
Sí, tumbarse en la playa es un enorme placer eso no lo discute nadie pero no es excluyente, podemos pasar unos días de arena, toalla, sombrilla y chiringuito y otros días distintos, en un entorno atípico, diferente y sorprendente, por ejemplo ¿y si nos perdemos en el bosque aunque sólo sea eso, unos días estas vacaciones para reencontrarnos un poco más a nosotros mismos? Incluso, si nos atrevemos, podemos buscar alojamiento en un bosque también, las propuestas son cada vez más originales, más respetuosas con el entorno y más atractivas.
Hoy he buscado algunos de los bosques más chulos en los que perderse haciendo una ruta, una excursión o simplemente un paseo que no hace falta venirse tan arriba. Y además, he encontrado alojamientos en medio de los bosques en los que no sólo se puede descansar, también podemos soñar, recargarnos de energía o alucinar, directamente.
Sacad vuestro lado más salvaje que empiezo y me da que os va a encantar.
Para que vayamos haciéndonos una idea, en nuestro país hay algo más de 17.000 árboles y aunque damos por hecho que no todos viven en distintos bosques, es una cifra que nos coloca en el segundo puesto de los países de la Unión Europea con más superficie forestal, en torno al 57% de nuestro territorio.
Por supuestísimo las iniciativas que apuestan porque ese territorio siga creciendo merecen toda nuestra atención y nuestro apoyo (en forma de tiempo o dinero, lo que podamos aportar) y como es más fácil defender lo que se conoce hoy vamos a recorrer algunos de los bosques más atractivos, más mágicos, más sorprendentes o más tranquilos que tenemos a nuestro alcance, en nuestro territorio, en algunos casos casi sin salir de casa.
Empezamos por los bosques gallegos en los que obviamente y como no podía ser de otra manera, las meigas viven desde hace siglos y sino no hay más que dar un paseo por ellos para encontrar las pruebas.
En el Bosque Encantado de Aldán fijo que encontramos pruebas más que de sobra entre los molinos de agua, la vegetación autóctona, las aguas del río Orxas, los helechos, los robles, los abedules o los castaños que pueblan el bosque y que nos están esperando para que paseemos entre ellos.
Dicen que es un típico bosque atlántico gallego en el que encontramos reliquias arquitectónicas que le dan ese aspecto de bosque de cuentos en el que de pronto parece que va a aparecer ante nosotros una princesa encantada o una meiga, casi es fácil lo segundo que lo primero estando en tierras gallegas.
Y ya puestos, una vez recorrido el bosque Encantado de Aldán podemos desplazarnos hasta A Coruña para dormir en otro bosque, en el que se encuentran las Cabañas de Carmen, para que la experiencia sea completa. Por el día caminar por un bosque mágico y por la noche soñar en otro, no se puede pedir más fantasía en una sola excursión.
En Cantabria tenemos un bosque muy especial en el que viven más de 800 secuoyas desde finales de los años cuarenta del siglo XX. Una política forestal nefasta nos ha dejado este bosque tan peculiar en un entorno tan poco habitual para estos árboles.
En Cabezón de la Sal están estos árboles californianos que han creado un bosque tan denso después de más de medio siglo de existencia que no permiten que los rayos del sol toquen el suelo.
Durante treinta años se plantaron en este monte secuoyas además de otras especies que no eran autóctonas de la zona y en 2003 se declaró Monumento Nacional a este bosque de secuoyas de Cantabria al que se puede acceder mediante visita guiada gratuita que dura unos cuarenta minutos y que se organizan desde la oficina de turismo de Cabezón de la Sal.
A lo mejor no en este mismo bosque pero si reservamos con tiempo puede que encontremos hueco para dormir en Cantabria en un bosque de hayas, dormir en un hayal en Cantabria puede ser un plan estupendo después de un buen paseo entre las secuoyas cántabras.
Las hayas siempre son los árboles que más nos llevan a imaginar a seres mágicos viviendo entre sus troncos y hayas hay muchas en el Parque Natural del Monte Gorbeia, un tesoro natural con unas hayas de un porte imponente que conforman el bosque de Otzarreta, en Euskadi.
Es importante que antes de entrar en el bosque te pases por el Centro de Interpretación del Parque Natural de Gorbeia para que te cuenten un poco más a fondo por donde es recomendable que pasees para disfrutar al máximo de la magia de este bosque y de sus impresionantes hayas que parece que levantan sus ramas al cielo como si fueran enormes y larguísimos brazos.
Y después, puedes buscar alojamiento en este otro bosque también en Euskadi ¡qué por opciones de disfrutar en plena naturaleza no será!
En la comarca gerundense de la Garrotxa podemos disfrutar paseando por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Vamos a descubrir un paisaje inusual formado por 40 conos volcánicos que van a llamar mucho la atención de todos, incluidos los más pequeños, por supuesto.
Tenemos senderos perfectamente indicados para pasear una zona de hayas que ha crecido sobre la colada de un volcán. Un volcán por cierto que está considerado como el más joven de la península ya que su última erupción fue hace más de once mil años. Es evidente que lo de la juventud es algo muy relativo, dependiendo de lo que estemos hablando.
Quizás no exactamente en este mismo bosque pero sí, también podéis dormir en cabañas entre los árboles en Cataluña para seguir viviendo en plena naturaleza incluso por la noche.
En Guadalajara nos está esperando quizá uno de los bosques de hayas más conocidos de España, el hayedo de Tejera Negra, entre los ríos Lilla y Zarzas. Forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara y es el hayedo más meridional de Europa por el microclima de la zona y por la convivencia de las hayas con robles, pinos silvestres, tejos, acebos y abedules.
Es uno de esos bosques de cuento de hadas que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2017 y que merece mucho la pena recorrer sin prisas y para evitar masificaciones, haciendo una reserva previa.
Y termino en la Sierra de Madrid en una de sus joyas naturales: la acebeda de Robregordo, un bosque de nos más de 30 hectáreas que es considerado como el acebal más importante y de mayor relevancia botánica de la Comunidad de Madrid.
Unos acebos de imponente porte, con troncos robustos y frondoso follaje que desde 1983 tienen la consideración de ser una especie altamente protegida, después de la tala indiscriminada que padecieron durante años y que puso en serio peligro su subsistencia.
Claro que en Madrid también encontraréis alojamientos y cabañas en otros bosques cercanos donde pasar la noche y disfrutar del silencio o de los sonidos de la naturaleza, a los que estamos tan poco acostumbrados.
Sé que se nos quedan muchos bosques sin recorrer y muchos alojamientos sin visitar pero por lo menos podemos ir abriendo boca con estos que he recogido, podemos despertar nuestra curiosidad con estas propuestas y quien sabe, lo mismo estamos creando una nueva y sana costumbre familiar de recorrer los bosques españoles y pasar una noche o las que se tercien en algunos de ellos.