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Las series de época crean adicción, esto es así. Los vestidos, los peinados, la ambientación pero también los diálogos cargados de segundas y terceras intenciones, las manipulaciones, las tergiversaciones, los líos, los amoríos, las traiciones, los disimulos, el sí pero no, el parece lo que no es y quien no es. 

Incluso tiene su atractivo el repaso histórico con sus toques de ficción, en algunos guiones la mezcla es casi perfecta y muy adictiva también, hay que reconocerlo. Hay guionistas que son unos genios.

Reyes, reinas, príncipes, princesas, duques, condesas, hijos ilegítimos, amantes oficiales… un batiburrillo que hace que las series de época enganchen a la audiencia y que cada vez se produzcan más series y se hagan mejor.

Hemos hecho una recopilación muy subjetiva de algunas series de época de esas que enamoran, que enganchan, que no se puede dejar de verlas una vez que se ha terminado con el primer capítulo.

No, no están todas las que son pero desde luego, las que están son series de época de las que gustan, de las que se disfrutan, de las que se beben en una tarde de frío o de lluvia incrustadas en el sofá con una mantita por encima.

Downtown Abbey

Gustó tanto a tantos que después de estirar la serie tras la tercera temporada, los productores pensaron que sería una buena idea lanzar una película con la misma historia. Y volvió a gustar y a llevar a miles de personas a las salas de cine por lo que en breve se estrena una segunda entrega con la vida y milagros de esta familia tan aparentemente ideal.

La serie es una serie dramática que no puede ni quiere disimular su nacionalidad británica por todos sus poros, que se estrenaba en su país allá por el año 2010 y que cuenta las aventuras y desventuras de una aristócrata familia de la Gran Bretaña de principios del siglo XX y finales del XIX.

La mejor: la abuela, sin duda y sin discusión. Lo peor: pasada la tercera temporada hay que reconocer que pierde un poco el norte pero aún así es disfrutable, cuesta más mantener la atención y la intención de seguir viéndola pero se deja ver y entretiene e incluso a veces sorprende con algún personaje interesante.

Outlander

No dejamos las Islas Británicas como escenario para nuestra siguiente recomendación. Una serie que se plantea los saltos en el tiempo y en el espacio con una soltura que engancha al espectador.

Aquí son los clanes escoceses los que cortan el bacalao hasta que pasa lo que pasa, se alían con quien no deben y todo se va al garete.

Los personajes principales van capeando el temporal y de Escocia pasarán a Francia para recorrer después “el nuevo mundo” que en esta serie lo de estar parados y tranquilos en un sitio o en un tiempo no es lo que más les gusta.

Lo mejor: la sensación de saber cosas del futuro que pueden ayudar a las personas que quieres y que viven en el pasado. Lo peor: que no ha habido manera de encontrar a Jaimie en la actualidad, ni saltos en el tiempo ni nada que haya funcionado.

Anna Bolena

Saltó la polémica con esta miniserie de tres capítulos sobre los últimos meses de vida de la reina inglesa, la primera a la que por cierto, le cortan la cabeza en público porque según su marido le había sido infiel entre otras acusaciones, todas con las mismas pruebas que lo demostraran pero claro ¿quién necesita pruebas cuando se es un rey como era él?

Una serie que nos ha gustado por la puesta en escena y también, por qué no, por el trabajo de la actriz principal que va mucho más allá del color de su piel y que da vida a una ficción no a una serie documental ni histórica.

Los Bridgerton

Seguimos en Londres con otra de esas series que dejó a la mayoría pegados delante de la pantalla y de la que muchas ya esperan su segunda y tercera temporada. Se dice y se comenta que están grabadas las dos, del tirón y tampoco sería la primera vez que se hace. 

Pura fantasía por lo que aquí ni nos preocupábamos de si la reina era negra, blanca o tenía rasgos asiáticos ¡todo vale en esta serie! y el resultado lo confirmó, todo vale para que miles de personas en todo el mundo vibraran al ritmo de los bailes a los que asiste esta familia.

Rápida, divertida, sencilla, fácilmente entendible, no exige demasiada atención por parte del espectador y al mismo tiempo, la historia regalaba momentos en los que no se podía despegar los ojos de la pantalla, literalmente. Por la trama, claro.

The Crown

Y claro, hablar de series sobre aristocracia y todas ellas ubicadas en las islas británicas (de momento), lleva inevitablemente a hablar de esta que es el top de la gama.

La serie que va detallando pormenorizadamente la vida de la reina Isabel II, desde que era una niña hasta casi, casi la actualidad.

Para muchos es de una época lejana, para otras la época está bastante cerca pero en lo que coincide todo el mundo que la ha visto es que es un entretenimiento estupendo para el que no se ha escatimado ni un penique y por el que se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. 

Catalina la Grande

Es una miniserie que sigue la vida de la conocida, envidiada y temida emperatriz rusa más o menos a mitad de su reinado, en la segunda mitad del siglo XVIII.

Una emperatriz que tiene que reinar entre muchos hombres que la ven como una usurpadora y que además tienen que tragar, por la cuenta que les trae, con ella y con la relación que mantuvo con Grigory Potemkin, por encima de familia y convenciones sociales.

Ella era Rusia y punto.

Los salones, los vestidos, las costumbres y los magníficos exteriores son algunos de los puntos a favor de esta serie pero el mayor de todos es ella, sin duda, Hellen Mirren está magnífica, como siempre, en la piel de uno de los personajes más estudiados y admirados de la historia, incluso por sus enemigos.

Isabel

A ver, que Rusia tenía emperatriz pero es que aquí, unos cuantos años antes, había una reina tan reina y como Isabel que bien merece una serie entera para ella sola.

La historia de nuestro país es que da para muchas series, algunas de terror eso también es verdad.

Esta es una serie entretenida que cuenta con más o menos gracia y más o menos fidelidad, lo que se vivió y se sufrió durante el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. 

Los momentos históricos más conocidos se intercalan en el desarrollo de las tramas con otros menos señalados en los libros pero que tuvieron importancia notable en el desarrollo de la historia.

Sus toques de realidad y sus añadidos de ficción hacen una serie entretenida que merece la pena ver.

La cocinera de Castamar

Sí, en esta y en la anterior tenemos a la misma actriz como protagonista. En la anterior era toda una reina y aquí es una cocinera en casa de un duque y claro, pasan cosas.

Es ficción, está basada en un libro de ficción y se nota que es ficción porque cocinar como cocina es casi de ficción o por lo menos a mí no me salen esos platos ni esas preparaciones sin que la líe pardísima en la cocina.

Es entretenida y aunque sólo sea por ver algunos de los palacios, castillos y entornos de Patrimonio Nacional ya merece la pena ver la serie porque sí, se ha pateado la geografía española buscando localizaciones y vaya si las han encontrado.

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