
Seguro que ya habéis visto “Figuras ocultas” una película muy recomendable para ver en familia. Nosotros sí, la vimos, la hablamos y nos dimos cuenta juntos de lo mucho que queda por trabajar para conseguir la igualdad real, para conseguir la tolerancia de verdad y para erradicar definitivamente el racismo de nuestras vidas. Para no tener que elegir entre igualdad o ficción.
Muchas veces hablamos de la gran herramienta que es el cine para tratar temas complicados, para despertar curiosidades y conciencias.
Bueno pues hoy es una de esas veces y de una película pasamos casi sin despeinarnos a la vida real, a la vida de muchas mujeres en distintos puntos del planeta.
¿Nos acompañas?
Tarde de cine en familia, no sabíamos por cual decidirnos valorando un poco los gustos y las edades de todos pero esta vez se impuso por la mínima la intención de los adultos de la familia.
Había que ver “Figuras ocultas”. Hay que ir intercalando cine de acción con cine que incite a la acción cuando vamos a las salas. Tras el tostón que nos pegaron los “asessins” que llegó a dormir en la sala a dos de los miembros de la familia, tocaba un cambio de registro y nos fuimos a ver “Figuras ocultas”.
Mujeres ocultas
La película está bien hecha, es lógico. No es que tenga mayor dificultad la historia, la ubicación, el planteamiento, la localización. Dicen los que saben de esto que teniendo un buen guion puede salirte una película mala pero con un mal guion jamás sacarás una película buena por mucha floritura que le pongas.
Esta tiene un guion tan bueno como la vida misma, eso es innegable, con lo cual la película ya tiene mucho ganado.
Si además te apoyas en tres estupendas actrices, dos de ellas algo menos conocidas pero muy convincentes, es poco probable que el producto salga fallido.
La película cuenta de forma sencilla la historia de tres mujeres negras en la América de los años 60. Son Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, tres mujeres que no se conforman con lo que unas leyes injustas les marcan como tope, como máxima aspiración en sus vidas.
Las tres mujeres consiguen convertirse en las primeras mujeres afroamericanas en alcanzar unas metas con las mujeres apenas si podían soñar y las mujeres negras, prácticamente no podían ni plantearse. Hasta que llegaron ellas.
El pasado nos queda claro que no era justo para la mujer y menos si esta era negra. Lo que es triste es que para la presentación de la película en España, sólo se invitara a una mujer negra al evento. Por lo visto, no encontraron a ninguna mujer empresaria o científica o investigadora en nuestro país que no fuera caucásica.
Obviamente se levantaron voces protestando por ello y sintiendo que en el fondo poco hemos avanzado con respecto a lo que cuenta la película a la vista del color de la piel de las invitadas.
Típicos tópicos

El cine parece que poco a poco va contando otro tipo de historias pero sigue habiendo un campo de ocio en el que la mujer no consigue salir del cliché de depender siempre de un hombre: el mundo del videojuego.
Hace poco la Universidad Complutense de Madrid publicaba en un estudio que la mujer sigue apareciendo como objeto sexual en las carátulas de los videojuegos con excesiva frecuencia, en dos de cada diez carátulas de todos los videojuegos comercializados en nuestro país entre 2011 y 2015. Sí, es demasiado.
El tópico es el de una mujer joven, guapa según los cánones establecidos, hipersexualizada y dependiente de un hombre. Y esto sólo en las carátulas, algunos son juegos exclusivamente masculinos en los que la figura de la mujer no existe y otros tantos son juegos en los que no estando en la carátula, sin embargo la imagen femenina que se muestra es exactamente como se plantea en la descripción.
Todo ello teniendo en cuenta que cada vez son más las mujeres que disfrutan con los videojuegos ¿por qué ese machismo sin disimulos y con tan poca intención de ir superándolo?
Pues porque si no son ellas las que lo cambian, no va a haber ningún cambio. Como ocurrió en la NASA en los años sesenta tal y como lo muestra la película o como está ocurriendo en Irán ahora, en el año 2017, donde algunas mujeres han decidido reivindicarse a través de un deporte a priori exclusivamente masculino sin ningún motivo: el surf.
Es evidente que los derechos de la mujer en todo Oriente Medio son bastante escasos pero hace unos meses se presentaba un documental muy peculiar sobre un ámbito poco habitual para luchar por la igualdad de género en un país como Irán. El documental se llama “Into the Sea” y muestra como unas mujeres valientes surfean los prejuicios de una sociedad que las ve inferiores al hombre en todos y cada uno de los pasos que dan.
Consumidoras concienciadas

Podríamos dar ese paso también las demás. No, no se trata de excluir a los hombres sino de incluir a las mujeres. Es decir, podríamos ver a Carolina Marín pelear por la medalla o a Mireia Belmonte o a Ruth Beitia o a Lidia Valentín o a Teresa Perales.
Podríamos seguir las competiciones de la selección española de baloncesto o de volleyball o de gimnasia rítmica o de natación sincronizada.
Podríamos tratar de saber quién fue Enriqueta Basilio o Sirinavo Bandaranaike o Alice Guy o Valentina Tereshkova o Alice Munro o Aliette de Bodard, podríamos elegirlas y forzar un poco el cambio.
Hay quien se plantea ejercicios como leer solamente a autoras al menos durante un tiempo al ver que de forma inconsciente en nuestras propias bibliotecas predominan los autores sobre las autoras con una diferencia poco natural ¿las mujeres no escriben?
¡Claro que lo hacen! ¿Entonces qué pasa? Que las editoriales en su mayoría están dirigidas por hombres que los puestos de poder los detentan hombres que las tradiciones se mantienen como el fluir de un río y quizás, sólo digo quizás, haya llegado el momento de empezar a poner diques para que la corriente nos lleve a todos y a todas y no solo a unos pocos.
De hecho, aquí en el blog, cada mes tenéis una reseña bibliográfica y durante los doce meses del año, la mitad o más de esos libros han sido escritos por autoras. Se trata de poner nuestro granito de arena cada una y entre todos ellos seguro que conseguimos una preciosa playa donde encontrar la igualdad.
[…] de esas películas a las que fuimos los cuatro y fue todo un acierto incluido ElCanijo que en ese momento no había cumplido los nueve años. […]