
Que sí que el paso del tiempo tiñe de plata nuestras sienes como decía el famoso tango pero también es verdad que muy despacito y suavecito parece que ha llegado el momento de dejar de pintarlas, el momento de la revolución de las canas a la que algunas nos hemos sumado desde el minuto uno ¿y tú?
Pasa el tiempo y el simpático del melanocito que se había encargado de dar color a nuestro pelo empieza a perder fuelle, está cansado y pierde la proteína a partir de la que fabricaba el color.
No pasa nada, bueno sí pasa, pasa que van saliendo cabellos blancos en nuestra mata de pelo que si son pocos pues bueno, si están más o menos repartido pues vale pero cuando se juntan y se multiplican, la cosa se complica.
Nos hacemos mayores, nos salen canas y al mismo tiempo todos esperan que sigamos siendo jóvenes, lozanas y alegres mujeres por las que el tiempo no deja huella y claro, no puede ser y además es imposible.
La revolución de las canas
Durante años las mujeres de las generaciones precedentes a la nuestra se han teñido el cabello dócilmente para que no se vieran las canas, para parecer más jóvenes de lo que eran y por tanto, sentirse también ellas más jóvenes.
En España hay más mujeres rubias a partir de los 50 años que en las tierras de Ragnar y eso no es por la alimentación, eso es por el tinte, no nos engañemos.

Pero lo de teñirse es una preocupación además de una ocupación y un gasto, eso también. Todos los meses hay que pasar por la peluquería o hacerlo en casa. Hay que pintar las raíces del pelo porque las canas dan mucho el cante y claro, no queda bien.
La cuestión es que mientras que nosotras tenemos interiorizado que lucir la melena canosa nos hace parecer mayores (el 70% de las españolas lo ve así) cuando son ellos los que lucen canas hablamos de que están interesantes, atractivos e incluso sexies.
Sólo hay un 21% de mujeres que hemos decidido que no que lo del tinte no va con nosotras que bastante tenemos ya con lo nuestro como para complicarnos más la existencia con las raíces y los retoques y a eso algunos lo han llamado la revolución de las canas ¡qué cosas!

Aunque suene contradictorio, sin embargo más de la mitad de las mujeres ven en un cabello con canas una seña de identidad y estilo, aunque luego muchas de ellas vayan a darse el tinte como mandan los cánones. Somos complicadas o es que el mundo no ha hecho así, no sabría deciros.
Hay psicólogas que reconocen que para muchas mujeres es admirable que otras se dejen las canas de forma natural aunque para sí mismas no se atrevan a dar este paso por culpa de los prejuicios y sobre todo la presión social que tenemos sobre nuestras espaldas.
Pues ya está bien, ha llegado el momento de pensar qué nos aporta lo de teñirnos las canas obsesivamente, más allá de que nos apetezca a nosotras llevar el pelo del color que más nos guste.
¿Por qué hay que cortarse el pelo para parecer más joven?¿Dónde está la prueba empírica que lo demuestra?

¿Por qué no vamos quitándonos presión, vamos librándonos de prejuicios y vamos asumiendo que nada ni nadie nos puede ni invisibilizar ni culpar de que cumplamos años, de que estemos vivas?
Que sí, que los veinte se han quedado muy atrás y los treinta parece que fueron hace poco, que la edad pasa por todos los cuerpos, también por el nuestro pero eso sólo quiere decir que somos más sabias que tenemos más experiencia y que aprendemos a valorar lo que tenemos sin fustigarnos por lo que perdemos. Y sobre todo sin dejar que nadie nos fustigue.
Si los 40 son los nuevos 30 parece que dejarse las canas al viento tiene la misma carga reivindicativa que cuando nuestras abuelas se jactaban de no llevar sujetador, nos ha tocado seguir su ejemplo así que será cosa de no defraudarlas ¿os sumáis a la revolución de las canas?