
Hoy desde luego, el post está especialmente dedicado a los que penséis viajar a la capital lisboeta con niños, vamos a la Lisboa más moderna, en la que es fácil disfrutar tanto como ellos y ya os avanzo que ellos, los más pequeños y los medianos, se lo van a pasar como ni se imaginan.
Ya hemos visitado Belém y nos hemos paseado por Alfama, pero aún queda mucho Lisboa por recorrer y por descubrir juntos.
Preparaos para la aventura, la sorpresa y el descubrimiento y si tenéis vértigo pues casi mejor que no miréis abajo y ya veréis por qué.
Sí, hemos hablado de la decadencia y la elegancia de la ciudad pero nos faltaba ponernos de lleno con la cultura y sobre todo la ciencia.
Para empezar hoy nos vamos a la zona donde se desarrolló la Exposición Universal de Lisboa en 1998.
La Lisboa más moderna
Una zona de la ciudad con un toque mucho más cosmopolita que lo que hemos recorrido hasta ahora, también es cierto que este toque la hace mucho más uniforme al compararla con otras ciudades europeas, no sé si me explico. Es una zona bonita y cómoda, es cierto, pero podría estar en cualquier otra ciudad exactamente igual que está en Lisboa.
Las moderneces hacen que al final casi todo sea demasiado parecido pienso a veces al recorrer zonas como esta.
¿Y qué vamos a encontrar aquí? ¡Pura diversión envuelta en ciencia!
El Oceanario
Si conocéis ya el Oceanographic de Valencia, el de Lisboa no os va a impresionar, eso ya os lo digo. Si no conocéis aún el de Valencia es perfecto que primero disfrutéis de este.

Se encuentra en el Parque de las Naciones y es obra del arquitecto norteamericano Peter Chermayeff. Un ejemplo más de esta Lisboa más moderna por la que hoy estamos paseando.
Siempre me ha gustado este edificio visto desde fuera. Es humilde y discreto pero tiene una presencia respetable, es como si escondiera más de lo que muestra, como si ya estuviera avisando a quien se acerca de que lo realmente bello se encuentra en su interior.
Es como una especie de isla a la que se accede por una pasarela y no llegas a ver a los que se van porque lo hacen por otra pasarela superior. Tiene su encanto.
Es el segundo mayor oceanario de Europa, sí nosotros le quitamos el primer puesto con el Oceanographic que es también más joven que el de Lisboa y cuenta con una magnífica muestra de animales en sus instalaciones.
A nosotros nos enamoró la nutria en este viaje, aunque mis preferidos siempre son los peces luna. No son los más guapos ni los más rápidos pero para mí son los más diferentes a todos de todos los que vimos.
Sé que cada vez más somos reacios a los zoos convencionales pero también creo que es una forma de que los niños se acerquen al mundo animal, aunque sea en cautividad.
Es un peaje doloroso, es cierto pero quizás con esos acercamientos infantiles despertemos a algún defensor de la naturaleza, a algún investigador, a algún científico que proteja al medio ambiente que tanto lo necesita.
El Pabellón del Conocimiento
A ver cómo os lo digo suavemente: nos costó casi sangre, sudor y lágrimas sacar a mis hijos de este museo. Sí, es un museo y no, mis hijos no son unos niños que disfruten desmedidamente en todos los museos.
Claro, este es especial, es distinto y sobre todo es interactivo al 100%. Es un museo interactivo de ciencia y tecnología que despierta la curiosidad de los visitantes y cuanto más jóvenes son más curiosidad les despierta.

Durante nuestra visita coincidimos con alumnos de algún centro educativo que no podían disimular su sorpresa en algunas de las experiencias y las actividades que iban haciendo de la mano de sus profesores y de los propios monitores de las salas del museo.
Muy didáctico aunque no lo noten los niños y muy divertido algo que notamos tanto ellos como nosotros, los aburridos adultos. Y si ya conseguís dejaros llevar y subiros a la bici que recorre un cable en el piso de arriba o descubrís como se contagian determinadas patologías o alucináis con las ondas de sonido o ¡¡mil cosas más!! seguro que conseguís una visita inolvidable, como la nuestra.
La Torre Vasco de Gama no se puede visitar por dentro desde hace algunos años pero siempre es apetecible verla por fuera, tiene 145 metros de altura y fue proyectada por el arquitecto Regino Cruz también para la Expo Universal del 98’.
Se puede ver mucho mejor si os atrevéis a subiros al teleférico. ¡Exacto! Subir al teleférico y ver la Torre de Vasco de Gama desde las alturas, como si la miráramos a los ojos.
Ver la silueta de la Lisboa más moderna, la que se reinventa sin renegar de sus tradiciones.
La verdad es que el paseo es breve pero tiene su encanto y sí, claro, si vais con niños es aún más divertido. Ojito que las telecabinas no paran, van despacito pero hay que cogerlas en marcha, así que la emoción empieza desde el minuto uno.

Estad atentos a los horarios y a los días de funcionamiento bueno y a los precios que tampoco es que sean demasiado baratos, la verdad.
Unas vistas estupendas para terminar la visita a esta zona de la Lisboa más moderna, más actual y más pensada para el viajero, el turista y el curioso. En definitiva ¡para nosotros! ¿verdad?
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[…] el de Madrid (porque nos pilla cerquita de casa y porque es muy interesante). Hemos recorrido el acuario de Lisboa y nos hemos sorprendido en el Oceanographic de Valencia, incluso tuvimos la suerte de comer en su […]
Nos encanta Lisboa, aunque no fuimos al Oceanario ni al pabellón del conocimiento, vaya tendremos que volver.
¡¡No os los perdáis la próxima vez!! ..sobre todo si vais con niños, disfrutan muchísimo y es altamente contagioso.. jejejeje