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En casa somos muy fans de una cena de deliciosa pizza, es uno de nuestros platos preferidos y cuando nos decidimos a prepararlas nosotros mismos es aún mejor.

No tenía ni la menor idea de que el 9 de febrero es el día internacional de la pizza pero me parece que es uno de esos platos que conviene celebrar por lo mucho y bueno que trae a nuestra mesa.

La pizza es un pan plano, casi siempre redondo al que se le distribuyen distintos ingredientes por encima antes de meterlo en el horno.

La masa no puede ser más sencilla de preparar: harina de trigo, sal, agua y levadura.

Se cubre de tomate y queso y después las variedades son casi infinitas.

Salami, tomate natural, champiñones, cebolla, jamón, aceitunas negras, pimientos morrones, pimientos asados, piña, huevo, calabacín, anchoas, palmitos,… la lista puede ser interminables.

Tradicionalmente se ha atribuido su origen a la gastronomía italiana, concretamente a la cocina napolitana.

La Unión Europea le reconoció una denominación de origen especial a esta región y en 2017 la UNESCO declaró el arte de los pizzeros napolitanos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

¿De dónde nos llega la deliciosa pizza?

Sus antecedentes históricos se relacionan con el empleo del pan de trigo en culturas como la egipcia, la persa, la griega y la romana.

En la Antigua Roma los soldados comían un pan plano con aceite de oliva y hierbas que se sospecha era de origen etrusco y al que llamaban fugassa (focaccia en genovés) aunque panes planos con más o menos similitud se encuentran en gran cantidad de comidas por todo el mundo.

La pizza tal y como la conocemos ahora parece que nace de toda esa evolución en Nápoles y se convierte en un plato muy popular entre la población de la época allá por el siglo XVII según cuentan los historiadores.

Nápoles es de los primeros puertos que incorpora el tomate llegado de América a su alimentación así que no es de extrañar que sea la cuna de la deliciosa pizza que conocemos.

La combinación de ingredientes asequibles para la población más humilde como son el harina, la salsa de tomate o el queso hicieron que este alimento caliente y apetecible fuera de lo más conocido, imitado y deseado por los ciudadanos napolitanos primero y del resto del mundo después.

Tantas pizzas como cocineros

Sí, porque no será que no ha tenido variaciones la deliciosa pizza según se va extendiendo su consumo por el mundo.

La pizza argentina, la pizza al taglio romana, la de sardenara en Liguria o la sfincione siciliana, la pizza mexicana o la pizza estilo Chicago de los norteamericanos sin olvidarnos de la pissaladière francesa.

Variaciones prácticamente para todos los gustos a veces ese es el problema que nos gusta mucho a muchos y por eso es bueno saber que si hay que elegir, las matemáticas dicen que hay más pizza en una familiar que en dos medianas.

Fermat’s Library es una cuenta de TW que os desvela ese dato a tener muy en cuenta cuando se trata de compartir una deliciosa pizza entre varios comensales.

Manos en la masa

La deliciosa pizza es que además de tener unos ingredientes asequibles no puede ser más sencilla de elaborar en casa, lo que la hace aún más apetecible.

Perfecta para reutilizar algunos alimentos que se quedan despistados por la nevera y perfecta para pasar un buen rato en familia si nos animamos a prepararla con nuestros hijos.

Eso sí, es muy recomendable que si lo hacemos no nos pongamos a dieta ese día porque solo el olor que deja en la cocina es una tentación.

Empezando por la masa podéis encontrar recetas para dar y tomar, os dejo esta de Recetas de Rechupete que es de lo más sencilla y después ya imaginación al poder teniendo en cuenta los gustos de los comensales.

La salsa de tomate puede ser casera como la que prepara Su de Webos Fritos y así os evitáis conservantes y sobre todo mucho azúcar, después ya pues eso un poco de queso, si os gusta con cebolla en láminas finas o cebolla caramelizada o con champiñones o pollo deshilachado o carne picada con salsa barbacoa o con anchoas y aceitunas negras o con bacon y salsa carbonara.

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Me preguntasteis el sábado por el agua que suelta el tomate frito casero y que estropea estéticamente algún que otro plato. ¿Hay alguna solución? Pues depende mucho si el tomate es natural o en conserva y la variedad. Los de Pera para freír son estupendos porque no suelta mucho jugo, y no tendrás tanto problema si necesitas que tu plato quede limpio. Si usas en invierno un tomate envasado que trituras antes de ponerlo en la sartén, lo que puedes hacer es antes de triturar trocear por la mitad y poner los tomates en un colador para que suelten el jugo restante. Te quedará un tomate más concentrado, rico, y suelta algo menos de jugo, pero…por experiencia muchas veces es inevitable. Si se pone en una pasta no se nota, pero en el ejemplo que me poníais el otro día de un arroz a la cubana, no te queda otra si ves que tu tomate frito suelta jugo que usar un papel de cocina, y justo antes de servir, se pone una esquina del papel en el jugo sobrante y lo absorbe inmediatamente. Limpias el borde del plato y aquí no ha pasado nada. #webosdice #tomatefritocasero #tomatefritowebos #trucowebos

Una publicación compartida de Susana Pérez (@webosfritos) el

En cualquier caso seguro que preparáis una deliciosa pizza al gusto de todos ¡qué aproveche!

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