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Leemos autoras de nuevo este mes de febrero, concretamente nos metemos en “El noviembre de Kate”, un noviembre ideal para terminar febrero. En Enero nos fuimos de la mano de María Dueñas y su «Misión Olvido» y aunque Febrero ha sido un mes corto, en lo referente a lectura nos ha dejado con la sonrisa pintada en los labios que es lo que suele pasan cuando te metes en una de las historias de Mónica Gutiérrez Artero. 

«Había bajado el volumen de la vida al mínimo hasta conseguir que nada me molestase lo suficiente como para seguir anestesiada.»

“El noviembre de Kate” fue el segundo libro de Mónica Gutiérrez Artero y también ha sido el segundo libro de esta autora que he leído en los últimos meses y del que os he hablado en el blog.

En abril del año pasado conocíamos “La librería del señor Livingstone” y allí estaba Agnes, la que podría ser perfectamente la hermana de Kate.

Las dos mujeres con ganas de cambiar de vida, de encontrarse a sí mismas, de romper con los lastres y las mochilas que a veces nos colgamos de la espalda casi sin darnos ni cuenta.

Las dos mujeres con un pelo precioso de esos que sólo flotan en las novelas de Mónica y que a algunas nos da tanta envidia imaginar.

Leemos autoras

Es inevitable ir recorriendo las páginas de los dos libros con una sonrisa, incluso cuando hablamos de hackers y tormentas de esas que asustan de verdad, de las que lo cambian todo por dentro y por fuera.

Mónica se mueve en el género feel-good como las protagonistas de sus historias, va andando a saltitos, como flotando y sin manchar ni siquiera la suela de sus zapatos de hada o de bruja buena, como los de Kate.

A mí me gusta ver sus historias como “buenrollistas” de esas historias que te enganchan no por los crímenes o la angustia sino porque por fin alguien te convence de que en el mundo a todos nos pueden pasar cosas buenas, cosas que nos pinten la sonrisa, aunque de vez en cuando la realidad se ponga pesada.

«No recuerdo con exactitud cuándo se convirtió casi en costumbre sacar de paseo mi desesperanza»

Me gusta recorrer la cocina de los desayunos del domingo de «El noviembre de Kate», me gusta acariciar esa barandilla de madera de la escalera y por supuesto, tomar el té en el jardín secreto de Kate y de su anciana y perspicaz vecina.

A veces no es lo que hay a tu alrededor lo que importa sino cómo quieres ver y sentir eso que hay a tu alrededor.

De momento me quedo con la forma que tienen de verlo Agnes, Kate y Mónica. Me gusta pensar que las casualidades pueden llevarte a sitios a los que no sabías que querías ir.

No os hablo más del libro porque hoy he decidido que me voy a aprovechar de una amiga que lo hace mucho mejor que yo porque las dos leemos autoras y además ella es una de esas autoras a las que hay que leer.

«Supongo que fue entonces cuando comprendí que resultaba mucho más sencillo sentirse feliz que seguir haciendo esfuerzos barrocos para no sucumbir al desconsuelo y la tragedia en cada detalle del universo.»

Ana González Duque, de la que seguro que os traeré uno de sus libros a nuestro Uno al Mes muy pronto porque ya sabéis que por aquí leemos autoras, grabó uno de los vídeos de su canal hablando de este libro, hablando de “El Noviembre de Kate” como lectora y como escritora, así que os dejo aquí sus palabras para que las conozcáis un poco mejor a las dos.

¿Y quién es Kate?

Ella es la protagonista de la historia. Kate vive en un edificio algo cochambroso por fuera pero que dentro guarda un exótico jardín. Por fuera parece que deje pasar la vida y por dentro está lleno de ella ¿os suena?

«- Es un cuento sobre apreciar las cosas buenas, pero también sobre que todo ocurre cuando tiene que ocurrir. Ni antes ni después.»

Kate trabaja en una empresa gris, tiene un jefe gris y su vida no tiene más color que el de sus bufandas hasta que todo eso cambia al ritmo de la mayor tormenta de la década.

Una tormenta que va a sacudir las rutinas de su vida como cuando se sacude un mantel para tirar las migas lejos.

«…si era capaz de relativizar mis problemas como se merecían, perdían tanto peso que salían volando al primer sopo de brisa…»

Una buhardilla de madera, una emisora de radio local, una mirada, un ordenador, una cocina, una relación que surge donde menos se espera.

La vida no es más que una acumulación de pequeñas sorpresas, de grandes decisiones disfrazadas de casualidad, de sonrisas infantiles, de generosidad silenciosa y de buen rollo.

¿Qué quién es Kate? Casi mejor descubridla vosotros en ese noviembre suyo tan especial, tan distinto y tan parecido a alguno de vuestros noviembres ¿qué no? Nosotros leemos autoras ¿te animas tu también?

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