
Siempre hemos sabido que leer permitía vivir muchas vidas, todas las que se encontraban entre las páginas de los libros leídos, ahora además, la ciencia ha confirmado que también alarga la propia vida que lo de leer para vivir más es real, con datos y todo.
La mayoría de las personas a las que se las ha considerado geniales en algún momento de la historia, los perfiles de personas triunfadoras e innovadoras, han reconocido que durante su vida siempre han encontrado tiempo para leer aunque tuvieran que sacrificar tiempo de descanso u otras aficiones. De hecho, muchas de ellas han señalado abiertamente que el hábito de la lectura ha mejorado enormemente su vida y por eso lo han mantenido durante años como una de esas buenas costumbres que no hay por qué abandonar nunca.
Los beneficios de la lectura en nuestro cerebro han sido confirmados desde hace años por distintos estudios científicos. Son reales y medibles.



Leer hace que aumenten las capacidades de aprendizaje, protege al lector de la posibilidad de desarrollar enfermedades degenerativas a nivel cognitivo y es una actividad que consigue que se desarrollen las conexiones neuronales al poner a trabajar la imaginación y la abstracción.
Ahora además, un grupo de científicos de la Universidad de Yale en Estados Unidos, han demostrado que existe una relación entre la longevidad de las personas y su hábito lector.
Durante más de 12 años de investigación han ido estudiando a más de 3.600 individuos hasta llegar a la conclusión de que los que más años han vivido han sido también los que más tiempo han dedicado a leer a lo largo de su vida. A la vista de las conclusiones, leer nos ayuda a tener no solo una vida más divertida, sino también más larga.
En el tiempo que ha durado el estudio, más de 12 años, los científicos de la universidad americana han podido determinar distintos valores interesantes, las personas que leían de forma habitual vivían más años que aquellas que no leían nada. Cualquier nivel de lectura de libros daba una ventaja de supervivencia que la lectura de publicaciones periódicas fue otra de las conclusiones a las que llegaron a la vista de los datos obtenidos.
La lectura inmersiva que proporciona un libro ayuda a mantener un estado cognitivo que no se consigue con la lectura de un periódico, una revista o un blog.
La lectura de un libro no solo pone a trabajar las neuronas del lector, inevitablemente implica las emociones, la percepción social, la empatía incluso y todo eso es muy positivo para el mantenimiento de las funciones cerebrales, hasta el punto de ayudar a tener una mayor longevidad que aquellas personas que no leen libros en su día a día.



Tiempo para leer y leer para vivir más tiempo
No se trata de coger el libro y no soltarlo hasta que se termine. La idea es dedicar cada día un tiempo a la lectura, como quien va cada día un rato al gimnasio.
Es verdad que no todo el mundo consigue encontrar tiempo para leer pero eso no significa que no pueda conseguirlo, la posibilidad de modificar un poco las rutinas para hacerle hueco a la lectura no es tan complicada y sobre todo, son muchos los beneficios que va a aportar a la salud mental y física. El primero de ellos ya lo hemos visto, se relaciona con la posibilidad de tener una mayor longevidad solo el hecho de encontrar un hueco cada día para ir leyendo un libro.
El escritor y actor Charles Chu hacía un cálculo muy sencillo en el que demostraba que no es tan complicado sacar tiempo para leer cada día. Tan sencillo y tan irrefutable que se convirtió en viral en Estados Unidos. Chu calculaba la cantidad de horas aproximada que nos llevaría leer 200 libros tomando como referencia los datos de los lectores norteamericanos que pueden ser perfectamente comparables a los datos de los lectores españoles.
La velocidad de lectura del lector estadounidense está entre las 200 y las 400 palabras por minuto. Hay estudios que señalan que la velocidad de lectura del lector adulto hispano parlante está en torno a las 278 palabras por minuto.
Si un libro de ficción de media está en torno a las 50.000 palabras, Chu llegaba a la conclusión de que para que el lector medio norteamericano leyera 200 libros tendría que aplicarle en torno a las 417 horas de lectura a lo largo de su vida ¿es algo imposible?
Pues teniendo en cuenta que el norteamericano medio pasa 608 horas al año interactuando en las distintas redes sociales parece que dista mucho de ser imposible. Solo habría que reducir el tiempo que se pasa en Instagram, Facebook, TikTok, Twitter o Pinterest, por citar solo algunas de las redes sociales más concurridas, para invertirlo en leer un libro.
Pero además, Chu seguía con sus cálculos y añadía que el norteamericano medio se sienta en torno a las 1.642 horas a ver la televisión, cada año. No parece imposible sacar tiempo para leer simplemente reduciendo el tiempo que se pasa en cualquiera de estas dos actividades que neurológicamente no son tan positivas para la salud como está demostrado que lo es la lectura de un libro o de 200 como planteaba Charles Chu en sus cálculos.



El secreto: tener siempre libros a mano
Obviamente para conseguir leer además de sacar tiempo de otras actividades es necesario tener acceso a los libros. No hace falta comprar la última novedad que haya salido al mercado, de hecho no hace falta ni siquiera comprar libros para poder leer las bibliotecas públicas son una opción cada día más utilizada por los lectores. Vía online existen numerosas y conocidas webs en las que comprar libros para leer y vender los que ya se han leído, una forma de mantener siempre un flujo constante de posibilidades lectoras e incluso hay quien los vende, una vez leídos, a través de sus propias redes sociales de una forma más sencilla y directa.
Además, la red de bibliotecas públicas es cada día un poco mayor y siempre se puede dar un paseo para dejar los libros leídos y coger nuevas lecturas para disfrutar en casa y leer para vivir más y sobre todo mejor, mucho más entretenida y con la cabeza llena de grandes historias.
Y por supuesto, si el libro digital es lo que más se adapta a las necesidades de tiempo, espacio y economía, es muy sencillo encontrar libros a precios muy asequibles para que leer un poco cada día sea un nuevo hábito que se pueda adoptar cuanto antes y durante toda la vida.