
Cien por cien sostenible, o lo que es lo mismo, una ciudad neutra en emisiones, lo que por un lado puede llegar a contaminar, lo compensa por otro lado. La primera ciudad cien por cien sostenible y esperemos que no sea la única por mucho tiempo y que vayan surgiendo rápidamente muchas más.
En este caso hablamos de la primera y es Copenhague, ¿cómo lo han conseguido sin que sus ciudadanos pierdan ni un poquito de comodidad y calidad de vida? Pues eso es lo que vamos a ver porque es muy interesante.
Copenhague quiere ser la primera ciudad «verde, inteligente, con huella de carbón cero» del mundo en el año 2025 y su plan está funcionando a la perfección.
Tiene previsto instalar decenas de turbinas eólicas y miles de metros de paneles solares para lograr que la calefacción que los ciudadanos necesitan en los inviernos daneses, provenga de energía renovable al 100%. Además está apostando e invirtiendo para que el 75% de la movilidad ciudadana sea en bicicleta, a pie y en transporte público.
Lo mejor de todo y lo que hace que esta intención de los gobernantes de la ciudad se esté convirtiendo en una realidad no es solamente la conciencia ecológica de los ciudadanos de Copenhague, es que la transformación ecológica de la ciudad ha supuesto un crecimiento de su economía en un 25% durante las dos últimas décadas.



El proyecto de ser la primera ciudad cien por cien sostenible
No es algo que se consiga de la noche a la mañana, es evidente. En el año 2009 se planteó este proyecto para Copenhague y la idea era realmente revolucionaria tanto para empresas, ciudadanos e incluso políticos de la misma ciudad.
Es verdad que los desafíos a los que se enfrenta desde entonces el gobierno de la ciudad son enormes pero los beneficios para los ciudadanos también lo son.
Desde el aprovechamiento de todos los residuos orgánicos que genera la ciudad para producir energía a la instalación de 60.000 metros cuadrados de nuevos paneles solares por la ciudad hasta lograr que el 100% de la calefacción de la ciudad proceda de fuentes de energía renovable y el compromiso de los propios ciudadanos de reducir en un 20% el consumo de calefacción y electricidad comercial.
Son muchos aspectos en los que todos confluyen y colaboran, es el único modo de conseguirlo y ellos lo están consiguiendo.
Desde que se fue cambiando el modelo energético de la ciudad las emisiones de dióxido de carbono se han reducido en un 25%. No hay otro sitio en todo el mundo con un proyecto climático de esta envergadura y, sin embargo, la necesidad de que este modelo de ciudad se expanda por todo el mundo es cada día más acuciante.
Con los datos en la mano el plan de Copenhague de convertirse en la primera ciudad cien por cien sostenible del mundo va por buen camino:
- se ha reducido el consumo de calefacción en general en un 15%
- el 66% de la movilidad urbana ya se hace en bicicleta, a pie o en transporte público
- el 51% de la calefacción y la electricidad ya proviene de energías limpias
- ha tenido un crecimiento de la economía de la ciudad en torno al 25% durante las dos últimas décadas
- se están implementando nuevas tecnologías como baterías mejores y captura de carbono para conseguir los objetivos marcados para el año 2025
- la transformación ecológica va de la mano de la creación de empleo, del crecimiento económico de la ciudad y de una mejorar en la calidad de vida de los ciudadanos



El hecho de haber conseguido combinar la transición ecológica de la ciudad con su crecimiento económico es sin duda un ejemplo a seguir y un modelo para otras ciudades en todo el mundo.
Es verdad que quizás el entorno de una ciudad es más concreto, más tangible para sus habitantes y por eso los cambios en las ciudades pueden servir de motor para acelerar la implementación de todas estas medidas a nivel nacional por parte de las políticas de los distintos países.
Lo que está claro es que la propuesta funciona y además es que es urgente que Copenhague sea cuanto antes la primera ciudad cien por cien sostenible de una larga lista de ciudades por todo el mundo.