
Reconozco que el tema de la conciliación está candente desde hace tiempo y me gusta que lo esté, me gusta que hablemos sobre ello a ver si de tanto hablar empezamos a tomar decisiones y a actuar, empezamos a hacer superando ya el momento de decir, de hablar y de pedir.
Sí, claro ¡por supuesto que hablo de la conciliación! Pero como soy de las que piensa que para correr primero hay que levantarse y empezar a andar, antes de conciliar tenemos que plantearnos la imperiosa necesidad del paso anterior.
Ese paso que por lo visto en los papeles hemos conseguido ya aunque la realidad se empeña en negarnos, a veces a base de golpes y algunos mortales.
¿Conciliar sin igualdad? ¿Y eso cómo se come? …es que a mí se me hace bola.

Recuerdo cuando era niña, en algunas piscinas, se enseñaba a los niños a nadar tirándoles desde el bordillo. Unas nociones básicas y ¡al agua! Sí, algunas hemos tenido una infancia muy dura como podéis deducir.
Algunos caían como patos y otros como plomos a los que el poco empático monitor tenía que lanzarse a sacarlos a flote al menos hasta el bordillo de la piscina. Ahora, con el asunto de la conciliación es más o menos lo mismo.
Nos tiran al agua y nos dicen que nademos, que conciliemos pero no nos dejan cogernos al flotador de la igualdad porque no lo hay, no existe y la sociedad no se plantea la necesidad de que exista ese flotador.
Conciliación lo han llamado
Mientras no exista igualdad no habrá nunca conciliación porque no se puede conciliar entre dos entes que no son iguales para el sistema, como nos pasa a las mujeres y los hombres.
En la teoría lo somos pero para el sistema económico en el que vivimos no, no lo podemos ser nunca.
Porque si fuéramos iguales, el trabajo gratuito que realizan miles de mujeres en el hogar tendría que ser remunerado y en pocas palabras el sistema económico se iría al carajo.
No hay que ser un lumbreras para darse cuenta de este hecho, ni se trata de politizar ningún movimiento, se trata de llamar a las cosas por su nombre.
Mientras andemos entretenidas con la conciliación, mientras las empresas y las instituciones se puedan colgar medallas y hacerse fotos y dar charlas y seminarios y declaraciones a la prensa, mientras estemos con esto y no con el problema real de la falta de igualdad poco vamos a sacar en limpio.

Vamos que tampoco es que lo diga yo insisto, que lo dice gente tan sensata y tan analítica como Silvia Federici, feminista.
Sí, Federici es feminista de las de toda la vida. De ese feminismo que nos han enseñado sutilmente a separar del término igualdad pero que precisamente se concibe para conseguirla, la igualdad del hombre y la mujer. ¡Tremenda empresa en la que a día de hoy seguimos embarcados!
Silvia Federici tiene el arrojo de reconocer en esta entrevista que podéis leer íntegramente clikando en este enlace, lo que os decía tiene la osadía de reivindicar que es el trabajo femenino, tanto reproductivo como de cuidados, que hacen/hacemos gratis miles de mujeres, la base sobre la que se sostiene el capitalismo.
Silvia tiene también la valentía de hablar a las claras del engaño ese que nos han inculcado de «la realización» ¿perdón?¿realización como mujeres, como personas, como mano de obra, como bien productivo para el sistema, como qué demonios nos realizamos las mujeres que no se realicen también los hombres?¿o es que ellos ya vienen realizados de serie?
¡Qué a veces nos tragamos unos conceptos casi sin respirar y nos quedamos toda la vida haciendo la digestión!
¿Os imagináis tener que pagar a todas las madres que por no poder pagar la escuela infantil deciden que es mejor dejar el trabajo mal pagado que tienen? ¿Os imagináis tener que pagar a todas las hijas que cuidan a diario de sus mayores, de sus familiares, de sus padres?
Por poco que sea ese salario… el sistema colapsaría tal y como lo tenemos organizado.
Y sí, mayoritariamente son mujeres las cuidadoras por distintos motivos, entre otros porque la cultura occidental ha decidido que las mujeres son enfermeras mientras que ellos son doctores, que las mujeres somos cuidadoras mientras ellos salen fuera de la cueva a cazar al
mamut.
¿No hemos evolucionado o qué nos pasa?¿Tan bien nos han conseguido educar en este sistema económico? No, por lo menos no nos autoengañemos que ya tenemos una edad.
No podemos evolucionar porque se nos cae el chiringuito… porque ¿queremos cambiar el chiringuito, realmente queremos esa igualdad que tanto se ondea como bandera pero que está vacía de facto o nos da miedo por la cantidad de historias de terror que nos han contado y que hemos dejado que nos contaran?
Yo estoy un poco hasta las pelotillas de la queja. Hay que moverse y luchar con actos por lo que se quiere. Y sí, el pensamiento crítico es clave aquí. Y no lo hay. Hay mucha revolución de sofá y like, y luego a quejarnos.
Hasta las pelotillas…
Completamente de acuerdo en que hay mucha "revolución de sofá y like" y se nos va la fuerza como a la gaseosa.
Pequeños gestos como votar en conciencia podrían empezar con esa acción y ese movimiento, para exigir hay que implicarse en el cambio, es evidente.
¡Oijto con las pelotillas! jejejejeje
Yo estoy hasta las pelotillas de la queja. Hay que moverse y luchar con actos por lo que se quiere. Y sí, el pensamiento crítico es clave aquí. Y el riesgo. Hay mucha revolución de sofá, de RT y de like, y luego a quejarnos.
Hasta las pelotillas…
Jejejejejeje… entre las pelotillas y las personalidades múltiples, esto es un descontrol… 😉
Las mujeres somos "obsequiadoras de tiempo". Y ¡no sólo de tiempo! La verdad es que es un tema complicado al que, espero por el bien de mi hija (y las hijas de las demás) que alguien le de solución aunque no veo ni a las mujeres que tienen poder en empresas, gobiernos, instituciones con ganas de hacerlo. En mi caso, incluso esas mujeres han sido las peores, lamentablemente, en apoyarnos. Muy buen post. Besos.
Creo que nos han vendido la idea de que sólo las mujeres entienden a las mujeres y esas que mencionas en puestos de responsabilidad y/o poder no se han caracterizado por hacer suyo el problema de la igualdad y la conciliación porque es un problema social ergo depende de la ideología verlo como una situación lógica o como un verdadero problema de igualdad. Gustará o no pero es así… y mientras sigamos con una ideología en el poder que prima al libre mercado, somos una mercancia gratis imprescindible para el sistema económico..
Bss!!
La cosa pinta mal para nosotras. Una madre jamás se la recompensa, se la castiga en las empresas por quedarse embarazada. El capitalismo es cruel. Podemos cambiarlo? Sólo siendo muchas quienes atraviesen el techo de cristal y signa conservando ideales femeninos. Muy difícil.
El capitalismo es cruel con las personas, así en general, con las mujeres, con los niños, con los hombres, con el medio ambiente, con los pobres, con los derechos humanos, con la dignidad…. y así un largo etcétera.
Sí creo que podemos cambiarlo, estoy convencida que el desarrollo tecnológico que tenemos nos posibilita a hacerlo, otra cosa es que queramos y nos atrevamos a hacerlo pero… ahí es donde tengo menos esperanzas. Los mensajes de miedo, de caos, de colapso del sistema, han calado muy hondo en una población que no sabe o no quiere desarrollar un pensamiento crítico..
Muy difícil sí, pero no imposible.
Bss!!