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Esa sensación de terminar una serie y sentirte un poco huérfana no es algo que se repita con mucha frecuencia ni siquiera con las series que nos han dejado buen sabor de boca. Bueno pues esa sensación es la que te queda cuando acabas de ver el último capítulo de la última temporada de Los Durrell, puro feelgood en forma de serie y encima basada en hechos reales. No se puede pedir más, como no se puede dejar de verla.
Los Durrell es una serie que dirige el realizador británico Steve Barron y que se basa el los cuadernos que escribió Gerald Durrell del tiempo que estuvo viviendo con su familia en la isla griega de Corfú, de 1935 a 1939.
La Trilogía de Corfú es como se conoce a todos los recuerdos que el reputado naturalista fue recopilando de sus años como niño en esa isla junto a sus dos hermanos, su hermana, su madre, los animales que fueron formando parte de sus vidas y los amigos griegos que poco a poco fueron haciendo allí.
Durante toda la estancia en la isla, el pequeño Durrell no acudió a la escuela sino que recibió, como se cuenta en la serie, la tutela y la enseñanza de distintos amigos y profesores relacionados con la familia, incluso su hermano mayor ejerció durante un tiempo y todo eso deja un poso en su forma de aprender no sólo en ese momento sino seguro que durante toda su vida.
La serie cuenta con cuatro temporadas, las tienes disponibles en Movistar+, en las que va recogiendo todas esas anécdotas, historias, sensaciones y sentimientos, con la mirada de un niño y quizás ese sea uno de los motivos que la hacen especial. Es la realidad vista desde el lado de la infancia, ese lado que tan pronto abandonamos sin darnos cuenta.
Los Durrell además de tener un guion genial con unos diálogos divertidos e inteligentes, tiene también un casting muy conseguido, con unos actores que ponen la piel para hacer que estas personas inverosímiles se conviertan en personajes creíbles, y lo consiguen.
Keeley Jawes es Louisa Durrell y por este papel ha estado nominada a los BAFTA en distintas ediciones, lo que no sólo es esperable sino que está lleno de sentido común.
Es una actriz magnífica, nos lo dejó claro en The Bodyguard con ese personaje principal tan lejos de Louisa Durrel, pero además la hemos visto destrozada y cagada de prejuicios hace muy poco en otra magnífica serie de la que también hemos hablado en el blog, It’s a sin.
Junto a ella están siempre sus hijos, Margo y Leslie a los que dan vida dos jóvenes actores con mucho teatro bajo sus pies como son Daisy Waterstone y Callum Woodhouse. Inevitablemente hay que detenerse en el pequeño Gerald, al que interpreta deliciosamente Milo Parker que está más cerca de la mayoría de edad que de los años que tenía Jerry en esos momentos y que ha sido nombrado embajador de la Durrell Widlife Conservation Trust.
Alexis Georgoulis es Spiro, el amigo, taxista, manitas, confesor y demás de la familia desde que llegan a Corfú, como Theo, el compañero naturalista, doctor, científico, poeta y filósofo a quien interpreta Yorgos Karamihos.
Uno de los más conocidos es sin duda Josh O’Connor por haber sido el actor que ha dado vida al Príncipe Carlos en una de las últimas temporadas de la serie también británica The Crown.
Si después de ver la serie te quedas con ganas de más, algo que es muy probable, siempre puedes retomar la lectura de Mi familia y otros animales, el libro más conocido de Gerald Durrell que ha cumplido estos días los 65 años desde que se publicó. Después puedes seguir con Bichos y demás parientes para terminar con El jardín de los dioses.
Los Durrell es una serie original, distinta, con una ambientación deliciosa, unos diálogos brillantes, unas situaciones delirantes y unos personajes inverosímiles, para enternecernos, para divertirnos, para reflexionar y sobre todo, para ver en familia, es una serie perfecta a la que no se le puede añadir nada más.
