
Esa es la eterna pregunta «¿Qué es y qué no es adecuado o apto para niños?» porque damos por hecho que hay cosas que lo son y cosas que no lo son y personalmente creo que hacemos muy bien en ser precavidos pero no seamos mojigatos.
Desde música a cine pasando por literatura, teatro, cómic o incluso exposiciones de arte, numerosos son los ejemplos que me vienen a la mente y seguro que vosotros conocéis aún más de esos productos culturales «de adultos» que realmente «devoran» o podrían devorar encantados nuestros hijos.
Podemos ponerlos en común y ver cómo han funcionado con nuestros respectivos hijos e hijas y además, seguro que se nos ocurren grandes
regalos de este tipo para los más pequeños de la casa y para los que han crecido y se van viendo cada vez más mayores aunque sigan siendo nuestros niños.
Qué es apto para niños y qué no

No soy yo muy fan de las novelas o las películas de terror pero sí me gusta cuando se adaptan contenidos de adultos a las necesidades de nuestros hijos.
Empezando por la literatura me encontré con un artículo en el que hablaban de la adaptación del universo de H.P. Lovecraft como material didáctico infantil.
Sí, uno de los escritores norteamericanos más importantes y que ha desarrollado su obra en los terrenos del miedo y el terror adaptado para enseñar a los niños ¿a asustarse?
Pues no, precisamente a eso no. Ha sido una idea de dos artistas
norteamericanos que se han propuesto que los más pequeños vean a Lovecraft con otros ojos, al menos hasta que crezcan, “C is for Cthulhu” es el título del libro que han publicado Jason Ciaramella y Grag Murphy.
El libro que les habría encantado haber leído a sus propios hijos cuando eran bebés.
En música ya os hablé de la serie dedibujos animados producida por Netflix, «BeatBuggs», en la que las canciones de The Beatles forman parte de las tramas que viven los personajes.
Nada de adaptación de las canciones, versiones realizadas por cantantes conocidos como Shia o Robbie Williams, cantando temas tan reconocibles como “Help” o “Lucy in a sky of diamonds”.
Es una forma genial de acercarles a uno de los grupos míticos de la música de todos los tiempos.
En cuanto a películas, ya me conocéis.
Soy de las mamás que piensan que no sólo las películas infantiles son perfectas para mis hijos, hay películas para adultos que sin embargo les entretienen, les hacen pensar, les interesan, les divierten y les sorprenden como a cualquiera.
Larga es ya la lista de posts cargados con “Películas para niños que crecen” y
las que nos quedan por añadir.
Y hace poquito me encontraba con un tuit de la periodista Eva Orúe sobre esos libros que no siendo infantiles resulta que los leemos a nuestros hijos o nos los leyeron a nosotros en su momento.
Antes de tiempo
No creo que me hayan quedado secuelas de esas que ya no hay quien las supere por haberme leído algunos libros antes de tiempo, de hecho, creo que tendemos a la sobreprotección de nuestros hijos cuando están delante de nuestros ojos.
Lo que nos anima a no creer que cuando no les veamos no sean esos angelitos que tenemos delante. Lo de ojos que no ven corazón que no sufre en esto de la maternidad es más real de lo que nos podríamos imaginar.
A lo que voy, me leí antes de tiempo “Las aventuras de Tom Sawyer” de Marck Twain que se supone que está recomendado a partir de los doce años, yo creo que no había cumplido los nueve cuando me lo leí.
No entendí algunas cosas es cierto pero más que por la falta de años, creo que fue porque la edición del Círculo de Lectores que había en mi casa no estaba adaptada para el español medio de aquel entonces (de aquel entonces me refiero a cuando mi padre compró el ejemplar…).
No tenía edad para leer “Tuareg” de Alberto Vázquez Figueroa cuando lo leí y tampoco creo que la tuviera para leerme “La Colmena” de Camilo José Cela la primera vez pero seguro que de ambos aprendí más que de los libros que se supone que debía leer por los años que tenía como eran las aventuras de Puck, de Los Cinco o de Los Siete Secretos, con los que me lo pasaba estupendamente es cierto pero de las que no me quedaron
imágenes tan concretas en mi memoria después de leerlas.
Tampoco tenía edad para meterme en “La cabaña del tío Tom” de Harriet Beecher Stowe y ahora que ya he cumplido algunos años desde que lo intenté la primera y única vez, ni siquiera me planteo retomarlo, sigo sin
tener edad ni estómago que lo mismo no es cosa de la edad y no es que le quite mérito al libro.
Quizás sea que yo no vengo preparada de serie para leer historias tan tremendas, puede ser también es verdad que no todo es para todos, ya me entendeis.
Pero ya veis que no todo tiene que ser para niños y sin embargo sí hay libros, películas o incluso músicas que no deberían leer, escuchar o ver hasta que no tengan capacidad para entenderlas y eso no siempre está relacionado con cumplir años ¿no os parece?
Luna si,salvo la serie de soy Luna que la ven todas las de su edad pero es un culebrón
Pues eso pasa mucho.. que las cosas que se supone son para su edad, personalmente a veces no son las más adecuadas..
Da gusto tener otra visión diferente en la crianza de nuestros nanos. Gracias
¡¡Muchas gracias por el comentario!! ..no todo el mundo acepta las visiones diferentes en lo que se refiere a la educación de los hijos.
Nos sorprendería ver las reacciones de muchos niños leyendo o viendo cosas que no son "apropiadas" para su edad. No creo que todo tenga que hacerse en función de la edad, si no del propio niño.
Estoy de acuerdo, la edad puede ser orientativa pero cada niño madura a su ritmo y no es para todos igual ni de lejos..
La última serie que les ha puesto el papá porque le maravilla es Más allá del Jardín (Over the Garden Wall). Cuando la vi me di cuenta que era totalmente para adultos, pero a mis hijos les ha fascinado. Se la han tragado toda en dos días y ahora están repitiendo.
¡¡Me la apunto!! Lo mismo a mis chicos también les gusta.. 😉