
Muchas veces decimos/digo que leer y viajar tienen un punto en común, hoy os traigo historias que reafirman esta idea que demuestran que es frecuente lo de viajar leyendo.
Historias reales con las que vais a poder viajar a distintos lugares y conocer distintas circunstancias vitales de distintas personas.
Leer, ese vicio que nos gustaría que fuera muy contagioso entre nuestros hijos. El único vicio del que nos sentimos orgullosos, que compartimos sin pudor y que nos hace ser mejores personas.
Viajar leyendo lo que se pueda
Leer y el maravilloso viaje que nos envuelve cuando encontramos esa historia que nos llega de verdad.
Mientras que el número de títulos publicados ha aumentado mucho en los últimos años, el número de lectores sólo ha aumentado en un 7% si hablamos de lectores frecuentes.
Se publica mucho más de lo que se lee, eso es evidente.
Pero lo que nos sigue preocupando a muchos es que un 39% de la población reconoce sin ningún pudor que no lee ningún libro al año. Ni uno solo. Y supongo que lo interesante sería saber por qué ¿no han encontrado ni un solo libro que les invite a disfrutar de la lectura o es que ni lo han intentado?¿por qué?
Los más jóvenes, los adolescentes y preadolescentes, se inclinan por las nuevas tecnologías incluso para leer. Plataformas de préstamo bibliotecario como eBiblio están ayudando al aumento del hábito lector entre ellos, algo que siempre es una buena noticia porque a fin de cuentas leer es leer y se puede viajar leyendo un libro de papel igual que uno electrónico.
Quizás los booktubers también hayan puesto su granito de arena para que los más jóvenes se acerquen al vicio de leer. Muchos de ellos han provocado una renovación e incluso una revolución en algunos aspectos de la industria cultural y el consumo literario y eso es bueno.
Siempre hablamos de los youtubers por sus comportamientos poco adecuados pero ya veis que también hay gente sensata a la que seguir en esa red social, gente que cuenta cosas interesantes y que anima a que algunos jóvenes se aventuren a adentrarse en la literatura.
Peligro: leer incita a pensar
Lo que es cierto es que cuando se lee es más posible que se empiece a pensar por uno mismo como le pasó a Ellery Schempp de Filadelfia, Estados Unidos.
Ellery se leyó entre otros libros la constitución norteamericana y entonces se dio cuenta de que se estaban vulnerando uno de sus derechos fundamentales cuando en el instituto les obligaban cada día a leer diez versos de la Biblia, nada menos que la primera enmienda.

Es lo que tiene leer que Ellery, siendo cristiano y católico, protestó ante esa violación de sus derechos y de sus compañeros y las autoridades reconocieron que el chico tenía razón. Desde entonces ya no se lee la Biblia obligatoriamente cada mañana en los centros educativos norteamericanos ¿no os parece que leer puede ser un arma muy
poderosa?
La pena es que no pueda ser la única arma, sobre todo en lugares en los que el conflicto se ha enquistado como pasa en Siria, en Yemen y en tantos otros…
Libros que ayudan a escapar
Un lugar sitiado durante años, un país donde se convive con la violencia, con el hambre y con la guerra, un libro puede ser como una isla en medio de la masacre, una especie de vía de escape.
Eso pensaron unos amantes de la lectura que han creado una biblioteca subterránea precisamente en Siria, con los libros que rescatan cuando pueden, en los edificios bombardeados.
Libros cargados de vida en un país herido de muerte y recopilados, reunidos en una especie de búnker subterráneo del conocimiento y la belleza.
No son unos descerebrados, no son unos locos inconscientes, en el fondo son unos valientes que piensan en lo que les puede aportar esos libros a los desesperados ciudadanos que esquivan la muerte cada día en Siria.
Una realidad estremecedora ¿verdad?
Pero está claro que a veces una lectura, puede llevarnos muy lejos de nuestra realidad aunque sólo sea un momento, sólo el tiempo que estamos volando entre las páginas y la historia de un libro.
Por eso es tan importante que los libros no “se aburran” en nuestras
estanterías, no se llenen de ese polvo que los mata y que sus historias se
expandan por las mentes de muchos, de miles de lectores en todo el mundo que puedan viajar leyendo lo que ya hemos leído nosotros.
Los libros nos hacen viajar y también viajan aunque a veces lo hagan sin nosotros. ¿Habéis pensado alguna vez en donar libros?
Hay distintos establecimientos donde se pueden donar libros, hay ONGs que también los reciben, los recogen y los reparten entre ávidos lectores que no tienen la posibilidad de comprarlos.
La pobreza no tiene piedad, nunca la ha tenido.
Libros que ya os habéis leído, historias que podéis liberar en sitios como Tuulibrería e incluso allí podéis encontrar otras historias, otros libros y otros viajes.
Un intercambio de sueños con unos libros que tu liberas y otros que adoptas y que primero fueron liberados por alguien como tú. La magia y el vicio de leer que no se detiene nunca para poder viajar leyendo.