
¡Desde el mes de febrero que no subía más cine para niños que crecen a nuestra lista! ¿Cómo ha podido ocurrir?
Hoy es el día de romper esa tendencia de siete meses sin películas para ver en casa con la intención de tocar temas más o menos complicados con los preadolescentes o adolescentes que tenemos en casa y con los que a veces, se nos atragantan algunos asuntos.
El cine como excusa y como herramienta, no se puede pedir más.
Cinco nuevas películas a sumar a nuestra enorme lista de películas recomendadas y recomendables.
Como siempre algunas son grandes clásicos y otras han sido estrenadas hace relativamente poco tiempo, eso sí, todas coinciden en ser grandes historias que merecen ser disfrutadas en familia y después, por supuesto, comentadas todo el tiempo y con toda la profundidad e intencionalidad que mejor nos parezca.
Lawrence de Arabia
Empezamos por un clásico que podemos ver en una tarde tranquila de fin de semana, porque además de clásica es una película larga de esas que duran algo más que la media.
La historia es de sobra conocida y además está inspirada en la historia personal del protagonista.
Las interpretaciones de Peter O’Toole y Omar Shariff son espectaculares, de hecho, se rumoreaba que O’ Toole salió un poco tocado de interpretar este arrollador personaje y le costó recuperarse un poco.
Ver de una forma tan épica la política territorial internacional de la época entre Europa y Oriente Medio, apreciar el fanatismo en el más amplio sentido del concepto y poder conversar trayéndolo a la actualidad después de verla, es un ejercicio magnífico para hacerlo con los adolescentes que tenemos en casa.
Norman, el hombre que lo conseguía todo
Esta tiene mucha menos enjundia y podríamos decir que es más fácil de ver, sin embargo le da un repaso muy certero a las redes clientelares que se ponen en marcha a veces por parte de algunos políticos.
¿Qué es ético y qué no lo es, dónde ponemos el límite?
Un poco por ahí van los tiros en esta comedia sencilla en la que un hombre de negocios de poca monta se hace amigo de un joven político y como esa amistad les cambiará la vida.
Aunque no todos lleguen a sacar las mismas conclusiones es una película que se puede ver en familia con adolescentes y preadolescentes algo más jóvenes.
Blade Runner
Volvemos a las películas con intensidad y en este caso os hablo de la primera Blade Runner, la de Harrison Ford localizando a esos humanos artificiales que se denominaban “replicantes” y que se empleaban en trabajos peligrosos en las “colonias exteriores” de la Tierra.
Blade Runner es un clásico, de eso no hay ninguna duda y es de esas películas que se pueden ver varias veces a lo largo de los años porque no pierde actualidad.
Desde filosofía a religión, desde conflictos éticos a ingeniería genética pasando incluso por el drama clásico griego. Es de esas películas con las que la charla posterior está asegurada pero está tan cargada de contenido que quizás haya que facilitar un poco esa charla al principio.
La profesora
Cuando se estrenó en el año 2016, no era recomendada para menores de 12 años, por lo que siguiendo esa indicación es perfecta para verla con los niños y niñas que tengamos en casa y ya hayan pasado esa edad.
Volvemos a hablar de corrupción a pequeña escala, cada uno en la medida de sus posibilidades. Hablamos de poder, de presión social y de miedo pero también hablamos de educación, de solidaridad grupal y de relaciones entre padres e hijos.
Es la historia de una peculiar profesora que da una imagen muy diferente a lo que realmente es. Cuando menos una historia distinta, cine del norte de Europa que no siempre llega ni a las salas ni a nuestras casas.
Sabrina
Es raro que una película firmada por Billy Wilder no sea más que recomendable, esta es sólo otra más de nuestra lista y no es la única ni será la última.
Con esta comedia romántica hablamos de clases sociales, de educación, de tolerancia y de caridad, no confundir con la solidaridad que eso es otra cosas.
Es de esas películas que con tanto glamour y tanto papel de regalo esconden temas muy interesantes para tratar en casa con nuestros hijos, temas que quizás no se habían planteado aún o que están viviendo en sus propias carnes cuando llegan al colegio aunque no nos lo hayan contado a nosotros, todavía.