierte a todos, incluidos los más pequeños y eso ¡¡eso es genial!!

La sal de la vida

Sí porque la relación de la sal con la historia, con la economía y la población de la zona es innegable.

Las formas de trabajar, las industrias que se ponen en funcionamiento en el entorno de las salinas hacen que los pueblos se llenen de vida precisamente por eso, por la sal que extraen del mar.  

Y precisamente por eso las lecciones que sobre ecologismo vais a recibir durante la visita son muy oportunas, porque todo está directamente relacionado.

Si el mar se muere que acaba la sal, si se agotan las algas si se contaminan las aguas, la catástrofe es inimaginable desde todos los puntos de vista que podamos pensar.

De hecho, el Museo de la Sal de Santa Pola se encuentra en un parque natural protegido por la legislación desde 1988.

Un parque natural que además está declarado como “Zona de Especial Importancia para las Aves”, un parque natural que está incluido en la lista de las “Zonas Húmedas de Europa y el Norte de África”.  

La relación de las aves con las salinas es imprescindible para ambas, ellas forman parte del proceso de extracción de la sal y al mismo tiempo se alimentan de los microoganismos que surgen y crecen en este entorno.

El parque tiene una extensión superior a los dos mil cuatrocientos metros cuadrados y aunque no toda la extensión se puede recorrer sí tiene un extenso paseo por el que merece mucho la pena perderse un buen rato para buscar huellas de animales, reconocer plantas y sorprenderse con la manera tradicional en la que aún hoy se extrae la sal del agua del mar.

Cuando salgáis del museo os quedará muy claro que no es lo mismo la sal común que compramos en el supermercado que la sal marina y que puestos a elegir, quizás muy de vez en cuando podríamos darnos el capricho de probar “la flor de sal”.

Cuando terminéis la visita sabréis las bondades de la sal marina para la salud, para nuestro sistema inmunitario, para calmar la piel irritada e incluso la piel algo más seca o para patologías más serias como la psoriasis o distintos tipos de eccemas.  

Y sí, también os quedará muy, muy claro que la sal del agua no es como el cloro que es recomendable quitarlo de la piel cuanto antes, vamos que lo de la ducha de agua dulce después de un baño en el mar casi mejor lo vamos dejando para cuando lleguemos a casa o al hotel.

Visitando las salinas

Ya os digo que la visita a las salinas de Santa Pola y a su Museo de la Sal es muy recomendable y a nosotros nos gustó muchísimo pero no son las únicas salinas que podéis visitar si andáis haciendo turismo nacional.  

El Mediterráneo tiene sus orillas llenas de salinas, en Ibiza y Formentera podéis recorrer una reserva natural en la que asombraros con la biodiversidad mediterránea mientras recorréis sus famosas salinas.

También tenéis salinas convertidas en parque natural en las lagunas de La Mata y Torrevieja, allí podréis recorrer la peculiar “laguna rosa” y aprender cómo afecta la sal a la vegetación de la zona.  

En el Parque Natural del Delta del Ebro también tenéis salinas tradicionales en las que se siguen recogiendo toneladas de sal de la forma tradicional, como se viene haciendo desde la antigüedad.

Las salinas de Es Trenc o las de San Pedro del Pinatar, son dos lugares que en torno al Mediterráneo os procuran una excursión diferente para hacer en familia, para que los niños aprendan más de lo que imaginan sobre el medio ambiente, sobre la industria local y sobre lo que podemos hacer para nuestra propia salud.  

Planes divertidos para hacer juntos que a veces nos sorprenden por lo cerca que los hemos tenido durante tanto tiempo y a los que les habíamos prestado muy poca atención.

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One thought on “El Museo de la Sal en Alicante, historia y ecología a pie de playa

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