La carne en nuestra dieta no deja de estar en el punto de mira cada cierto tiempo así que nos toca volver a hablar
de ella también aquí por aquello de cuidarnos, de nuestra salud y de la salud de nuestra familia.
Y hay muchas cosas que decir y muchas posibilidades para comer carne de calidad, comer carne con garantías y si es necesario pues comer menos carne.
Sí, la que lio el programa Salvados hablando de la industria cárnica en nuestro país ha sido buena.
Empresas que no dan entrevistas, empresas que no permiten acceder a sus instalaciones, empresas que después lanzan una nota de prensa para desmentir lo que se ve en el programa.
Gobiernos que avisan cuando va a haber una inspección en alguna de esas grandes empresas… no sé, hay tantas cosas raras en todo este negocio que cuando menos nos hacen pensar en lo que ponemos en el plato.
Nos acordamos de la peste porcina, de las vacas locas, de la gripe aviar y mezclamos churras con merinas porque nos asusta.
Comer es una necesidad y pensar que lo que comemos puede que no sea todo lo sano que pensábamos, nos asusta.
Vamos a comer mejor
Que no se trata de sacar la carne de nuestra dieta, cada uno que haga lo que quiera pero tengamos claro que en la mayoría de los casos comemos más carne de la que nuestra salud necesitaría y lo que es peor, quizás sea de peor calidad de lo que nos imaginemos.
Pero no sólo la carne, podríamos hablar también de los cereales que ponemos en nuestra mesa o de la bollería que acompaña nuestras meriendas o desayunos.
Se tarda menos y nada en buscar cereales integrales con menos azúcar o en preparar un bizcocho casero en cualquier momento que andemos por casa.
No hace falta quedarse mirando el horno así que eso de que estamos muy liadas, lo mismo es cuestión de organizarnos un poco mejor.
No es lo mismo hablar de carnes naturales, un filete de ternera de Ávila por ejemplo, o de carnes procesadas que quizás es donde deberíamos poner mucho más el foco y la atención cuando vamos al supermercado.
Los hay más o menos sanos, recomendables y saludables pero imprescindibles resulta que no hay ninguno.
Un mundo de opciones sin carne
A ver, que yo insisto que no se trata de hacernos veganos ahora todo si no nos apetece, esto es una opción personal y obviamente voluntaria.
Lo que sí me gusta es tener distintas opciones para poder afrontar esto de la alimentación de una manera sensata sí, pero sencilla también.
Así que os dejo opciones que me han parecido accesibles para integrarlas en nuestra dieta. Ideas, opciones, recetas que pueden servirnos para alternar la proteína animal con la vegetal, en una familia de cuatro personas.
Las hamburguesas de carne son un éxito prácticamente en cualquier casa. Una cena por ejemplo con un filete de
hamburguesa, un poco de ensalada en el mismo plato y una loncha de queso sobre el filete puede ser una cena deliciosa y equilibrada.
Ahora vamos a probar con una
hamburguesa de lentejas como preparan en
Living las Vegans, hay que reconocer
que tienen una pinta bárbara.
Y en
24 zanahorias tenemos nada menos que
seis recetas de hamburguesas en este caso vegetales, no de legumbres. Una forma de que los más pequeños y menos afines a la verdura la coman en principio sin darse cuenta.
Un solo plato lo mismo se nos queda corto, un primero, un segundo o quizás un postre puede ser una buena forma de ir introduciendo recetas llenas de verdura, semillas o legumbres en nuestra dieta.
En
Gastronomía y Cía tienen
una docena de recetas veganas, ellos las publicaron con motivo del día mundial del veganismo que es el 1 de noviembre pero todos los días son igual de válidos para probarlas ¿verdad?
En
Objetivo Bienestar me encontré
todo un menú vegetariano, yo me lo planteo más como una guía de la que extraer recetas e ideas para integrarlas en el menú familiar.