
Un plan de fin de semana en pleno centro y en un momento en el que la ciudad se pone sus mejores galas. Si estás en Madrid nos vemos en InGoya una exposición diferente que conmemora el 275 aniversario de uno de los pintores españoles más importantes de nuestra historia.
Hasta el 16 de enero puedes disfrutar de esta peculiar exposición que se encuentra en el Centro Cultural de la Villa, en plena Plaza de Colón. Los organizadores hablan más de experiencia inmersiva que de exposición y lo cierto es que es algo más que una exposición y más si tenemos en cuenta que en su primera parada en Granada, la visitaron unas 20.000 personas.
Hablamos de vas a ver algunas de las obras más importantes y más conocidas de Francisco de Goya a través de más de treinta pantallas de gran formato, cuarenta proyectos y más de mil imágenes de estas obras.
Y además, la pintura de Goya vas a verla al mismo tiempo y al mismo ritmo que escuchas música de Falla, Albéniz, Granados, Sarasate, Holst, Prokofiev y Tchaikozsky entre otros grandes maestros de la música.

Aprender y sentir
Sería un poco el resumen de lo que pretende InGoya. Primero vas a ver una línea temporal en la que descubres o recuerdas algunos de los momentos más importantes de la carrera profesional del pintor.
Al mismo tiempo, vas viendo su contexto histórico porque si es importante lo que hizo no lo es menos saber cuándo lo hizo.
Una de lo que más nos ha gustado saber es que Goya no llegó a ser una figura brillante en el mundo del arte el mismo día que cogió su primer pincel o pintó su primer cuadro.
Se presentó a concursos donde nadie votó por su obra, en otros quedó en segundo lugar, buscó subvención mediante una especie de beca para poder dedicarse a pintar y aprender y no lo consiguió. Al talento siempre hay que unirle el trabajo y las ganas de seguir, de esforzarse, de apostar por uno mismo y de no dejar de aprender nunca.
Después del paseo por la parte más didáctica de la exposición llega la música y la proyección de algunas de las mejores pinturas de Goya.

Desde los cartones para los tapices, los conocidos retratos, pasando por la personal forma de ver y de pintar al pueblo llano que tenía el artista aragonés. Los cuadros que recrean la guerra, la brutalidad de la tauromaquia o la oscuridad de las pinturas negras.
Un paseo por la obra que a veces desborda luz y otras ahoga con la oscuridad y el dolor más arrollador.
Los fragmentos ampliados hacen que te sorprendas por el detalle (el lunar de la Duquesa de Alba, por ejemplo, fue uno de los descubrimientos que hicimos nosotros cuando paseamos por la exposición). La mirada perdida, el dolor, el gesto de una mano, la luz en un entorno natural o el movimiento de un tejido a través de los trazos de los pequeños detalles son uno de los puntos fuertes de la exposición o por lo menos de los que más nos gustaron.
En la preparación de InGoya ha colaborado el Instituto Cervantes porque estamos aún en el año de Goya. Hace sólo unos días que el Ministerio de Cultura ha comprado un dibujo de este autor que se va a depositar en los fondos del Museo del Prado y desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, se han emitido 5 monedas con cuadros de Goya para conmemorar el 275 aniversario de su nacimiento.
Una forma de reconocer su talento, su trabajo y el momento histórico que recrea en sus cuadros es visitar InGoya si estás en Madrid.
