
Suena raro lo sé, pero es uno de los mejores propósitos que se me ocurren para este año, ir lo menos posible a hacer la compra es una gran idea y una gran intención al mismo tiempo. Es bueno y es recomendable para nuestra salud mental y nuestro tiempo en general y es sano para nuestras finanzas, eso es innegable también. Así que vamos con ello: ir lo menos posible a hacer la compra sin que pasen hambre en casa y sin terminar de los nervios, no digo que sea fácil pero tampoco es imposible.
Si lo que te gusta es echar el rato en el super comparando precios, leyendo etiquetas y buscando productos quizás este no sea tu post, lo entiendo. Pero si quieres tener en casa una despensa lo suficientemente organizada y abastecida como para no tener que pasear por los pasillos del súper sigue leyendo que esto que viene ahora está pensado para ti.
Según datos publicados por la empresa TK Home Solutions, la media de veces que vamos a comprar productos relacionados con nuestra alimentación está en torno a las 45 veces al año. Teniendo en cuenta que el año se organiza en unas 54 semanas, casi se puede decir que vamos al súper cada semana y media, más o menos.
No puede haber una perspectiva más aburrida, al menos para muchas de las personas que acudimos periódicamente a “hacer la compra” para toda la familia.
Vamos a tratar de acercarnos más a ese 8% de personas que se organizan de tal modo que consiguen abastecerse una vez al mes, o lo que es lo mismo, solo tienen que ir al super 12 veces al año ¡qué cracks!
No se trata de comer menos aunque esa puede ser una meta para muchos este nuevo año, ni se trata de comer peor eso por descartado. Se trata de organizarnos mejor abasteciéndonos de alimentos saludables y duraderos, planificando los días de cocina y organizando el almacenamiento más adecuado para cada uno de ellos.



Si tenemos claro, más o menos, lo que es un buen “fondo de armario” ahora vamos a organizar y diseñar un buen “fondo de despensa” para conseguir de verdad ir lo menos posible a hacer la compra.
Los expertos recomiendan, en la medida de lo posible, la compra mensual aunque es evidente que las compras como las necesidades y las circunstancias son tan numerosas como las familias. No es lo mismo hacer la compra cuando es solo para una pareja o para una familia extensa, como lo es lo mismo si hay niños pequeños en casa, adolescentes o anciano. Todo eso hay que tenerlo en cuenta como es obvio.
Los productos no perecederos se pueden comprar una vez al mes. Los productos frescos como carnes y/o pescados también si almacenamos tanto en la nevera como en el congelador y la fruta y la verdura quizás sea lo que tengamos que adquirir con algo más de frecuencia si no la cocinamos.
Lo malo de tener que ir más veces a hacer la compra no solo es el tiempo que perdemos al deambular por los pasillos, es que a veces nos arriesgamos a comprar de más, alimentos que nos arriesgamos a que caduquen en casa y se desperdicien. Así hemos perdido tiempo y dinero y no estamos para esos derroches.
Prepara la despensa, algún armario en concreto o haz hueco en varios armarios para almacenar de manera eficaz y sobre todo accesible. Ten en cuenta que la despensa no debe estar nunca por enigma de los 25º, así que no elijas armarios que estén en torno al fuego de la cocina o que les dé el sol de manera habitual.
También debe ser un armario que pueda cerrarse con una puerta que no deje pasar la luz, que no sea de cristal, que no puedan entrar insectos a su interior y que no tenga humedad.
Los frascos de cristal son perfectos para que formen parte de tus envases o recipientes para esta despensa. Permiten que se vea el contenido y la cantidad que queda. Son limpios, resistentes y los puedes reciclar fácilmente. Además son mucho más prácticos e higiénicos que almacenar los paquetes originales a medias cerrados con una goma o una pinza de la ropa ¿te suena, verdad?
Con los frascos de cristal te evitas las etiquetas porque se ve lo que contienen y eso también es un punto interesante a tener en cuenta.
Es innegable que tener una despensa organizada te va a ahorrar tiempo y dinero y no porque se lo hayamos oído a Marie Kondo, es porque lo hemos visto en casa de nuestras madres y abuelas.
Leandro Palomo, responsable de Salud y Seguridad de TK Home señala precisamente que “una buena organización de la despensa y un sabio uso del congelador permiten menos desplazamientos, menos gastos y menos pérdida de tiempo sin renunciar a una dieta saludable” para toda la familia, por supuesto.



