
Como todo tiene su día mundial o internacional, el tres de Noviembre toca ¿celebrar? el día del sandwich y yo estoy encantada. Dada mi destreza en la cocina, los sandwiches y las ensaladas son lo que mejor se me da, así que hoy vengo a hablaros de ellos, de sandwiches que no bocadillos que no es exactamente lo mismo.
El sandwich (que se escribe igual que en inglés porque así lo admitieron en la RAE desde 1927) es lo que viene a ser un bocadillo de pan blandito.
No vale la barra de pan ni pan con corteza sino pan de molde, da igual si es integral, de semillas o multicereales pero pan de molde.
Eso por fuera porque luego por dentro, entre las dos rebanadas del pan de molde reglamentario, podemos poner lo que nos venga en ganas que para gustos están los colores y los sándwiches.
No hay nada prohibido, de hecho hay quien pone entre pan y pan alimentos que jamás habrías imaginado que funcionaban tan requetebien en este formato. Lo de crear tendencia en este mundo culinario tan peculiar no es ninguna tontería.
El sándwich clásico

La historia sobre el origen del sándwich es de sobra conocida. El afán por jugar a las cartas de su creador, según cuenta la leyenda, le hizo pedir que le pusieran algo de carne entre dos rebanadas de pan.
Algo así como lo que les pasa a algunos adolescentes cuando se ponen a jugar a la play, qué poco hemos cambiado para esto del juego ¿qué no?
Pues desde entonces, allá por el siglo XVIII, el mundo del sandwich ha crecido a lo grande y se ha extendido por todo el planeta prácticamente aunque sí, el clásico sigue siendo el de jamón de york y queso, el tradicional «bikini», calentito en la plancha o en la sandwichera, para que el queso tenga ese punto medio fundido.
Y en toda esa evolución, la característica principal de poder comerlo con una sola mano para poder seguir jugando a las cartas, como quería su inventor, la verdad es que no siempre es posible con algunos de ellos. Son menos cómodos de comer pero están mucho más ricos.
Como por ejemplo los sandwich inversos ¿los habéis probado?
Son todo un invento en el que la mecánica habitual del sandwich está justo al revés. Lo que debería ser el pan son dos filetes de carne picada y en el centro puede haber distintas opciones, los podéis probar en distintos establecimientos.
Nosotros los hemos comido en Madrid pero seguro que en muchas otras ciudades también los encontráis y sí, es inevitable comerlos con cuchillo y tenedor.

Otro que es complicado comer con una sola mano es el tradicional y famoso sandwich cubano, si habéis visto la película El Chef seguro que os suena y si no la habéis visto ya tenéis la excusa perfecta para verla el próximo fin de semana, por ejemplo.
Como ver la película y aprenderse la receta es un poco complicado, pasad por la web de El Comidista que ya os deja el trabajo hecho, a falta de que vosotros os animéis a meteros en la cocina a preparar este delicioso y contundente sandwich.
El sandwich reinventado
Ya veis que la imaginación y la cocina van muchas veces de la mano y los sandwichess se reinventan según las modas y las preferencias de los consumidores, es innegable.
De hecho, cada vez más se pueden encontrar más sandwiches vegetales sin huevo ni atún ni mayonesa ¡casi un milagro hace sólo unos años! Y no sólo con una receta sino con tantas como gustos, necesidades, alergias, preferencias o intolerancias alimenticias tengamos.
Otro de los clásicos que en este caso viene de Nueva York, al menos en su receta original, es el sandwich club que se encuentra en numerosas cadenas de comida rápida más o menos conocidas y que se prepara con un doble piso, utilizando tres rebanadas de pan de molde en lugar de las 2 convencionales.

Los hay mucho más británicos y más relacionados con la nobleza más aristocrática, como los tradicionales de pepino que tanto hemos visto en las películas inglesas.
Y no podemos dejar de hablar de los sandwiches de esa conocida franquicia con nombre de parte del cuerpo y que inicialmente sólo vendían eso, sandwiches ¿os suena? ¿de pavo y manzana, de rúcula y roquefort, de atún con nueces al Oporto? ¿Cuántas veces los habréis comido?
Sin duda son una forma perfecta de comer en la playa o en la piscina, para preparar una cesta de picnic o para celebrar un cumpleaños de los que teníamos cuando nosotros éramos los niños ¿os acordáis de aquellos sandwiches? ¡Pues todo es ponerse!