
Las que seguís este blog (y digo «las» porque sois mayoría las chicas… aunque también son bien recibidos los chicos… que alguno hay) ya sabéis que la alimentación es un tema que me preocupa, la alimentación de mi familia y hoy a mi preocupación tengo que añadir el enfado, sí, así están las cosas porque he encontrado más grasas trans de las que debería haber en los productos que ponemos en nuestras mesas y no me ha gustado nada la experiencia.
Voy al super un día cualquiera y busco comprarles unos bollitos a mis hijos para la merienda y ya puestos para que algún día de la semana los lleven al colegio para comerlos en el recreo, para compartirlos con sus compañeros.
Ya sé que no es lo más saludable y no es lo que suelen llevar pero a veces y sólo a veces sucumbo a la tentación porque sé que les gustan mucho.
¿Os podeís creer que estuve más de 15 minutos de reloj buscando unos bollitos, leyendo las etiquetas y los valores nutricionales de cada una de ellas a ver si encontraba alguno que no llevara grasas trans entre sus ingredientes?

Y no se trata de que buscara unos en particular, se trata de que no encontraba ninguno que no tuviera entre sus ingredientes las odiosas grasa parcialmente hidrogenadas o grasas hidrogenadas o grasas vegetales de palma o grasas trans que no siendo todas lo mismo, algunas se parecen mucho y en lo que sí coincide en que lo mejor es tenerlas siempre alejadas de nuestra alimentación.
Grasas trans fuera de la mesa
¡¡¡Alucino pepinillos!!!
En bollitos y galletas destinados al público infantil encuentras lo peor de lo peor sin exagerar ni un ápice
Y además, tienes que luchar contra la publicidad que las empresas que fabrican esos bollitos y esas galletas programan precisamente en los canales de televisión infantiles, los que están cargados de dibujos animados, los que ven exclusivamente los niños, nuestros niños para que así sea aún más complicada la batalla entre ellos y nosotras.
Les anuncian productos con unas características que no tienen (ni te hacen rugir como un dinosaurio… ni te hacen flotar como en la luna… ni te hacen saltar por el campo…) y encima los producen con lo más venenoso para su salud y lo más barato para los bolsillos de estos fabricantes. Los engañan y los perjudican. ¿Luego vienen a hablarnos de salud y de proteger a la infancia?¿Esas mismas empresas? ¿¿Nos toman por idiotas a las madres y a los padres de esos peques??

Sí, ya veis que estoy muy cabreada pero para que os hagáis una ligera idea de qué demonios son estas grasas os voy a mostrar con un par de enlaces de profesionales que saben mucho más que yo sobre lo que os estoy hablando.
AQUI tenéis la definición más concreta y más completa de las grasas trans, también llamadas el «asesino silencioso» ¿cómo se os ha quedado el cuerpo? No, ya os decía que no estaba exagerando ni un poquito.
Y AQUI son los pediatras españoles los que os explican que no todas las grasas son iguales, que consumidas con moderación hay grasas que no solo son beneficiosas sino imprescindibles para nuestro organismo pero no, no son precisamente estas las que tiene la bollería industrial.
Encontramos honrosas excepciones, es verdad y es de agradecer pero cuidado en los lineales del supermercado porque la mayoría esconden las grasas malas entre llamativos dibujos, nombres muy sonoros, colores espectaculares o descuentos y regalos de lo más seductores.
La conclusión de todo esto es que lo mejor que podemos hacer es seguir preparando en casa galletas y bizcochos cuando nos apetezca porque no merece la pena perder tanto tiempo leyendo las etiquetas, los ingredientes y los valores nutricionales porque cada vez es más complicado entenderlos y fiarnos ¿no os parece?
- Nota: Como el tema me parece muy interesante y muy preocupante este post está actualizado y os dejo algunos enlaces a otros posts que quizás también os puedan interesar sobre alimentación saludable:
- Alimentación con menos azúcar
- Ejercicio y alimentación sana
Yo no tengo niños todavía, pero he cogido por costumbre hacer en casa un bizcocho grande a la semana (que además se conserva súper bien) y/o magdalenas, mi marido tiene para desayunar todos los días y evitamos comprar bollería industrial, porque realmente da asquito lo que venden…
Querida mía… cuando escribiste esto yo aún no te conocía… pero tienes TODA la razón del mundo… de hecho, yo añadiría otro punto que esta vez me cabrea a mí… LOS PREBIÓTICOS PARA NIÑOS! por qué hay que reforzar las defensas cuando se lleva una dieta equilibrada? o… por qué los postres tienen que tener textura "para que no se manchen"? yo creo que también deberían ser caso de estudio… te recomiendo echar un ojillo a esta página: http://www.soycomocomo.es te gustará! 🙂
Totalmente de acuerdo. Yo soy otro de los que te encuentras en los pasillos del supermercado entrecerrando los ojos para ver si las grasas de los ingredientes son "de fiar". Afortunadamente ahora se relativamente sencillo encontrar, por ejemplo, galletas hechas con aceite de girasol. Lo que no hay forma de encontrar es, ahora que empieza el calor, helados que no estén hechos con "grasas vegetales".
A mi también me da mucho coraje la pastelería industrial. Ahora que controlo bien los bizcochos (antes no me salían!) los hago bien hermosos, los parto en trozos y al congelador envueltos en film transparente.
Como son porciones pequeñas, se descongelan en un momento y nadie diría que no están recién hechos. A mis hijas les encantan y no he vuelto a comprar bollería!
Pues no me había fijado, la verdad es que suelo ir al mercado volada pero gracias por la pista, veci!