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Del sábado por la mañana al domingo por la tarde, una noche dormimos en la ciudad para disfrutar de un fin de semana en Ávila completo y la verdad es que nos gustó mucho.

No estamos en el verano más típico de nuestras vidas, eso es así y aunque lo conocíamos quizás es el momento de replantearnos lo interesante del turismo urbano y el turismo cultural.

Es innegable que es una forma de hacer turismo mucho menos masificada, más tranquila, más flexible en todos los sentidos y por todo ello es una forma de hacer turismo que se adapta, al menos estos días, a esta nueva normalidad en la que estamos inmersos.

Un fin de semana en Ávila ¿sólo?

Una escapada de fin de semana puede ser un paréntesis hasta que lleguen las vacaciones. Dos días nada más sirven para romper con la rutina y si nos organizamos un poco, nos quedamos con la sensación de que el tiempo se estira y que han sido más de dos días los que estuvimos fuera de casa.

Te cuento nuestro fin de semana en Ávila por si te sirve de inspiración y te adelanto que a veces somos muy poco justos con lo que tenemos en casa, no valoramos lo que nos pilla cerca y deberíamos aprender a querernos más y mejor.

Es una de las conclusiones que sacamos al volver a casa, ya verás por qué.

Abre la muralla

Empezamos el sábado haciendo un recorrido por las murallas de Ávila, por arriba, un paseo para ver la ciudad desde la altura de la muralla y de la historia.

Un paseo para imaginar y para aprender. Un paseo acompañados por cientos de pájaros que a esas horas revolotean por la muralla y se encargan de ponerle su banda sonora.

¿Sabías que la muralla de Ávila es Patrimonio Mundial de la Humanidad según la UNESCO? ¿Y sabías que es el único recinto urbano amurallado que existe en el mundo, el mejor cuidado y el mayor recinto cerrado que acoge en su interior a una ciudad?

Sí, bueno, en Carcasonne no están del todo de acuerdo pero es que sus murallas y las de Ávila no son exactamente iguales. No son comparables según la mayoría de los expertos.

No se puede recorrer toda la muralla pero son casi dos kilómetros de paseo que no están nada mal como extensión y permiten disfrutar de unas vistas espectaculares de la ciudad y del entorno.

Llegamos prontito y quizás por eso las entradas eran gratuitas y no como pone en la web o quizás para animar a los viajeros a ir a Ávila, puede ser pero en cualquier caso son detalles que se agradecen.

De ahí nos fuimos a tomar algo fresquito porque el calor aprieta también por la muralla y después de un paseo de una hora larga apetece sentarse, descansar, hidratarse y comentar lo que hemos visto y oído.

Sí, podéis escanear un código QR cuando comencéis la visita y ahí tendréis el audioguía que os irá contando los secretos de la muralla, su historia, su evolución, sus orígenes.

Pero un fin de semana en Ávila no significa que sólo vamos a recorrer la muralla ¡ni mucho menos!

Cuéntame un cuento

Un cuento o una leyenda, lo que más os guste.

Nosotros contratamos en la propia web una ruta guiada y teatralizada por Ávila recorriendo alguno de sus lugares más emblemáticos y conociendo algunas de sus leyendas más populares.

Como bien nos comentaba nuestro guía, Jorge, son leyendas que se han ido transmitiendo de forma oral desde hace siglos. La mayoría son pura ficción porque no hay datos objetivos que las verifiquen pero también es verdad que casi todas tienen algo que las ata a la realidad.

O su nombre o el nombre de un palacio o una puerta en la muralla o una piedra que se encontró justo donde y como cuenta la leyenda.

En cualquier caso es una excusa perfecta para hablar de arte y de historia, para pasear la ciudad y recorrerla y para enganchar a los más jóvenes a una visita que quizás para ellos enfocada de otro modo sería mucho más aburrida. Y estas cosas cuando viajas en familia siempre es bueno tenerlas en cuenta.

Sabor a la vida

Es difícil pasar un fin de semana en Ávila y no ponerle «sabor a la vida» como dicen en MasterChef, en alguno de sus estupendos restaurantes degustando como es lógico alguno de sus menús más típicos.

El calor no es impedimento para disfrutar de unas judias del barco de Ávila, unas patatas revolconas con torreznos, una sopa castellana y por supuesto un chuletón de ternera abulense.

Diréis que esto es una barbaridad me ponga como me ponga pero no es así si moderáis las cantidades.

En el restaurante en el que nosotros comimos, el SigloDoce, nos pusieron un delicioso menú degustación con todo lo que os he mencionado y la verdad es que salimos muy contentos tanto de la comida como del trato de los camareros. Un sitio muy recomendable si os animáis a pasar un fin de semana en Ávila.

Y por supuesto, para dormir nos quedamos en el centro, junto a la catedral y casualmente en la misma calle que el restaurante y no, no fue premeditado para facilitar una siesta después de comer pero hay que reconocer que nos vino estupendamente.

El Palacio de los Velada es un sitio estupendo para hacer noche en Ávila para poder recorrer la ciudad iluminada antes de acostarnos y para despertar en el centro histórico y empezar a recorrerlo.

Ya veis que nos quedaron por visitar el Museo de Santa Teresa y algunas otras joyas de Ávila pero eso sólo significa que tenemos motivos para volver otro fin de semana a visitar la ciudad y eso siempre es bueno ¿no os parece?

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