Indispensables en la despensa para ir lo menos posible a hacer la compra
Arroz
Imbatible. Es una fuente notable de carbohidratos que aguanta en perfectas condiciones mucho tiempo (varios meses), siempre es más recomendable el arroz integral, pero puedes tener distintas variedades para acompañar a distintos platos.
Lo puedes preparar especiado, con curry, con verduras, con tomate, en ensalada, en paella.
Pasta
Desde macarrones, espaguetis, fideos para sopa, espirales. La pasta es muy versátil en la cocina y permite numerosas variaciones. Igual que pasa con el arroz es más recomendable consumir pasta integral.
El harina dura meses bien almacenada en nuestra despensa y nos permite elaborar desde una bechamel para cualquier plato o incluso aventurarnos con alguna masa sencilla para alguna elaboración que tengamos en mente.
Cuscús / Sémola
Sémola de trigo que acompaña numerosos platos y los complementa perfectamente, lo puedes preparar con verduras, con carne, añadiendo distintas especias y frutos secos.
Legumbres
Las consumimos demasiado poco y no hay nada que lo justifique. Es muy recomendable tener siempre en la despensa lentejas, garbanzos y judías porque duran perfectamente meses si las compramos secas y las guardamos siguiendo las precauciones básicas que hemos mencionado antes.
La preparación de las legumbres es muy variada y no se limita solo a platos de cuchara en las épocas más frías, las ensaladas de legumbres son una opción muy saludable cuando aprieta el calor.



Conservas
Tanto de pescado como de verduras, son siempre muy recomendables. Son perfectas para una despensa práctica y saludable, además tienen una vida muy larga que ronda los tres años siempre que las mantengamos en buenas condiciones.
Las conservas de pescado tienen un alto valor nutritivo y aportan a la dieta ácidos grasos Omega3.
Latas de atún y/o bonito, mejillones o sardinas, son las más conocidas y unos comodines estupendos a la hora de preparar una cena rápida, por ejemplo, pero muy nutritiva.
Las conservas de verduras como alcachofas o espárragos son muy socorridas y permiten una elaboración rápida, saludable y sencilla, con un aderezo de aceite y vinagre, por ejemplo y acompañadas de arroz o pasta o alguna proteína para equilibrar.
Los pepinillos, las alcaparras, las cebollitas en vinagre, las aceitunas y los encurtidos en general son muy duraderos y se pueden añadir a cualquier ensalada o acompañar un guiso de cuchara o formar parte de una tabla de quesos en una cena informal. Las posibilidades de estos alimentos son enormes.
Las conservas de tomate triturado son perfectas para preparar tomate frito en casa y las de tomate en trozos, son de gran ayuda si vamos a preparar pisto casero.
No nos olvidemos del aceite de oliva que es imprescindible en la cocina y que si lo mantenemos protegido de la luz y el calor puede vivir en nuestra despensa en torno al año sin perder ninguna de sus características.
Alimentos Frescos
Las patatas y las cebollas duran bastante tiempo si las compramos firmes, sin golpes ni magulladuras y las conservamos en un lugar fresco y seco, además pocas elaboraciones hay más sencillas que preparar un puré de patatas casero.
Las calabazas o los calabacines pueden durar en la nevera perfectamente 15 días siempre que no los coloquemos con otras frutas y las manzanas, si son de temporada, también duran en la nevera en torno a las dos semanas sin problema.
Los huevos pueden estar en nuestra nevera en torno a las cuatro semanas y la leche con tratamiento UHT dura incluso meses sin mayor problema.
Especias y Cereales
Las especias son un acompañamiento y aderezo perfecto para casi todo lo que preparamos en cocina y que tiene una vida muy larga por delante por lo que podemos invertir en especias de calidad y en un almacenaje que nos garantice que se mantiene su calidad.
Ajo en polvo, uno o varios tipos de curry, pimentón, cayena, albahaca y orégano secos, perejil. Son algunas especias imprescindibles en la cocina.
Los cereales como la avena, el trigo integral, el sésamo, las semillas de lino o la chía tan frecuentes en nuestros desayunos, pueden aguantar durante meses bien conservados en la despensa y siempre son muy interesantes en una dieta equilibrada.
Lo mismo que los frutos secos o incluso las frutas desecadas o deshidratadas que se pueden añadir a distintas preparaciones culinarias tanto dulces como saladas y son muy saludables e interesantes sus aportaciones a nuestra dieta.



Está claro que para ir lo menos posible a hacer la compra no es necesario almacenar demasiado, hay que poder revisar lo que tenemos y si hay algo que vaya a caducar para aprovecharlo cuanto antes.
Los recipientes deben poder cerrarse herméticamente y siempre que se vaya a terminar alguno de los alimentos, habrá que anotarlo para reponerlo cuando sea posible.
Es recomendable que una vez que tenemos organizado el contenido de la despensa planifiquemos los cocinados, los platos o los menús y hagamos alguna ración de más para guardar en el congelador y tener siempre disponible para cuando podamos necesitarla cualquiera de la familia. Una forma de ahorrar que no va a venirnos nada mal este nuevo año.