
Y no es tan difícil conseguir eso de «plastics free», sólo hace falta concienciarnos y proponérnoslo con ganas porque nos va la vida en ello: hoy es el día mundial sin bolsas de plástico y es uno de esos días que deberían durar toda nuestra vida, el primero de un cambio de hábitos que en el fondo no es tan complicado.
Precisamente hoy vengo con alternativas de lo más sencillo y barato para que las bolsas de plástico dejen de condenarnos a una muerte lenta. Podemos conseguirlo, ya lo veréis.
A veces nos empeñamos en decir lo que no hay que hacer pero no ofrecemos alternativas, muy bien no hay que utilizar plásticos pero ¿y qué utilizamos entonces? Pues hoy va a ser distinto… tengo opciones de lo más aparentes para dar ejemplo, para demostrar que es posible vivir sin plásticos, mucho más de lo que lo hacemos ahora.
La bolsa de tela viaja conmigo

Las famosas totebags que doblabas no ocupan nada, van acopladas en un rincón del bolso por si en algún momento la necesito, nunca se sabe y no son de un único uso en absoluto.
No bebemos en pajita
Porque la premisa debe ser muy sencilla, como el slogan que ha sacado Naciones Unidas: “si no puedes reusarlo, rehúsalo”.
Así que en la medida de lo posible no usamos pajitas, no son necesarias y si lo son pues nos buscamos una alternativa como las de la empresa Sôrvos que son biodegradables y comestibles ¿no os apetecería probarlas?
¿Necesitamos más razones?
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Playa de Valencia, la mañana después de la hoguera de San Juan… |
Pensad que el 80% de la basura de todo tipo, la doméstica y la industrial, de toda ella, el 80% se va al mar. Termina en el agua, flotando o hundida y es una barbaridad con la que tenemos que terminar cuanto antes porque en el año 2050 (que está ahí, a la vuelta de la esquina) es demasiado probable que haya más plásticos en los mares que peces y eso es simplemente una aberración.
Hay vida más allá del plástico
Y las bolsas de rafia son una opción porque duran mucho tiempo, se les pueden dar mucho usos, son reutilizables, son prácticas y son útiles y con su uso evitaremos que en el año 2050 del que os hablaba antes, el 99% de las aves marinas hayan ingerido plástico.
Las imágenes de aves alimentando a sus polluelos con plásticos son impactantes y deberían empujarnos muy fuerte para cambiar esa tendencia consumista nuestra de plástico prácticamente a toda hora.
Papel o cartón

Es que no es tontería, el plástico y sólo el plástico constituye el 10% de los residuos mundiales y sólo de plástico 13 millones de toneladas terminan en los océanos, lo que sería un camión de
basura cada minuto. Un camión entero, cada minuto de cada hora… ¡¡terrible imagen vista así!!
Hay comercios de sobra conocidos que ya no tienen bolsas de plástico sino de papel o cartón y no ha pasado nada, no han bajado las ventas, no se han quejado los consumidores y sin embargo sí ha sido bueno para el planeta, podríamos seguir también por ahí ¿verdad?
El bocata no va en plástico
Sí porque durante los próximos meses no hay desayunos para los recreos de los niños pero sí bocatas para la excursión a la playa o a la montaña y no, no es imprescindible que los envolvamos en pláticos.
Conocéis las opciones como las que plantean RollEat, seguro. Envoltorios reutilizables para la merienda en el parque, en la playa, en la montaña… ¡dónde sea!
Y si necesitáis saber más datos, conocer un poco más la terrible realidad que estamos creando con el consumo irracional de plástico no tenéis más que seguir a la gente de SEO Birdlife que están inmersos en el proyecto #libera por el que miles de personas han salido a limpiar la “basuraleza” como podéis ver en este mismo video.
O sino, pasaos por la web de Greenpeace para que echéis un vistazo a las islas de plástico que empiezan a tapar algunas grandes extensiones de agua marina porque algunas de las imágenes que habéis ido viendo en este post son suyas, son de esa web y espero que os hayan tocado un poquito el corazón verlas y no os hayan dejado indiferentes a este tremendo problema que tenemos todos.
[…] 13 millones de toneladas de residuos plásticos acaban en los océanos del planeta, en los estómagos de los peces, de las aves, en los fondos marinos, asfixiando los corales y las algas, matándonos a nosotros mismos. […]