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Hoy nos vamos a uno de los museos más y mejor diseñados para que los niños y los adultos disfruten y aprendan en la misma medida; una gozada recorrer el Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia en familia.
Una escapada familiar a Valencia da para mucho y nosotros tuvimos la enorme suerte de pasar varios días disfrutando de la ciudad.
Os conté que recorrimos el Artic Sunrise de Greenpeace que estaba atracado en el puerto de Valencia, pero no os conté por ejemplo lo mucho que disfrutamos en el Museo de las Artes y de las Ciencias Príncipe Felipe. Así que os lo cuento ahora porque si estáis pensando en destinos perfectos para hacer una escapada con niños pronto, este es sin duda uno de ellos.
El «Museo de las Ciencias Príncipe Felipe» lo primero que tiene en la entrada es un cartel fácilmente localizable que dice «Prohibido NO Tocar». Con esa premisa, la ciencia para los niños ya es mucho más apetecible, más atractiva, más interesante.
Así que nos adentramos en una aventura y los niños, como es lógico, no se pierden ni una de las posibilidades que ofrece el Museo que por cierto es enorme y obviamente lo de dedicarle todo el tiempo que merece cada una de las zonas y las instalaciones que contiene este museo hace que pasemos toda la mañana de lo mas entretenidos, el tiempo vuela ya lo veréis.
La primera parada: el péndulo de Foucault que por supuesto estuvimos mirando durante el tiempo justo de ver caer una de las bolas del borde circular con el movimiento continuo del péndulo… ¿lo conocéis?
El museo es espectacular y permite que algunas de las instalaciones que se pueden recorrer tengan una altura impresionante, como el péndulo de Foucault o la cadena de ADN que pudimos ver durante la visita.
Una forma de hablar de los parecidos, de la naturaleza humana, de la evolución, de la investigación, de lo que significa para el ser humano la ciencia y poder descubrir tantos secretos que en otro tiempo se tachaban de magia o brujería. Es una forma genial para hablar de muchos temas y desde muchos puntos de vista con nuestros hijos.
Sí, es innegable que a ellos les gustaron más los experimentos con la voz humana o subidos a la bicicleta estática.
Alucinaron con las explicaciones sobre la electricidad, sobre Tesla, sobre los rayos catódicos y la «jaula de Faraday».
Sobre todo porque algunas de esas explicaciones precisan de voluntarios y claro ¿quién puede resistirse a experimentar en primera persona todo lo que nos estaban contando?
Y después de recorrer las salas, subir a la bici, medir nuestra fuerza muscular y un sin fin de opciones más que ofrece el museo, había que parar a recuperar fuerzas y a seguir sorprendiéndonos. Para eso nos decidimos por el restaurante del Oceanográfico y nos encantó.
Comer dentro de una pecera gigante es algo distinto a todo lo que habíamos probado hasta ahora.
Ver a los peces nadar por las paredes de un restaurante no sé si es todo lo positivo y relajante que podría parecer así, a primera vista. Al final a mi me generó sentimientos encontrados, lo reconozco pero de eso mejor hablamos otro día.
Nos quedamos con muy buen sabor de boca con nuestro recorrido por el Museo de las Ciencias y las Artes de Valencia así que seguro que pronto nos daremos una vuelta de nuevo por sus instalaciones permanentes y sus exposiciones temporales ¡nos vemos por allí!
[…] largos que cunden muchísimo. Nos dío tiempo a recorrer el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe y os lo contamos aquí, por supuesto. Estuvimos en el Oceanographic pasando un día muy completo y también os lo contaba […]
Hola. una excursión fabulosa… ya leí varios reportajes que coinciden con tu valoración sobre el restaurante del Oceanográfico. Tomo nota para un futuro viaje. Seguimos en contacto
Cierto, una excursión estupenda!!