
Hemos cambiado un poco nuestros hábitos de viaje, no nos gustan mucho los sitios demasiados llenos o donde hay que esperar largas colas para entrar. A veces es complicado encontrar lugares distintos, lejos de las masificaciones típicas de las vacaciones o los veraneos, pero este año vamos a hacer turismo termal porque reúne muchos de esos aspectos que ahora buscamos en un destino cuando viajamos.
Ocio, cultura, salud, relax, no se puede pedir más y a todo eso le añadimos que tenemos muy buenas opciones muy cerca de casa.
Lo que es importante, antes de embarcarnos en la aventura del turismo termal es consultar con nuestro médico para descartar posibles contraindicaciones porque aunque las aguas termales tienen una gran cantidad de beneficios no todas están recomendadas para todo el mundo y lo mejor, siempre, es tener prudencia e informarse bien antes de disfrutar de un baño o un tratamiento en estas aguas.
¿Qué son las aguas termales?
A priori se trata de baños de aguas minerales más o menos calientes. Suelen brotar del suelo a más de 5ºC que es a la temperatura a la que está habitualmente el agua superficial.
Se trata de aguas que proceden del interior de la tierra, están a una temperatura superior y suelen ser rizas en distintos componentes minerales que hace que tengan un uso terapéutico desde hace siglos.
Por lo general aumentan la oxigenación del cuerpo, los tejidos de nuestro organismo mejoran su nutrición y se estimulan las secreciones del sistema digestivo.
La hidroterapia que se realiza con las aguas termales suele consistir habitualmente en baños, inhalaciones e irrigaciones.
Encontramos distintas categorías dentro de las aguas termales dependiendo de sus temperaturas, desde las aguas frías (por debajo de los 20ºC), las aguas hipotermales, las mesotermales, las hipertermales y las supertermales (que se encuentran entre los 100ºC y los 150ºC).
Y también se clasifican a partir de sus componentes minerales:
- Aguas ferruginosas, las que tienen una alta carga de hierro en su composición y se recomiendan precisamente para paliar la falta de hierro en nuestro organismo y las dolencias hepáticas.
- Aguas cloruradas que tienen una alta concentración de cloro y estimulan sobre todo las secreciones digestivas.
- Aguas sulfuradas y sulfurosas, en las que destaca la presencia de azufre y se emplean mucho en el campo de la hidrología médica
- Aguas sulfatadas que además de tener altas concentraciones de azufre, además presentan concentraciones de sodio, calcio, magnesio o cloro
- Aguas bicarbonatadas, son alcalinas y algo más frías y se recomiendan para estados de acidez gástrica.



Las aguas termales en la época romana
Cuando decíamos que los baños termales eran ya una práctica habitual en nuestra cultura occidental desde hace siglos, nos remontábamos a la época romana y griega.
Las famosas termas romanas eran baños públicos existentes en la mayoría de las grandes ciudades de la Antigua Roma donde solía haber una o varias termas públicas. Se consideraban lugares de reunión y donde se realizaban actividades lúdicas y gimnásticas.
De hecho, los romanos se inspiraron ya en los griegos a la hora de emplear y popularizar las aguas termales, hay documentos que ya los mencionan en el S.V a.C.
Lo que es innegable es que el Imperio Romano los popularizó por todos sus territorios por lo que los difundió prácticamente por toda Europa donde fueron calando en la población a lo largo de los siglos hasta nuestros días.
De turismo termal por La Rioja, Aragón y Cataluña
La Fontcalda es un balneario al aire libre con unas aguas que surgen a 38ºC y llevan cloruro y carbonato cálcico, sulfato de magnesio y cloruro sódico en su composición.
Está en Tarragona, entre las sierras de la Mola y el Crestall, en la localidad de Gandesa, junto a un santuario del s.XIV que bien merece una visita entre baño y baño.
En Zaragoza están las Termas Pallarés, localizadas en Alhama de Aragón. Brotan a 32ºC y es un entorno único en Europa por ser un lago que se produce porque en él brotan distintos manantiales de aguas termales.
Al estar constantemente renovándose estas aguas, el lago es cristalino a pesar de tener en torno a los 2 metros de profundidad.
Las fuentes de Arnedillo en La Rioja son de acceso libre y gratuito, las aguas de estas pozas surgen justo al margen del río Cidacos.
Las aguas surgen en torno a los 35ºC y las pozas están organizadas como si fueran tres pequeñas piscinas y una ducha.



Galicia: Tierra de agua y de agua termal
Podemos acercarnos a distintos emplazamientos en territorio gallego que nos van a ofrecer unos baños de aguas termales muy apetecibles y saludables.
Ourense es donde vamos a encontrar más opciones para pasar unos días de turismo termal por tierras gallegas.
Os Baños, en Riocaldo es una de estas opciones. Se trata de varias pozas de aguas termales que se forman a lo largo del recorrido de este río. Volvemos a la época romana porque fueron ellos los que descubrieron este entorno y las propiedades de estas aguas. De hecho, por esta zona discurría una antigua calzada romana.
La piscina termal del río Caldo puede alcanzar hasta los 60ºC y está rodeada por, una parte ajardinada y otra parte de playa fluvial.
En Ourense tenemos también las Termas de Chavasqueira en los márgenes del río Miño precisamente a su paso por la propia ciudad de Ourense.
Se trata de un circuito de piscinas termales al aire libre, con saunas también disponibles y en el que se pueden recibir tratamientos específicos de relajación y/o belleza. Estas aguas termales son bicarbonatadas, sulfuradas, sódicas, fluoradas y de mineralización media.
Las Termas de Cenlle tienen un área termal y de ocio formada por tres pozas de aguas termales y una zona ajardinada bastante amplia. Están localizadas en la localidad de Cenlle, en uno de los márgenes del río Miño a su paso por la provincia de Ourense.
Y las Termas de Prexigueiro, en Ribadavia, tienen cinco pocas de agua caliente, un camino de peregrinación hermanado con el Camino de Santiago y un spa, todo ello en un entorno natural rodeado de bosques.
Para terminar nuestras opciones de turismo termal, seguimos en Galicia y en Ourense, porque las Termas de Outariz son uno de los circuitos termales a cielo abierto más grandes que vamos a encontrar en la zona. También se sitúan a orillas del río Miño, aquí están las 11 pozas exteriores de carácter gratuito con aguas de mineralización débil perfectas para numerosas patologías y dolencias.
Distintas opciones a cuál más apetecible y atractiva para que hacer un hueco al turismo termal en nuestra agenda de vacaciones y salud que no se nos olvide que es un aspecto a tener muy en cuenta también.